Comprobado: Goliat, el gran poder del dinero privatizador, se vence con el poder de los votantes
February 17, 2020 - por La Educación.
Los multimillonarios que quieren la privatización educativa ya son los perdedores. Esto ha sido posible por las huelgas de sindicatos de maestros que han creado y despertado conciencias y la participación ciudadana. La narrativa y la historia han cambiado y ahora es necesario impulsar a nivel nacional el modelo popular en favor de la educación pública.
Estas son tesis centrales de una de las más importantes expertas en educación del país, Dianne Ravitch, plasmadas en su libro “Slaying Goliath: The Passionate Resistence to Privatization and the Fight to Save America´s Publica Schools”.
Afirma que potentados como los propietarios de Walmart o el magnate Eli Broad, a quien llama “disruptores” sólo han tratado de succionar miles de millones de dólares de la educación argumentando fracasos de la educación pública con base en enfoques en las pruebas estandarizadas, que poca relación tienen con la realidad.
Nacida el 1 de julio de 1938 en Houston, Texas, Ravitch conoce las poleas del poder de cerca ya que fue Secretaria Adjunta de Educación en la administración del presidente republicano George W. Bush.
Por eso, con conocimiento de causa destaca que ex presidentes como el propio Bush y Obama, otros altos funcionarios y empresarios, se enamoraron con esa idea de que sólo el medir el problema educativo se solucionaría, cuando “el objetivo debe ser el crear ciudadanos sanos, con mentalidad cívica y participativa”.
Asume que durante muchas décadas, parecía que los potentados estaban ganando. “Ya no. Desde Virginia Occidental hasta Los Angeles”, precisa. Y por eso el libro de Ravitch celebra la creciente rebelión de educadores, padres y miembros de la comunidad que luchan por estudiantes y educadores, y ganan.
Ellos están matando a Goliat, expresó durante una entrevista con NEAToday.
El poder del dinero puede ser derrotado por el poder de los votantes, es su razonamiento.
Forjada en la Universidad de Columbia, Ravitch cuenta que no pensaba escribir ese libro, pero fue inspirada por las huelgas magisteriales de Los Angeles, de Virginia Occidental y otras., que empezaron a gestar cambios en la medida que se acreditaban las victorias.
“Al mismo tiempo, los medios nacionales comenzaron a tratar a los maestros de manera diferente. Unos años antes, la revista TIME tenía a Michelle Rhee en su portada, sosteniendo una escoba, con el titular “Manzanas podridas” (Rotten Apples). Vi la narrativa nacional totalmente cambiar. Empezaron a publicar historias sobre los maestros a los que se les pagaba tan mal que tenían que trabajar dos o tres trabajos. Leí una sobre un profesor que barría el centro comercial por la noche. ¿Te imaginas correr a tu médico o dentista barriendo el centro comercial por la noche por dinero? Los profesores son profesionales como ellos”.
Ravitch indica que “cuando las huelgas no consiguieron todo lo que la gente quería, obtuvieron algo: ayudaron a organizar a los maestros y llevaron a algunos maestros a postularse para el cargo. Si ese tipo de activismo se mantiene, los niños por fin tendrán representación”.
Sostuvo que lo que pretendía hacer con el libro son dos cosas:
Primero, reunir estas victorias y hacer que se sepa que la gente que lucha no está perdiendo. No están siendo ignorada. Hay razones para esperar y seguir luchando por lo correcto, que es una escuela pública bien financiada con maestros que reciben apoyo y saben lo que están haciendo.
Segundo: enviar un mensaje a las personas que han financiado a privatizadores: los Waltons, los Gateses, los Broads. Han perdido mucho dinero. Debe haber un gran letrero iluminado que brille encendido y apagado, que les diga: “¡Perdedor! ¡Perdedor!”
Sus ideas, agrega, son terribles y no funcionan.
En su libro, Ravitch describe una elección de la junta escolar de Colorado, en la que los miembros de la junta escolar pro-voucher, respaldados por mucho dinero, son derrotados por un “equipo de ensueño” de candidatos respaldados por padres de escuelas pro-públicas.
Y precisa que es aquí donde está sucediendo la batalla, en las elecciones locales? ¿Por qué importan?
