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Ataque clasista y permanente de las élites, surgidas del Porfiriato, para que AMLO no tenga éxito, afirma el rector de la Universidad Iberoamericana, David Fernández Dávalos

May 15, 2021 - por

Ataque clasista y permanente de las élites, surgidas del Porfiriato, para que AMLO no tenga éxito, afirma el rector de la Universidad Iberoamericana, David Fernández Dávalos

Maestro David Fernández Dávalos, S.J., siendo rector de la IBERO.

El pasado 17 de septiembre publicamos una nota sobre el entonces rector de la Universidad Iberoamericana, David Fernández Dávalos, titulada: “Ataque clasista, ideológico, político y económico de élites para que fracase AMLO, afirma el rector de la Ibero”.

Y al final del texto, se leía: “ La Universidad Iberoamericana informó que un boletín informativo de la conferencia de Fernández Dávalos, no obstante que se distribuyó a los medios de información masiva de mayor alcance, tuvo mínima acogida en los espacios y tiempos informativos. Por eso, pide que de considerarse importante su contenido, que sea compartido en redes”.

A diario en este medio, dicha nota genera decenas, a veces cientos y miles de lectores. Ahora publicamos otro texto sobre una conferencia de Fernández Dávalos, realizada cuando aún era rector de esa casa de estudios, cargo que dejó en septiembre pasado.

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Hay un ataque de carácter clasista y permanente, que se da en los terrenos ideológico, político y económico, para que el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador no tenga éxito, consideró el Maestro David Fernández Dávalos, S. J., Rector de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México.

A quienes dicen que AMLO no tiene contrapesos, Fernández Dávalos les aclaró que “tiene los contrapesos de los grandes capitales del país, de la prensa, de los canales de televisión”, pues si bien no tiene contrapesos de carácter político-electoral o del funcionariado, esto se debe a que las élites surgidas del Porfiriato, desde 1910, están siendo desplazadas del control político de México, mas no del control económico.

En su conferencia ‘El compromiso de los cristianos en la coyuntura de México hoy’, que dio en el Auditorio de la Parroquia de la Sagrada Familia por invitación del Centro Ignaciano de Espiritualidad de la Ciudad de México, el Rector dijo que esas élites no desaprueban la política económica federal, porque coinciden con ella, pues se están aplicando rigurosamente las fórmulas económicas tradicionales.

“Pero sí reprueban las decisiones que tienen que ver con los proyectos de la Presidencia y que afectan los intereses de los grandes capitales. Protestan por el fin de la condonación fiscal; por la lucha contra la corrupción, que fue la que hizo despegar a los grandes capitales de hoy; protestan por la cancelación del Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México, porque había un negocio multimillonario alrededor; por el tema de la Refinería de Dos Bocas, porque sustituye importaciones que también son manejadas por estos grupos; por el control de las compras gubernamentales, porque también han sido desplazados”.

Mas en el disgusto de los sectores acomodados que están siendo desplazados, en la oposición de las derechas, no hay ningún proyecto alternativo. “Sólo hay enojo, sólo hay una crítica permanente. Son los que salieron a marchar para que renunciara Andrés Manuel”.

Lo que ellos quisieran es que se acabaran el Movimiento Regeneración Nacional (MORENA) y los proyectos populares. Para ellos, los 30 millones de mexicanos que votaron por Andrés Manuel no son seres racionales, sino manipulables, comprables, que sólo votan con las vísceras, sin medir las consecuencias.

La reacción que han tenido estos grupos opositores es sostener que el triunfo de Andrés Manuel proviene de la decisión de no humanos, de los sin cerebro, como decían sus pancartas en la marcha: por ti votaron los sin cerebro, los incultos. “Es la reacción de miedo, porque temen ser afectados, después de haber ellos afectado y de maneras tan perniciosas a los otros”.

Por ello, el Rector cree que los opositores de derecha se han de preguntar: por qué los que están para servirme, ahora quieren gobernar; por qué ahora me tengo que preocupar por escuchar a los que debieran permanecer callados.

Para el Mtro. Fernández es indudable que hay una crítica racista y clasista en la reacción en contra del gobierno de Andrés Manuel, y que quienes marchan en contra de él piensan que todo estaría bien si cada cual se conformara con la casta que le ha sido asignada y con el lugar que tiene que ocupar en la sociedad.

