Confinamiento, no bajar la guardia
May 17, 2020 - por La Jornada.
El exhorto ha sido atendido por buena parte de la ciudadanía, pero no por toda, como sería lo óptimo: en distintos sectores geográficos un gran número de hombres y mujeres ha circulado (y transita) ignorando la consigna sanitaria que recomienda quedarse en casa, y en muchos casos sin siquiera adoptar la elemental medida de usar cubrebocas. Naturalmente, hay quienes se desplazan por razones de trabajo y ello los obliga a permanecer en la vía pública más tiempo del necesario para, por ejemplo, abastecerse de víveres o realizar algún trámite de manera presencial; pero mucha gente lo hace sin otro propósito que el dedejar temporalmente un encierro que le resulta enojoso y difícil de sobrellevar, obviando el hecho de que se trata de una medida esencial para proteger la salud propia y de los demás.
Ayer, en su conferencia vespertina, el titular de la Subsecretaría de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell, recordó que nos encontramos en el punto más alto de contagio del Covid-19, por lo que relajar las disposiciones preventivas tomadas para minimizar los daños de la epidemia es un error que podría tener graves consecuencias. Y horas antes, la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, había insistido –a través de redes sociales– en que nos hallamos en semáforo rojo y alerta sanitaria
, por lo que es preciso mantener la disciplina y no salir a la calle innecesariamente.
Sin embargo, la comprensible inquietud de las autoridades de salud y de gobierno no va acompañada de una conciencia pública sobre los riesgos de romper antes de tiempo las medidas de sana distancia y aislamiento incluidas en el estado de emergencia sanitaria todavía vigente. En el mayor conglomerado urbano del país –la capital de la República y los centros poblacionales que conforman la megalópolis– en las calles se registra desde hace un par de días un claro incrementode la movilidad de personas y vehículos, lo cual implica que por hastío, imprevisión, falta de información o todo junto, se está poniendo en peligro la eficacia de la estrategia que en México se ha elegido para combatir el virus.
Las actividades que se reanudan prematuramente son múltiples: a los vendedores ambulantes de todo tipo de artículos y los encargados de puestos de comida se le suman parejas, pequeños grupos de paseantes o personas que caminan con sus mascotas, que en algunas colonia contrastan con el prudente vacío que se advertía en semanas anteriores.
El ingreso a la nueva normalidad
, como denominan en el gobierno a las etapas que seguirán a la contingencia sanitaria, va a tener lugar de manera necesaria. Pero es imprescindible que se produzca de forma gradual, programada y observada cuidadosamente, porque bajar la guardia cuando no se tenga la certeza de que el peligro ha pasado, puede exponer a la salud colectiva a un indeseable golpe.