“Debido al dinero involucrado, las batallas cruciales se están librando en las elecciones de la junta escolar local y de la junta escolar estatal. Grupos [pro-voucher] como Democrats for Education Reform han recaudado dinero para candidatos en lugares tan oscuros como Perth Amboy, Nueva Jersey. Cuando nos fijamos en las presentaciones de estas elecciones locales, sus candidatos están llegando con $200,000, o más, en contribuciones. La gente local no puede competir contra eso. Una de las razones por las que escribo sobre [laintegrante de la junta escolar] Amy Frogge, en Nashville, es porque por lo que sé, ella nunca recibió contribuciones fuera del estado y estaba corriendo contra alguien con cinco veces más dinero. Lo que es tan peligroso acerca de esta situación, de lo que se trata realmente, es si vamos a tener consejos escolares elegidos localmente, o juntas directivas elegidas por organizaciones nacionales”.
Y acentúa:
“La gente necesita saber: es crucial mirar estos archivos de campaña. En el libro, incluyo una historia sobre Massachusetts, donde el dinero de los administradores de fondos de cobertura y Wall Street se destinó a una campaña de votación para levantar el tope estatal de las escuelas chárter. Fue fundamental revelar que se trataba de millones de dólares de personas sin conexión con Massachusetts. En el otro lado, no había grandes partidarios, excepto la Asociación de Maestros de Massachusetts. Su presidenta, Barbara Madeloni, preguntó a sus miembros y acordaron poner alrededor de $10 cada uno”. Los padres y educadores ganaron en ese sitio.
DESTRUCCION DE SINDICATOS
En el capítulo sobre la resistencia de los maestros, que describe la huelga en todo el estado en West Virginia, seguida de otros #RedforEd paros, Ravitch concluye que “los maestros aprendieron que juntos tenían poder. Y no olvidarían esa lección”.
Pero ¿cuál es el papel de los sindicatos en el crecimiento de ese poder?
“ Nunca he pertenecido a un sindicato, pero creo mucho en el sindicalismo. Creo que una de las razones por las que nuestra sociedad está en tantos problemas es que estamos perdiendo nuestra clase media. Vemos esta creciente desigualdad de ingresos y desigualdad de riqueza, y parte de eso se debe a que la extrema derecha es tan eficaz para matar a los sindicatos
“ Cuando estaba del otro lado —, del gobierno, lo llamo “el lado oscuro”, oía: “Los sindicatos son el problema. Si pudiéramos deshacer nos de ellos, podríamos deshacer nos de los vagos que aparentemente están arruinando las escuelas. Este ánimo anti-profesor y antisindical está inspirado en ALEC. Para aprender más al respecto, el libro que siempre recomiendo que la gente lea es de Gordon Lafer, “The One Percent Solution: How Corporations are Remaking American One State at a Time”, que describe el esfuerzo estado por estado para eliminar a los sindicatos”.
En el libro, escribe: “La gran lección de esta historia es que a los multimillonarios no se les debe permitir comprar democracia, aunque ciertamente están tratando de hacerlo. El poder de su dinero puede ser derrotado por el poder de los votantes”.
Remata:
“Cuando tienes a todos estos legisladores con maestros en sus pasillos, y todo el mundo está usando sus camisetas a juego y dicen que necesitamos más para los niños de este estado, y los electores están llamando y diciendo: “Por el amor de Dios resuelva la huelga”, usted de repente crea toda esta contrapresión a la influencia ejercida por los donantes de gran dinero y los “disruptores”. Sorprendente resulta ser enormemente poderoso. Cuando las huelgas no consiguieron todo lo que la gente quería, obtuvieron algo: ayudaron a organizar a los maestros y llevaron a algunos maestros a postularse para el cargo. Si ese tipo de activismo se mantiene, los niños por fin tendrán representación.
“Aquí es donde encajan los sindicatos. Los maestros están luchando por el financiamiento de los niños. Están luchando para conseguir maestros decentes en un momento de escasez nacional de maestros. El pensamiento típico de derecha es que los maestros sólo están por el dinero. Cualquiera que crea eso es un mentiroso o un loco”..