La titular de la Secretaría de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, advirtió sobre un flujo migratorio descomunal de personas que buscan llegar a Estados Unidos –vía México– lo cual, dijo, significa una alerta no sólo para la seguridad del vecino país, sino también para el nuestro, de ahí que debemos resolver nuestra propia crisis.

Ante los amagos del presidente Donald Trump de cerrar la maldita frontera si México no actúa para contener el paso de miles de migrantes, la funcionaria dio la razón al mandatario en el sentido de que estamos frente a un grave problema, aunque confió en que no dé ese paso.

De verdad, de verdad, esto está siendo un grave problema, pero no solamente para Estados Unidos, sino también para México, señaló.

Por eso es importante lograr una migración ordenada y segura, ya no sólo por Estados Unidos, sino por nuestra seguridad nacional. ¿Quién está entrando por nuestra frontera sur? Es más, hay nacionalidades que no habíamos tenido, explicó.

Sánchez Cordero habló por segunda vez en la semana del tema migratorio, después de reunirse el martes en Miami, Florida, con la secretaria de Seguridad Interior de Estados Unidos, Kristjen Nielsen, con quien acordó el intercambio de información de inteligencia.

En entrevista con José Cárdenas, de Radio Fórmula, reiteró lo dicho el miércoles ante la prensa respecto de la formación de una caravana madre, alentada desde Honduras con más de 20 mil personas.

Ante la respuesta del gobierno hondureño, que niega la especie, la secretaria dijo que su fuente de información son las redes sociales, el Internet e incluso anuncios publicados en periódicos de Centroamérica y que el calificativo de madreposiblemente lo dio la prensa.

A lo mejor algún periodista la calificó de madre y dijo que son más de 20 mil; tendría que buscar la fuente, explicó.

Apenas en dos días, actualizó las cifras que dio el miércoles acerca de un aumento persistente de personas deportadas, y pidió que antes de ver lo que ocurre con Trump se observe lo que pasa en México, porque un flujo mensual de 100 mil personas no es un número manejable ni siquiera para ellos.

En el lustro más reciente, recordó, el nivel de deportación de Estados Unidos era de entre 35 y 40 mil migrantes al mes que cruzaban por la frontera mexicana; en febrero subió a 76 mil y para marzo podrían rebasar los 100 mil migrantes irregulares que pasan por nuestro territorio.

“Es una cifra descomunal. Si tu la proyectas para diciembre de este año, pues yo creo que llegará al millón (el miércoles dijo 900 mil)… Es un número enorme, enorme”, dijo.

La funcionaria argumentó que en ese flujo se encuentran ahora nacionalidades que no habíamos tenido. Citó países de Asia y África, como Camerún, India, Bangladesh, Pakistán, Afganistán y Congo.

Sin embargo, estadísticas de la Unidad de Política Migratoria de Gobernación muestran que tales nacionalidades tienen un registro desde hace una década y el auge no ocurrió este año, sino desde el sexenio pasado.

Tan sólo en 2018, el Instituto Nacional de Migración (INM) contabilizó 7 mil 506 asiáticos y 2 mil 958 africanos. Un año antes, el acumulado fue de 5 mil 170 y 2 mil 178, respectivamente.

Sánchez Cordero subrayó que la migración está relacionada con actividades ilícitas como el tráfico de personas, de órganos, de niños, entre otras, así como de la problemática de corrupción en el INM.

En principio, reconoció que México no podría parar a rajatabla la movilidad en la frontera sur, tanto la regular (de unos 2 millones de personas al año) como la irregular, así como el eventual cierre de la norte.

Esperemos que tomemos decisiones más firmes, en el sentido de que la frontera sur de nuestro país debe ser de flujo migratorio ordenado y seguro, señaló.

Por otra parte, en un desayuno con personal de migración realizado en el Aeropuerto Internacional de Ciudad de México con motivo del inicio del Programa Paisano 2019, previo a Semana Santa, la secretaria dijo que ustedes nos pueden ayudar y serán grandes aliados para avanzar en la cruzada contra la corrupción en nuestro país.