Aquí está el dilema político al que nos enfrentamos.

Este año hemos presentado, a través de la Ley Build Back Better, una agenda que de una manera sin precedentes aborda las necesidades largamente desatendidas de las familias trabajadoras de nuestro país que están luchando a través de la peor crisis de salud pública en 100 años. Y esta es una agenda que es enormemente popular.

Sí. El pueblo estadounidense quiere reducir el costo escandalosamente alto de los medicamentos recetados, mejorar significativamente la atención médica en el hogar, expandir Medicare para cubrir las necesidades dentales, auditivas y visuales, reducir la tasa de pobreza infantil, proporcionar cuidado infantil asequible y construir la vivienda asequible que necesitamos desesperadamente.

Sí. El pueblo estadounidense quiere que salvemos el planeta para las generaciones futuras y creemos cientos de miles de empleos bien remunerados transformando nuestro sistema energético lejos de los combustibles fósiles y en eficiencia energética y energía sostenible.

Sí. El pueblo estadounidense quiere que reformemos un sistema tributario regresivo que, en un momento de enorme desigualdad de ingresos y riqueza, permita que algunas de las personas más ricas y las corporaciones más rentables del país no paguen nada en impuestos federales sobre la renta.

Sí. Eso es lo que quiere el pueblo estadounidense. Eso es lo que quiere la Cámara de Representantes de Estados Unidos. Eso es lo que quieren 48 miembros del Caucus Demócrata del Senado de Estados Unidos.

Pero eso no es lo que quiere cualquier senador republicano. Eso no es lo que quieren dos senadores demócratas, el senador Manchin y el senador Sinema.

Después de seis meses de “negociar” a puerta cerrada con estos dos senadores demócratas conservadores, existe un entendimiento generalizado de que esta estrategia ha fracasado no sólo desde el punto de vista político, sino también político. La base del Partido Demócrata ahora está desmoralizada y, según muchas encuestas, los republicanos tienen una gran posibilidad de ganar la Cámara de Representantes y el Senado en las elecciones de 2022.

Necesitamos una nueva dirección, un nuevo enfoque. Necesitamos mostrarle al pueblo estadounidense que estamos preparados para levantarnos y luchar por las familias trabajadoras de este país. Necesitamos enfrentarnos a los poderosos intereses especiales y sus grupos de presión que se oponen a cada iniciativa importante que amenaza su riqueza y poder. Necesitamos exigir que cada republicano y cada demócrata en el Senado finalmente emitan votos sobre los temas más importantes que enfrenta nuestro país. No más negociaciones de trastienda. No más conversaciones interminables. Que el pueblo estadounidense sepa dónde están sus senadores y quién está preparado para luchar por sus intereses. Y eso no es solo el senador Manchin y el senador Sinema.

Como muestra claramente el reciente resultado del proyecto de ley de derecho al voto, el Partido Republicano de hoy se ha convertido en un partido antidemocrático que hace todo lo posible para dificultar que los ciudadanos estadounidenses voten y participen en el proceso político. Pero eso no es todo. Los republicanos también se han convertido en un partido extremadamente reaccionario centrado en las exenciones fiscales para los multimillonarios, ignorando la realidad del cambio climático, trabajando horas extras para mantener alto el costo de los medicamentos recetados y negando a las personas la atención médica que necesitan durante medio de una pandemia global.

Así que sí, debemos continuar trabajando para aprobar la agenda Build Back Better.

Pero también debemos llevar piezas importantes de legislación que mejoren la vida de las familias trabajadoras al Senado, y si los republicanos (y algunos demócratas) quieren votar en contra de ellos, ese es su derecho. Luego tendrán que explicar sus votos a sus electores. Eso se llama democracia.

Que el pueblo estadounidense vea que ni un solo republicano votará para expandir permanentemente los pagos mensuales directos de $ 300 por niño para las familias trabajadoras que redujeron la tasa de pobreza infantil en un 40%, pero expiraron el 15 de diciembre.

Que el pueblo estadounidense vea que ni un solo republicano votará para crear millones de empleos bien remunerados para combatir la amenaza existencial del cambio climático.

Que el pueblo estadounidense vea que ni un solo republicano votará para aumentar el salario mínimo a $ 15 por hora.

Que el pueblo estadounidense vea que ni un solo republicano votará para reducir los costos de los medicamentos recetados al empoderar a Medicare para negociar con la industria farmacéutica.

Que el pueblo estadounidense vea que ni un solo republicano votará para expandir Medicare para cubrir la atención dental, la audición y la visión.

Que el pueblo estadounidense vea que ni un solo republicano votará para expandir la atención médica en el hogar, derogar los recortes de impuestos de Trump, aprobar la licencia familiar y médica pagada, el Pre-K universal y el derecho a organizarse.

Que el pueblo estadounidense vea lo que está sucediendo.

Que el pueblo estadounidense sepa que hay una elección clara y dura entre las partes.

Y luego que el pueblo estadounidense vote.

Estamos en una encrucijada en las próximas elecciones. Podemos continuar por el curso actual y enfrentar una probable derrota en noviembre. O podemos ponernos de pie, luchar por las familias trabajadoras y mostrarle al país lo reaccionario y fuera de contacto que es el Partido Republicano.

¿Qué te parece?

En solidaridad.

*Bernie Sanders es senador y uno de las principales figuras de la izquierda de EU.