Washington/Ciudad de México, 21 de enero (EFE/AP/SinEmbargo).– En su segundo día como Presidente, Joe Biden ha invocado a una Ley de Guerra de 1950 y ha llamado al Pentágono a involucrarse en la madre de todas las batallas contra un enemigo poderoso, asesino y devastador: el SARS-CoV-2. Estados Unidos es el país más afectado del planeta por la pandemia. Biden lo sabe, y piensa hacer algo al respecto.

El nuevo mandatario estadounidense publicó este jueves su plan de respuesta a la COVID-19 ante la ausencia de uno de la Administración de su antecesor, Donald Trump, y que incluye diez decretos y la implicación del Pentágono.

El plan publicado por el equipo de Biden, de 23 páginas, amplía las iniciativas adelantadas hasta ahora y detalla las medidas diseñadas para controlar la pandemia y ayudar a la recuperación del país, el más golpeado del mundo por la COVID-19, con 24.4 millones de casos confirmados y 406 mil 196 muertes.

Según la cadena de televisión CNN, a su llegada a la Casa Blanca el equipo de Biden se encontró con que la Administración de Trump no había elaborado ningún plan de distribución de vacunas contra la COVID-19, con lo que tienen que hacerlo desde cero.

El plan de Biden pretende acelerar el ritmo de vacunación de los estadounidenses contra el virus proporcionando más fondos a las Administraciones estatales y locales y estatales, creando más puntos de vacunación y una campaña nacional de educación para restaurar la confianza de los estadounidenses.

El Presidente Joe Biden firma sus primeras órdenes ejecutivas, 20 de enero de 2021 en la Oficina Oval de la Casa Blanca, en Washington.

El Presidente Joe Biden firma sus primeras órdenes ejecutivas, 20 de enero de 2021 en la Oficina Oval de la Casa Blanca, en Washington. Foto: Evan Vucci, AP

“La Estrategia Nacional proporciona una hoja de ruta para guiar a Estados Unidos a salir de la peor crisis de salud pública en un siglo”, dice el plan.

El Gobierno de Biden también tiene previsto recurrir a la Ley de Producción de Defensa, una legislación adoptada en 1950 en respuesta a la Guerra de Corea y que le permite movilizar al sector industrial para cuestiones de seguridad nacional, con la fabricación de máscaras, respiradores y otros equipos contra la pandemia.

La cadena CNBC consignó que el ambicioso proyecto ordena “a las agencias que usen poderes de guerra para exigir a las empresas estadounidenses que fabriquen máscaras, hisopos y otros equipos N95 para combatir el pandemia”.

“La Estrategia Nacional proporciona una hoja de ruta para guiar a Estados Unidos a salir de la peor crisis de salud pública en un siglo”, se lee en el plan, citado por el canal de televisión local.

El plan del Presidente incide en el aumento de la realización de pruebas para detectar el coronavirus, algo a lo que Trump se mostraba reacio por considerar que sólo hacía aumentar las estadísticas negativas de incidencia de la enfermedad.

También se enfoca en reabrir escuelas, negocios y viajes de manera segura, así como en frenar la propagación del virus, que actualmente ocasiona unas tres mil muertes diarias en el país, con récords de hasta cuatro mil en algunos de los últimos días.

Se espera que Biden amplíe los detalles de estas medidas “agresivas e inmediatas” para contener la crisis de la pandemia, después de haber anunciado poco después de su toma de posesión del cargo, el miércoles, la obligatoriedad del uso de mascarillas en áreas federales y lanzar el reto de emplear esta prenda durante 100 días, el mismo tiempo que se ha dado para lograr la vacunación de más de 100 millones de estadounidenses.

Con esta iniciativa, Biden busca desvincularse de la gestión de Trump, que convirtió el uso de esta prenda en motivo de polémica y de declaración política.

Biden también garantizó este miércoles la continuidad de Estados Unidos en la Organización Mundial de la Salud (OMS), tras el anuncio de Trump de retirarse, con lo que espera “fortalecer” los esfuerzos nacionales para controlar la pandemia, según sus portavoces.

“Debemos pedir al común de los estadounidenses que cumplan con su deber”, dijo Jeff Zients, el funcionario de la Casa Blanca que dirige la respuesta nacional. “Para derrotar el virus se requiere un esfuerzo nacional coordinado”.

Los estados se quejan de la falta de vacunas en momentos que se les pide que extiendan la campaña de inmunización a nuevos sectores de la población.

Biden lo reconoció en su discurso de investidura. “Estamos entrando en lo que bien pudiera ser el periodo más difícil y mortífero del virus”, dijo antes de pedir un minuto de silencio en memoria de los más de 400 mil muertos de COVID-19 en Estados Unidos.

El principal asesor médico de Biden sobre la pandemia, el doctor Anthony Fauci, anunció que Estados Unidos renovará su apoyo a la Organización Mundial de la Salud, blanco de fuertes críticas del Gobierno anterior, con nuevos compromisos para enfrentar el coronavirus y otros problemas globales de salud.

Fauci dijo el jueves por la mañana que Estados Unidos se sumará a los esfuerzos de la agencia de salud de la ONU para llevar vacunas, terapias y diagnósticos a la gente necesitada, en países ricos o pobres, y retomará su nivel anterior de aporte de fondos y personal a la OMS.

Personas aguardan dentro de sus vehículos en fila en un sitio de vacunación contra la COVID-19 fuera de The Forum en Inglewood, California, el martes 19 de enero de 2021.

Personas aguardan dentro de sus vehículos en fila en un sitio de vacunación contra la COVID-19 fuera de The Forum en Inglewood, California, el martes 19 de enero de 2021. Foto: Damian Dovarganes, AP

La orden de Biden de utilizar la mascarilla se aplicará a aeropuertos y aviones, buques, autobuses de larga distancia, trenes y el transporte público. Los viajeros del exterior deberán presentar una prueba negativa de COVID-19 antes de partir hacia Estados Unidos y observar cuarentena al arribar. El uso de la mascarilla en toda propiedad federal ya es obligatorio.