Estamos en un momento crucial en la historia de Estados Unidos. En los próximos días, se tomarán decisiones con respecto a nuestro presupuesto federal y la deuda nacional que podrían afectar la vida de prácticamente todos los estadounidenses en nuestro país durante las próximas décadas.

En mi opinión, el debate que estamos teniendo sobre el techo de la deuda es sobre nuestras prioridades nacionales. Se trata de lo que valoramos como nación y de qué lado estamos.

En un momento de riqueza y desigualdad de ingresos sin precedentes, cuando el 1% superior nunca lo ha tenido tan bien y cuando tres personas en la parte superior poseen más riqueza que la mitad inferior de nuestra sociedad, ¿exigimos finalmente que la clase multimillonaria comience a pagar lo justo? parte de los impuestos? ¿O inundamos a los ricos y bien conectados con billones de dólares en nuevas exenciones fiscales?

En un momento en que las corporaciones están obteniendo enormes ganancias aumentando el precio de la atención médica, los medicamentos recetados, la gasolina y los comestibles, ¿finalmente terminaremos con las enormes lagunas que existen en nuestro código fiscal amañado que permite que las grandes corporaciones eviten pagar su parte justa de ¿impuestos?

¿O eliminamos el impuesto mínimo corporativo aprobado el año pasado que evita que las grandes corporaciones rentables no paguen nada en impuestos federales sobre la renta después de obtener miles de millones en ganancias?

En un momento en que pagamos, por mucho, los precios más altos del mundo por medicamentos recetados, ¿asumimos finalmente la codicia de la industria farmacéutica y reducimos sustancialmente el precio de lo que Medicare y el pueblo estadounidense pagan por medicamentos que salvan vidas?

¿O seguimos permitiendo que la industria farmacéutica arruine a Medicare ya los pacientes con cáncer al cobrar precios escandalosamente altos en el mostrador de la farmacia?

En un momento en que Estados Unidos gasta más en el ejército (877 000 millones de dólares) que las siguientes 10 naciones combinadas, ¿comenzamos finalmente a eliminar el enorme despilfarro, el fraude y los sobrecostos que existen en el Departamento de Defensa?

¿Abordamos la información revelada en una investigación reciente de “60 Minutos” que documentó los miles de millones en aumento de precios que los contratistas de defensa roban a los contribuyentes? ¿O seguimos apropiando más dinero para el Pentágono del que nuestros generales han solicitado?

Lamentablemente, los republicanos han dejado muy claras sus prioridades a lo largo de las negociaciones presupuestarias.

Si el Congreso no acepta imponer recortes masivos a las necesidades de los trabajadores, los ancianos, los niños, los enfermos y los pobres, permitirán, por primera vez en nuestra historia, que EE. UU. no cumpla con el pago de la deuda nacional.

Esta acción tendrá un impacto devastador en nuestra economía, destruirá millones de empleos y hará que las tasas de interés de las hipotecas y los préstamos para automóviles se disparen.

La hipocresía de los republicanos en Washington es verdaderamente impresionante. Una y otra vez, escuchamos de los líderes republicanos lo profundamente preocupados que están por el gran déficit y la deuda nacional que tenemos.

¿En realidad? Si ese es el caso, ¿por qué han estado presionando para que se derogue por completo el impuesto al patrimonio que beneficia a un puñado de familias multimillonarias y aumentaría el déficit federal en $1,8 billones?

¿Por qué están presionando para que se extiendan las exenciones fiscales de Trump que benefician desproporcionadamente a las corporaciones ricas y grandes y aumentaría el déficit federal en $3,5 billones?

¿Por qué quieren enormes aumentos en los gastos de defensa que aumentarían la deuda nacional en cientos de miles de millones de dólares?

Si bien el incumplimiento de pago de la deuda de nuestra nación sería un desastre, también lo sería promulgar el presupuesto que los republicanos aprobaron en la Cámara en abril. Estos son solo algunos de los impactos estimados de lo que se incluye en su presupuesto para reducir los gastos discrecionales no relacionados con la defensa en al menos un 22 % el próximo año:

Recortes presupuestarios profundos y radicales que dejarían sin trabajo a 790,000 estadounidenses y empujarían a nuestra economía hacia una recesión.

Hasta 21 millones de estadounidenses podrían perder Medicaid, privándose de la atención médica que necesitan.

Se eliminarían 80,000 puestos de trabajo solo en el Departamento de Asuntos de Veteranos y millones de veteranos se verían obligados a esperar mucho más por la atención y los beneficios que necesitan.

1,2 millones de mujeres, bebés y niños no recibirían la nutrición que necesitan para mantenerse saludables a través del Programa Especial de Nutrición Suplementaria para Mujeres, Bebés y Niños (WIC).

Los servicios de nutrición, como Meals on Wheels, se reducirían para más de 1 millón de personas mayores de bajos ingresos.

640.000 familias perderían el acceso a la asistencia de alquiler y más de 430.000 familias de bajos ingresos serían desalojadas de sus hogares.

200.000 niños serían expulsados de Head Start y 180.000 niños perderían el acceso al cuidado infantil.

2 millones de estadounidenses perderían el acceso a los servicios de atención médica a través de los Centros Comunitarios de Salud.

En otras palabras, mientras el 1% superior posee más riqueza que el 90% inferior de nuestra población, y cuando el 60% de nuestros trabajadores

En otras palabras, mientras el 1% superior posee más riqueza que el 90% inferior de nuestra población, y cuando el 60% de nuestros trabajadores viven de cheque en cheque, el presupuesto republicano causaría un sufrimiento masivo a las personas más vulnerables de nuestro país.

La voluntad de los republicanos de mantener a la economía mundial como rehén de sus demandas draconianas y crueles ha hecho extremadamente difícil promulgar un acuerdo presupuestario bipartidista en este momento.

Entonces, ¿dónde vamos desde aquí?

En mi opinión, solo hay una opción. El presidente Biden tiene la autoridad y la responsabilidad bajo la Enmienda 14 de la Constitución para evitar un incumplimiento.

El lenguaje de esa enmienda es bastante claro. Dice: “La validez de la deuda pública de los Estados Unidos… no será cuestionada”. Esta es una garantía constitucional de que Estados Unidos siempre pagará todas sus deudas, punto.

Esta no es una idea radical. Asegurarse de que Estados Unidos siga pagando sus facturas independientemente de que se eleve o no el aumento legal del techo de la deuda es una idea que ha sido apoyada por republicanos y demócratas.

En 2016, el entonces presidente Donald Trump tenía razón cuando dijo: “Este es el gobierno de los Estados Unidos. En primer lugar, nunca tienes que dejar de pagar porque imprimes el dinero”.

El uso de la Enmienda 14 permitiría a los Estados Unidos continuar pagando sus facturas a tiempo y sin demora, evitar una catástrofe económica y evitar grandes recortes en la atención médica, la educación, el cuidado de los niños, la vivienda asequible, la asistencia nutricional y las necesidades de nuestros veteranos. .

Debe ser ejercido.

*Bernie Sanders es senador federal y una de las más importantes figuras de la izquierda de EU