La Educación

Al Servicio del Pueblo Latino de California

Traductor:

English Español Português Français Deutsch

500 años de la conquista de México-Tenochtitlan

April 4, 2021 - por

500 años de la conquista de México-Tenochtitlan

Códice Durán o Historia de las Indias de Nueva España e Islas de Tierra Firme.

Ciudad de México.

Parte I

Este año de 2021 se conmemoran 700 años de la fundación de México-Tenochtitlan, 500 de su valerosa defensa contra los conquistadores y 200 de la consumación de la Independencia. Los artículos que siguen están dedicados a la gran capital de los mexicas en tiempos de la Conquista.

Una maravilla del ingenio humano: una ciudad de 300 mil habitantes, la más grande de su época, anfibia como Venecia. Fue construida inicialmente en una zona pantanosa, en dos islas: Tenochtitlan y Tlatelolco. Los esforzados habitantes supieron aprovechar los pantanos para ganar territorio al lago y los núcleos de población se fueron uniendo mediante la construcción de chinampas, no sólo las que servían como áreas de cultivo, sino también como base para la edificación de viviendas. Una de las técnicas de construcción más socorridas por mexicas y tlatelolcas es el uso de plataformas con cimientos de pilotes de madera que unen una apretada base de troncos que a su vez soportan las construcciones. Los centros ceremoniales y las casas de los nobles son de tezontle, piedra fuerte y porosa, de poco peso, fácil de tallar, con enlucido blanco; las de los comunes eran construcciones modestas de adobes o bien de madera y paja.

En los 15.3 kilómetros cuadrados de su superficie, la percepción del espacio difiere profundamente de la que seguían los europeos en sus ciudades feudales: México-Tenochtitlan es una combinación de lo urbano y lo campestre, un altépetl que incluye los dos elementos en una abigarrada unidad en que los jardines y los cultivos se combinan con los barrios apretados y las construcciones monumentales para crear un espectáculo original de gran belleza.

Las calles y los canales que cuadriculan la ciudad son –según Antonio de Solís– espaciosos y nivelados; las de agua contaban con numerosos puentes para la comunicación de los vecinos; las que únicamente eran de tierra habían sido hechas a mano. Y finalmente las calles mixtas de tierra y agua tienen a los lados un espacio por donde las personas podían caminar y en el centro un canal que permitía el paso de las canoas de diferentes dimensiones que transportaban pasajeros y mercancías. La conquista del suelo exige mucho trabajo, había braseros que desecaban la atmósfera y producían ceniza que a su vez enriquecía el suelo. Se plantaban sauces y se rellenaban los estanques y las partes más pantanosas para evitar que el lago avanzara. El tráfico de canoas que surcaban los canales de Tenochtitlan rondaba 50 mil embarcaciones, cuyos tamaños iban desde el personal a las de las trajineras que podían transportar a varias decenas de personas. Cortés asegura que el comercio principal se hacía en embarcaciones y Torquemada sostiene que no había vecino en toda la laguna que no tuviera una barquilla.

Los medios de transporte acuáticos representaban un ahorro sustancial respecto a los terrestres, que dependían exclusivamente de un sistema de miles de tamemes (cargadores profesionales). México-Tenochtitlan se unía a tierra firme mediante tres grandes calzadas. Hacia el sur, la calzada de Iztapalapa, que según los conquistadores media dos leguas de largo (unos 10 km), lo que la convertía en la calzada de mayor longitud conectando con los pueblos de las chinampas.

A la altura de Mexicaltzingo la calzada se dividía en dos direcciones, una hacia Iztapalapa y la otra hacia Coyoacán. Al norte, la calzada del Tepeyac unía a la ciudad con dicha población. Por último la calzada de Tlacopan (Tacuba) conectaba a Tenochtitlan con la capital de uno de los aliados de la Triple Alianza. Las calzadas más transitadas eran la de Iztapalapa en dirección sur y la de Tacuba en dirección occidental y, en menor medida, la del Tepeyac hacia el norte. Fuera de las calzadas había numerosos embarcaderos que permitían a la ciudad comunicarse directamente con cualquier punto en el complejo de lagos. Bernal Díaz describe así la entrada de los españoles por la calzada de Iztapalapa:

“Íbamos por nuestra calzada adelante, la cual es ancha de ocho pasos, y va tan derecha a la ciudad de México, que me parece que no se torcía poco ni mucho, y aunque, toda iba llena de aquellas gentes que no cabían, unos que entraban en México y otros salían…”

Para una sociedad en que la ideología es religión, se comprende que el centro de la ciudad sea ante todo un espacio ceremonial, pero también sede del poder político. Sobre aproximadamente 250 mil metros cuadrados se agrupaban las casas de las divinidades, de sacerdotes y sacerdotisas, los colegios, los patios, los lugares para el sacrificio, es decir, un conjunto de más de 60 grandes edificios. Dominando esta zona ceremonial, la pirámide del Templo Mayor se elevaba hacia el cielo. Los santuarios gemelos de Huitzilopochtli, “colibrí zurdo”, dios de la guerra, y de Tláloc, dios de la lluvia y los agricultores, ocupaban la cúspide. Dos tramos de escaleras conducían a esos oratorios desde donde la vista se extendía sobre la ciudad y los lagos, abarcando el conjunto del valle hasta los volcanes resplandecientes de nieve.

