Las universidades del país deben dar todo tipo de facilidades a las estudiantes embarazadas para que hagan sus estudios de la mejor manera posible, sin obstáculos ni limitaciones.

Esto lo destacó el Departamento de Educación del país  a propósito de una estudiante embarazada de la Universidad de Troy en Alabama, quien no tuvo las condiciones apropiadas dentro de su salón de clase. Esto motivó una investigación de la Oficina de Derechos Civiles (OCR) del Departamento de Educación de Estados Unidos.

La OCR indicó que dicha casa de estudios no respondió a las solicitudes de ajustes relacionados con el embarazo de una estudiante durante el año escolar 2020-21 de una manera que cumplió con el Título IX de las Enmiendas Educativas de 1972 (Título IX).

Indica que la joven notificó a la universidad sobre su embarazo antes del comienzo del semestre de otoño de 2020 y pese a ello experimentó consecuencias negativas derivadas de la falta de adaptaciones para su estado de gravidez.

Por ejemplo, cuando la estudiante no pudo caber en el escritorio de un salón de clases, solicitó una mesa para una de sus clases, pero nunca la recibió. También fue penalizada en una clase por falta de asistencia y recibió una calificación reprobatoria en otra clase porque se le negó la capacidad de recuperar el trabajo.

La investigación de OCR identificó lo siguiente:

La universidad no hizo ajustes razonables y receptivos en respuesta a las solicitudes relacionadas con el embarazo de la estudiante.

Las respuestas que la universidad ofreció a las solicitud de la estudiante no fueron ad hoc y descoordinadas.

El coordinador del Título IX no intervino de manera consistente ni oportuna cuando el estudiante lo alertó sobre problemas con ciertas clases.

Ninguna evidencia reflejó que el coordinador del Título IX respondió a un profesor que buscó orientación para abordar las solicitudes del estudiante.

Además, la falta de información  sobre cómo obtener ajustes relacionados con el embarazo contribuyó a la respuesta descoordinada de la universidad y dejó al estudiante haciendo múltiples solicitudes tanto a través del coordinador del Título IX de la universidad como de profesores individuales.

Ante esto, la universidad se comprometió a lo siguiente:

*Proporcionar a la estudiante ajustes en las calificaciones afectadas negativamente por el manejo de sus solicitudes por parte de la universidad, así como el reembolso de los gastos documentados relacionados con los cursos que tuvo que volver a tomar desde el semestre en que estaba embarazada.

*Revisar y, cuando sea necesario, revisar o redactar políticas y procedimientos sobre cómo abordar las solicitudes de ajustes de estudiantes embarazadas para garantizar que cumpla con el Título IX.

*Actualizar su sitio web para proporcionar información sobre los derechos del Título IX de las estudiantes embarazadas, el proceso para solicitar ajustes y un enlace a los procedimientos de queja que se aplican a las quejas relacionadas con el embarazo u otra discriminación sexual.

*Capacitación a la facultad y al personal sobre los derechos del Título IX de las estudiantes embarazadas y las obligaciones de la universidad con respecto a las estudiantes embarazadas, así como una encuesta para medir la efectividad de la capacitación.

*Seguimiento de las solicitudes de los estudiantes para los ajustes relacionados con el embarazo y las respuestas de la universidad a las solicitudes.

“Agradezco a la Universidad de Troy por abordar las necesidades relacionadas con el embarazo de la estudiante que acudió a OCR en busca de ayuda y por garantizar que, en el futuro, brindará a las estudiantes embarazadas el mismo acceso a los cursos de la universidad y otras ofertas”, dijo la  Subsecretaria de Oficina de Derechos Civiles, Catherine E. Lhamon.