El pasado lunes en California se llegó al récord estatal de 6,000 infectados con COVID-19 y al día siguiente se agregaron 2,000. En total son 88,200 los enfermos y 3,171 defunciones.

En el condado de San Diego, los funcionarios reportaron más de 300 nuevos casos por segundo día consecutivo después de romper un récord con más de 310 casos el domingo.

La Directora de Salud Pública del Condado de Los Angeles, Barbara Ferrer, dijo que es imposible rastrear el origen de la propagación en un entorno público, aunque considera  “muy probable” que el aumento general esté relacionado con protestas masivas que estallaron por la muerte de George Floyd, así como grupos de reuniones sociales en restaurantes y fiestas privadas.

Los funcionarios han reiterado que las tasas de transmisión aumentan a medida que más empresas reabren y la gente reanuda actividades normales después de meses de permanecer en sus domicilios.

El gobernador Gavin Newsom dijo que los funcionarios de salud estatales están vigilando de cerca las cifras, agregando que se sentía seguro de que el estado sería capaz de responder al virus en las próximas semanas y meses.

“Siempre hemos entrado en esto con los ojos bien abiertos. Siempre nos hemos preparado para una oleada”, dijo el gobernador. “Estamos en esa banda, donde siento que anticipamos la probabilidad a medida que reabren, de que el número aumente, y lo han hecho”.

Sin embargo, dijo que es posible que el estado invierta el curso si los recuentos de casos continúan subiendo.

“Estamos preparados para hacerlo, si es necesario”, dijo.

Newsom repitió una petición para que la gente use revestimientos faciales, que ahora es un mandato estatal, y que denuncie a las empresas y restaurantes que no están siguiendo los protocolos de seguridad.

“Cuando vayas a un restaurante y esté claro que no están practicando lo que estamos predicando, denúncialos. Danos las herramientas para hacer cumplir”, dijo.

La semana pasada, funcionarios del condado de L.A. dijeron que aproximadamente 1.000 restaurantes estaban violando las regulaciones para la reapertura, con mesas colocadas demasiado juntas.

El estado está monitoreando actualmente 10 condados — Fresno, Imperial, Kings, Los Angeles, Riverside, San Bernardino, San Joaquín, Santa Bárbara, Stanislaus y Tulare — para aumentos en casos de coronavirus y hospitalizaciones.

En el Condado de L.A., la Directora de Servicios de Salud, la Dra. Christina Ghaly,  dijo que, mientras que el condado actualmente tiene suficientes camas de hospital disponibles, el número de unidades de cuidados intensivos puede llegar a ser limitado en las próximas semanas si los pacientes COVID-19 tienen que competir por el espacio con otros pacientes. Los funcionarios están monitoreando de cerca esas cifras.

Además, los funcionarios estiman que aproximadamente 1 de cada 400 angelenos puede estar enfermo sin saberlo, ya que la llamada propagación asintomática sigue siendo un riesgo.

RIVERSIDE, AL ALZA

En el condado de Riverside, que tiene el segundo mayor número de casos en el estado, los funcionarios de salud pública han reportado 4,001 nuevos casos en 14 días. Aunque la métrica no cumple con el estándar del gobernador Gavin Newsom para la reapertura, el condado votó el mes pasado para aprobar un “Marco de preparación y reapertura” que describe puntos de referencia alternativos hacia la reapertura.

Funcionarios anunciaron que seleccionarán al azar a unos 3.500 residentes para un estudio de anticuerpos a fin de determinar si han estado expuestos al virus. El estudio ayudará a los esfuerzos de planificación del condado para la reapertura.

“Estamos pidiendo a aquellos que son contactados que consideren participar enérgicamente en el estudio”, dijo Kim Saruwatari, director de Salud Pública del condado. “Es importante conocer la extensión de la propagación del virus [y cuántos] han desarrollado anticuerpos. Esa información es vital a medida que avanzamos.

En todo el estado, la tasa de positividad entre los que se sometificó para coronavirus aumentó del 4,5% al 4,8% en la última semana, y el número de hospitalizaciones llegó al 16%.

En el condado de L.A., la tasa de positividad diaria sobre un promedio de siete días saltó a 8.8%. El Departamento de Salud informó el martes que hay 1.515 personas hospitalizadas, el 27% en cuidados intensivos. Si bien ese número está muy lejos de los máximos de 1.900 pacientes en los últimos meses, es mayor que los recuentos diarios de hospitalización de 1.350 a 1.450 en las últimas semanas.

A pesar del repunte en los casos, más ciudades y condados continúan ampliando sus planes de reapertura.

En San Francisco, las autoridades anunciaron que la ciudad avanzaría en su próxima fase de reapertura de mediados de julio al 29 de junio. Peluquerías y salas de uñas, barberías, museos, zoológicos, salones de tatuajes, establecimientos de masajes y bares al aire libre podrán reabrir, siempre que sigan los protocolos de seguridad.

Newsom repitió una petición para que la gente use revestimientos faciales, que ahora es un mandato estatal, y que denuncie a las empresas y restaurantes que no están siguiendo los protocolos de seguridad.

“Cuando vayas a un restaurante y esté claro que no están practicando lo que estamos predicando, denúncialos. Danos las herramientas para hacer cumplir”, dijo.

La semana pasada, funcionarios del condado de L.A. dijeron que aproximadamente 1.000 restaurantes estaban violando las regulaciones para la reapertura, con mesas colocadas demasiado juntas.

El estado está monitoreando actualmente 10 condados — Fresno, Imperial, Kings, Los Angeles, Riverside, San Bernardino, San Joaquín, Santa Bárbara, Stanislaus y Tulare — para aumentos en casos de coronavirus y hospitalizaciones.

En el Condado de L.A., la Directora de Servicios de Salud, la Dra. Christina Ghaly,  dijo que, mientras que el condado actualmente tiene suficientes camas de hospital disponibles, el número de unidades de cuidados intensivos puede llegar a ser limitado en las próximas semanas si los pacientes COVID-19 tienen que competir por el espacio con otros pacientes. Los funcionarios están monitoreando de cerca esas cifras.

Además, los funcionarios estiman que aproximadamente 1 de cada 400 angelenos puede estar enfermo sin saberlo, ya que la llamada propagación asintomática sigue siendo un riesgo.