Bebe agua, consume fruta, verduras y alimentos ricos en fibra. Haz ejercicios físicos moderados, como caminar. Estos alimentos y actividades tienen algo en común: contribuyen en la producción de serotonina, noradrenalina, dopamina, endorfinas y norepinefrina del cerebro, que proporcionan sensación de bienestar y aumentan el optimismo. Asimismo, realiza actividades como sudokus, sopas de letras y otros para fortalecer tu mente.

– Los rayos UV de sol producen serotonina, sustancia que regula los estados de ánimo positivos y negativos.
– La meditación ayuda a focalizar la atención y a manejar el estrés.
– Dedicar un pequeño tiempo para ti (leer, ver una película o escuchar música) durante el día contribuye a la relajación, lo que disminuye el estrés, la tensión muscular y otros síntomas psicosomáticos.
– Dormir ocho horas diarias corridas mejora tu estado de ánimo, pues el cansancio por falta de sueño te vuelve irritable.

– El pesimismo ante la vida hace ver todo de forma sesgada, es importante ser realista pero no pensar en la felicidad como un ilusión.
– Las opiniones negativas de otras personas, es necesario saber distanciarse de aquellas que no aportan nada y solo buscan herir. Lo importante es tomar solo el valor informativo de esos mensajes.
– El contacto social con la familia y los amigos se asocia con la oxitocina, un neuropéptido que da sensación de bienestar. También resulta vital al momento de sentir apoyo.

Mantener una estructura y propósito en importante para tener una vida positiva, por ello es importante tener objetivos claros y realistas que puedas realizar a mediano y largo plazo.

Ayudar a otros sin esperar nada a cambio te ayuda a eliminar estrés, mejora tu salud, te hacer sentir útil, disminuye los síntomas de la depresión, pero sobre todo cambias la vida de otra persona.