El Palacio de Moctezuma II era uno de los edificios más elaborados y grandiosos del imperio azteca. Estaba situado sobre el lado sur del Templo Mayor, donde actualmente se erige el Palacio Presidencial de México. Es un gran complejo que alberga mil guardias, sirvientes, cocineros y miembros del harem del rey. Aproximadamente 600 nobles estaban presentes en todo momento. El palacio estaba rodeado por un gran jardín, otros palacios menores, residencias, arsenales y otras estructuras para las órdenes militares-

 México Tenochtitlan, vasto imperio

Vista parcial de las maquetas con la reconstrucción de México-Tenochtitlán.
Vista parcial de las maquetas con la reconstrucción de México-Tenochtitlán. Foto Mauricio Marat/ INAH

En el centro de la cuenca se encontraba el gran lago o complejo de lagos que se alimentaban con el flujo de los manantiales y el aporte de los ríos. Según los conquistadores, al amanecer, desde las montañas éste se veía como una gran tarja de plata. Sobre las islas y en las riberas se apiñaban las ciudades levantando los techos de sus templos y macizas pirámides y sus vastas sementeras.

La población estaba distribuida en unos 200 poblados con sedes como Azcapotzalco, Texcoco o Culhuacán. La principal zona agrícola de la cuenca era la región de las chinampas en los lagos de Xochimilco y Chalco, al sur.

Las sociedades de la cuenca, anteriores a la Conquista, están basadas en una compleja tecnología hidráulica que permite disponer de excedentes agrícolas y que buena parte de la población se dedicara a actividades no productivas, originándose así una elaboración cultural muy rica y diversa. Los tenochcas construyeron diques y acueductos para moderar el flujo de los lagos y los ríos: el primer acueducto, hacia 1430, es el de Tlacopan, al que siguieron los de Chapultepec y Coyoacán.

Por ellos se conducía el agua dulce para lavar el suelo salitroso, regar la zona de cultivo, mantener el nivel del lago, a manera de impedir la invasión de aguas salobres y satisfacer el consumo doméstico. Las grandes obras bajo una dirección centralizada se realizan cuando ya los aztecas se habían convertido en imperio.

México-Tenochtitlan era no sólo el centro de la cuenca, sino también la cabeza de un vasto imperio. Pero no de un imperio estable con muchos siglos de historia, sino de un dominio naciente, en formación, fundado apenas en el año de 1428, después de la derrota de Azcapotzalco. A la llegada de los españoles tenía apenas nueve décadas de existencia. En ese periodo Tenochtitlan formó la alianza tripartita con Texcoco y Tlacopan e inició inmediatamente su expansión en la cuenca de México.

A la llegada de los españoles la entidad política más grande e importante de Mesoamérica era el Imperio de la Triple Alianza, donde las tres ciudades eran gobernadas cada una por un gran rey (huey tlatoani).

Este imperio dominaba la cuenca de México, sede de las tres capitales, y se extendía desde la costa del Golfo de México hasta el Pacífico; desde las fronteras de Metztitlan, un valle en el estado de Hidalgo, los chichimecas y el reino tarasco de Michoacán, en el norte y noroeste, hasta el istmo de Tehuantepec y Soconusco de Chiapas en el sureste.

El equilibrio entre los tres reinos de la Alianza fue cambiando durante su historia. Con el crecimiento del poder de Tenochti-tlan, su rey dirigía las actividades militares del Imperio. Moctezuma II (1502-1520) alienta a Texcoco, el segundo poder de la alianza, a una guerra con Tlaxcala en 1515, pero los traiciona avisándole a los tlaxcaltecas y usa la derrota de Texcoco para justificar la revocación de su derecho al tributo en una amplia zona.

Al reclamar Nezahualpilli, rey de Texcoco, Moctezuma respondió que el imperio se gobernaría a partir de entonces por sólo uno de los tres reyes y que él era el supremo señor.

El poder de Moctezuma II creció, pero a costa de una fractura de la alianza tripartita que habría de ser fatal durante la invasión española. A la llegada de los españoles, la Triple Alianza se hallaba sacudida por graves conflictos entre Tenochtitlan y Texcoco.

* Enrique Semo: historiador mexicano. Autor del libro La conquista, catástrofe de los pueblos originarios