Y pese a que se viene cayendo su popularidad, Andrés Manuel todavía tiene una enorme legitimidad, con una aprobación del 68%, la cual “proviene no tanto de lo que él representa o está haciendo, pienso yo; sino del horror que han significado para el país y para la gente los gobiernos que le precedieron, es decir, del miedo a regresar a los momentos de los gobiernos anteriores, de saqueo, de corrupción, de racismo, de exclusión, de aumento de la pobreza”.

“Hubo tanto daño en los regímenes encabezados por el PRI, o por el PRIAN, que la población mayoritariamente no quiere volver a lo anterior; por eso se aferra a la esperanza que significa MORENA en el país, y lo acabamos de ver en las elecciones de Baja California y de Puebla, donde vuelve a triunfar muy ampliamente lo que representa Andrés Manuel”.

AMLO no va a cambiar las cosas; es la gente

En otro orden de ideas, el Mtro. David Fernández Dávalos resaltó el panorama difícil que hay en México -y en toda América Latina-, de violencias por el territorio, feminicidios, violencia patriarcal, violencia contra los migrantes y una extrema derecha racista que ha salido a las calles.

Sin embargo, consideró que no se debe poner la esperanza en una sola persona, porque la esperanza está en la organización de la gente, “y eso vuelve a ser hoy y siempre la verdad, es decir, este país se va a decantar, y va a ser más justo, igualitario, participativo y democrático, en la medida en que haya organización social presente, disputando sus reivindicaciones frente al poder. Entonces, no es Andrés Manuel el que va a cambiar las cosas, es la presión que ejerza la gente frente a los gobiernos”.

Es la gente la que tendría que defender la economía popular, que procurar haya mejores salarios, que haya posibilidades de organización, de créditos de capital para las industrias populares, para las empresas sociales, que haya recursos para la atención de los sectores más excluidos y desfavorecidos.

En tanto que “todas las políticas que vayan a profundizar la pobreza y la desigualdad hay que enfrentarlas, así sean de Carlos Slim o sean de Andrés Manuel, no nos importa de dónde vengan. Si son políticas que profundizan la desigualdad, la injusticia, la pobreza, hay que pararlas”.

También hay que detener el deterioro ecológico. A los proyectos que depreden la naturaleza, que dañen el ecosistema o que aumenten el calentamiento global, hay que frenarlos con la acción decidida de la gente.

Y hay que transformar las estructuras y políticaspara hacerlas más participativas y más democráticas. Eso implica que existan organizaciones sociales y políticas que participen en la gobernanza del sistema, que acompañen a las víctimas del despojo de sus territorios y a quienes buscan a sus familiares desaparecidos. “Eso es lo que nosotros podríamos hacer de manera organizada, y por supuesto, las universidades habríamos de participar en esto, y formular nuevos proyectos alternativos”.

Posturas político-ideológicas de los cristianos

Al indicar cuáles debieran ser las posturas político-ideológicas de los cristianos, frente a la realidad histórica de México, el Rector de la IBERO mencionó:

  • Que el Estado tenga una acción rectora frente a la economía. Que no haya el libre mercado absoluto donde sólo los capitales deciden qué hacer.
  • Fortalecer el mercado interno. Para que aumente la capacidad de compra de la gente, para que todas las industrias no estén volcadas en la exportación, y para que haya un mercado interno fuerte que mejore los salarios y la capacidad adquisitiva del salario.
  • Cambiar el modelo económico primario exportador y extractivo. Que éste, el modelo actual bajo el control de las transnacionales, se cambie por un modelo económico que agregue valor a las riquezas del país.
  • Crear y experimentar modelos empresariales asociativos y alternativos, y nuevas alianzas en nuevas regiones comerciales. México es tan vulnerable ante Trump, porque el 80% de su comercio es con Estados Unidos; por eso tiene que diversificarse y explorar la región Asia-Pacifico, la región del Mercosur, etcétera.
  • Hacer inversión pública estratégica, pero en bien del país. Por ejemplo, un Corredor Transístmico es muy importante, siempre y cuando no signifique entregarlo a las transnacionales; para que sus beneficios se incorporen a los pueblos indígenas. “En eso estamos trabajando en la IBERO, en proponer un modelo alternativo para el Corredor del Istmo de Tehuantepec. El Tren Maya también puede ser bueno, si no se entrega nada más al capital para su explotación, si genera riqueza para la región, si incorpora a las comunidades y pueblos indígenas involucrados, y si no depreda el medio ambiente.

