Volver a enseñar en una escuela primaria llena de niños no vacunados es “diferente”, dice la maestra de Jackson, Mississippi, Kenyatta Reed. “Es muy, muy diferente”.

“Todos los días estoy preocupada”, dice. “De pie en la pizarra, siento que mi ansiedad aumenta cada día. Sé los riesgos que estamos tomando”.

Reed, maestra de cuarto grado y madre de dos estudiantes de escuelas públicas, no está sola en su ansiedad. Tanto los educadores como los padres se sienten incómodos por el aumento de la variante Delta del coronavirus en Mississippi y el impacto que puede tener en sus estudiantes, en ellos mismos y en sus propios hijos y familias.

HORARIOS HÍBRIDOS APROBADOS

La semana pasada, el Departamento de Educación de Mississippi anunció que los distritos pueden implementar un calendario híbrido debido al creciente número de casos de COVID en el estado.

Reed está vacunada y sabe que otros dos colegas que trabajan en su sala también lo están, pero no está segura de los otros cinco educadores. Preguntar sobre el estado de vacunación es un ejercicio políticamente cargado, particularmente en el estado con la tasa de vacunación más baja del país, donde el gobernador no ha ordenado máscaras en las escuelas.

Reed enseña en la Escuela Primaria Lester en Jackson, Mississippi, donde hasta ahora una clase ha tenido que ponerse en cuarentena desde que la escuela abrió hace dos semanas. En todo el estado, más de 4,500 estudiantes han dado positivo por COVID-19 y más de 20,000 están en cuarentena. Justo después de que las escuelas abrieron para el año 2021-2022, un estudiante de octavo grado de 13 años murió después de dar positivo.

Además, casi 1,000 maestros o empleados dieron positivo, según datos estatales.

“Estos son números dramáticos”, dijo el Dr. Paul Byers, epidemiólogo estatal durante una llamada reciente con pediatras estatales. “Estamos claramente en la peor parte de la pandemia que hemos visto en todo momento, y continúa empeorando”.

LA ANSIEDAD DEL EDUCADOR AUMENTA CON LOS CASOS

Boyd dice que los estudiantes parecen sobrellevarlo bien, aunque algunos llegan a la escuela con dos máscaras y tienen cuidado de mantener su distancia. Otros necesitan recordatorios para no compartir lápices o crayones y respetar el espacio del otro.

Pero aunque los estudiantes parecen estar adaptándose, sus educadores están lidiando con mucha ansiedad.

“Esto no es normal, puede ser nuestra nueva normalidad, pero nada de eso se siente normal”, dice Reed. “Tenemos que estar atentos para mantener a los estudiantes a salvo del virus, que además de la carga de trabajo normal de educarlos, es mucho”.

En casa, la ansiedad también es alta. Todos los miembros de su familia están fuera de la casa en la escuela o en el trabajo. Su hija está en la escuela secundaria y ha sido vacunada, su hijo está en la escuela primaria y no lo ha hecho. Cuando regresan a casa, se quitan la ropa y se duchan.

“Ya no hay solo volver a casa”, dice Reed.

EMOCIONES POR TODAS PARTES

En su escuela primaria, todos están prestando mucha atención al bienestar social y emocional de los estudiantes, pero ella dice que los educadores necesitan una forma de manejar su estrés.

“Tenemos guantes, máscaras, Lysol, cualquier EPP que necesitemos, mi escuela tiene, pero nuestras emociones están por todas partes”, dice Reed.

Está agradecida de que sus colegas y su director hayan sido muy buenos al consultarse entre sí, y la Asociación de Educadores de Mississippi tiene seminarios web sobre el manejo del estrés y envió un correo electrónico sobre el desarrollo profesional sobre el aprendizaje social y emocional para educadores.

También tiene la suerte de tener un colega en el que puede confiar para que se haga cargo de su clase durante unos minutos cuando necesite un respiro. Una cosa es quitarse la máscara cuando los estudiantes van a especiales, pero otra es tomar un respiro cuando necesita un minuto para recogerse en medio de la clase.

“Creo que todos necesitamos saber que tenemos un socio en el edificio que te respalda, que sabes que está pasando por esto contigo, que mentalmente, te tienes el uno al otro”, dice Reed.

Ya sea que sienta o no que estar de vuelta en persona es la mejor opción, Reed dice que depende del día. Estaba encantada de volver al principio, pero a medida que la oleada se recuperó, también lo hicieron sus preocupaciones. Ella tiene la esperanza de que la aprobación de la FDA de la vacuna de Pfizer impulse a más personas no vacunadas a recibir sus vacunas y que una vacuna para sus estudiantes y su hijo no esté muy lejos.

“En este momento, estamos atrapados en el medio”, dice.Aumento de