No se escuchará hablar de ello en los medios corporativos (por razones obvias), ni en el Congreso (por razones obvias), pero el problema más importante que enfrenta el pueblo estadounidense y la comunidad global es el rápido ascenso de la oligarquía.

Nunca antes en la historia moderna tan pocos habían tenido tanta riqueza y poder. Nunca antes una clase dominante había podido ejercer ese poder no solo en Estados Unidos sino en todos los rincones del planeta.

Hoy en Estados Unidos tenemos más ingresos en desigualdad de riqueza que nunca. Mientras que el 60% de los estadounidenses viven de cheque en cheque, 3 individuos poseen más riqueza que el 50% más pobre.

Hoy en Estados Unidos tenemos más concentración de propiedad que nunca. En un sector tras otro -servicios financieros, salud, agricultura, transporte, energía, alimentos, vivienda, etc.- cada vez menos corporaciones gigantes controlan lo que se produce y los precios que pagamos.

Hoy en Estados Unidos tenemos más consolidación mediática que nunca. Algunas estimaciones afirman que hasta el 90% de los medios de comunicación de EE. UU. están controlados por solo seis grandes conglomerados globales que tienen un impacto definitorio en nuestra cultura y la información que recibimos.

Hoy en Estados Unidos tenemos un sistema político que está cada vez más controlado por la clase multimillonaria. En las recientes elecciones, sólo 150 familias multimillonarias gastaron casi 2.000 millones de dólares para que sus candidatos fueran elegidos.

Y seamos claros. Este nivel masivo de desigualdad solo va a empeorar bajo la administración Trump, con Elon Musk, la persona más rica del mundo, desempeñando un papel activo. Si Trump se sale con la suya, los muy ricos se volverán más ricos y tendrán más poder, mientras que los estadounidenses comunes se volverán más pobres y tendrán menos poder.

Bajo Trump habrá más exenciones fiscales para los muy ricos y las grandes corporaciones, mientras que, al mismo tiempo, se reducirán los programas que se necesitan desesperadamente para los pobres y la clase trabajadora.

Bajo Trump habrá esfuerzos para privatizar Medicare, Medicaid, el Seguro Social, la Administración de Veteranos y la educación pública y, al mismo tiempo, facilitar que las grandes corporaciones destruyan el medio ambiente, participen en la intolerancia y socaven los derechos de los trabajadores.

No podemos permitir que esto suceda. Tenemos que enfrentarnos a Trump y a los oligarcas. Y la mejor manera de hacerlo es educar y organizar, educar y organizar. Tenemos que ampliar nuestro alcance en las redes sociales para contrarrestar la enorme influencia de los medios corporativos y de derecha. Tenemos que aumentar nuestra presencia en las comunidades de clase trabajadora. Tenemos que encontrar líderes de base que estén preparados para enfrentarse a los poderosos intereses especiales y postularse para cargos a nivel local, estatal y federal.

Estos son tiempos difíciles, pero la desesperación no es una opción. Hay demasiado en juego, no solo para nosotros, sino también para nuestros hijos y las generaciones futuras.

Estamos todos juntos en esto.

En solidaridad.

*Bernie Sanders, senador, una de las figuras más importantes de  la izquierda de EU.