Esas son las posturas políticas que al Padre David le parece deberían tener los cristianos; mismas que repitió de manera sucinta, porque consuenan con el tema de los criterios evangélicos que expuso al principio de su conferencia: acción rectora del Estado en la economía, inversión pública estratégica en beneficio de la gente, fortalecimiento del mercado interno, cambio en el modelo económico primario exportador.

Creación de nuevos modelos empresariales de carácter social, integración regional, defensa de la economía popular, combate a la pobreza y la desigualdad, detención del deterioro ecológico, transformación de las estructuras y políticas de la economía neoliberal, y “confiar en nuestras propias fuerzas como pueblo organizado”.

Transformar México es posible

El Rector dijo que, si quisiera enviar una consigna, usaría las categorías del teórico portugués Boaventura de Sousa Santos: democratizar, descolonizar y desmercantilizar; a las que él añade una cuarta, despatriarcalizar.

  1. Democratizar. Significa democratizar la democracia, es decir, hacer mecanismos participativos de intervención de la gente en el gobierno que le atañe, como son, los presupuestos participativos, el ejercicio y las decisiones de deliberación democrática.
  2. DescolonizarEliminar toda relación de opresión basada en la supuesta inferioridad, natural, racial, étnica o cultural del oprimido. Es sacar el racismo de los libros de historia, de los noticiarios, de la represión policial, de los conceptos lingüísticos. Es dejar de desvalorizar las culturas originarias y de reprimir la diversidad cultural. Es eliminar la exclusión de los transportes públicos y de las relaciones cotidianas interpersonales, etcétera.
  3. Desmercantilizar. Es poner en cuestión algunos lugares comunes o evidencias colectivas en torno al funcionamiento económico de la sociedad, por ejemplo, pensar que se puede seguir creciendo infinitamente, lo cual es una idea equivocada, porque la apropiación intensa de la naturaleza conduce al desastre.
    Sobre desmercantilizar, el Maestro abundó que, significa promover formas de economía social y solidaria; controlar públicamente la explotación y gestión de recursos y servicios esenciales estratégicos; desmercantilizar la naturaleza, por ejemplo, que el agua no se venda; definir una nueva generación de derechos fundamentales de la naturaleza, como el derecho humano al agua, a la tierra y a la biodiversidad.
    Prohibir la especulación financiera sobre la tierra y los productos alimenticios; transformar la soberanía alimentaria en eje de las políticas agrarias, para que los países dejen de ser en la medida de lo posible dependientes de la importación de alimentos; regular los agrocombustibles; aumentar los impuestos de productos agrícolas que viajen más de mil kilómetros entre el productor y el consumidor, para impulsar la agricultura local; incluir la disminución de tiempo de trabajo en las políticas de producción del empleo; etcétera.
  4. Despatriarcalizar. Es generar procesos en los que las mujeres tengan un empoderamiento mayor, que logren brincar el techo de cristal que les impide su desarrollo en los niveles altos de dirección y por supuesto que no estén recluidas en las labores privadas mientras lo público es sólo para los hombres, etcétera.

Finalmente, Fernández Dávalos mencionó que en algunos jóvenes existe la desesperanza, porque creen que no es posible incidir para transformar la realidad, que no es posible tener un mejor futuro, que no les será posible encontrar un empleo mejor que el de sus padres; “y esto es una fuerza que nos condena al fracaso, porque entonces no habrá la posibilidad de construir nada mejor”.

Por eso, “me parece que la obligación mayor de nosotros los cristianos es demostrar que es posible avanzar en la construcción de un mundo más justo, un México más pacífico, más democrático, más solidario. Pero mostrarlo en los hechos, y entonces así podremos comunicar esperanza. Ya la esperanza como discurso no funciona, tiene que ser en los hechos, mostrando que hay avances, mostrando que es posible incidir y que es posible transformar”.