Los Angeles

Migrantes mexicanos en Estados Unidos ponderaron la actitud propositiva, respetuosa y valiente de su presidente, Andrés Manuel López Obrador, ante el mandatario Joe Biden. Sólo hubo un cuestionamiento: no le planteó la urgente necesidad de que el estadounidense, en uso de sus facultades, emita una orden ejecutiva para proporcionar el Status de Protección Temporal a los más de once millones de indocumentados.

Ahora, expresó el dirigente comunitario angelino, Juan José Gutitérrez, quien estuvo en Washington en ocasión de la cumbre presidencial, desplegará una campaña ante los dos gobiernos para que atiendan esa demanda a fin de legalizar de inmediato a ese segmento de migrantes.

Dijo que esta disposición de Biden es necesaria mientras se crean condiciones para que los legisladores aprueben la reforma migratoria, que encuentra escollos que no son posible sortear en estos momentos ya que hay carencia de votos suficientes para sacarla adelante, sobre todo en el Senado.

En la Cámara Alta hay paridad entre legisladores demócratas y republicanos con 50 por bando y el voto decisivo proviene -por ley- de la vicepresidenta Kamala Harris. Para que una iniciativa migratoria sea validada se requieren 60 votos.

La esperanza es que en las elecciones de noviembre, los demócratas conserven la mayoría en la Casa de Representantes y  que ganen en la Cámara Alta los  diez escaños o que  convenzan a republicanos para sumarse a la reforma, lo cual se advierte harto complejo.

Debido a ello,  el razonamiento de Gutiérrez es que el presidente Biden emita esa orden ejecutiva que puede considerar dentro del argumento del presidente mexicano en el sentido de que Estados Unidos tiene un acusado déficit de mano de obra que puede llegar a vulnerar su aparato productivo.

Asegura el dirigente que a esa carencia de trabajadores se agregarían los graves problemas que ocasionó la pandemia al país, la crisis energética y la inflación que configurar condiciones que permitan la declaratoria de una emergencia nacional.

Y dentro de ese escenario, bien cabe por justificada, la orden ejecutiva para proteger a los indocumentados con lo que se denomina TPS, siglas en inglés de Permiso de Estancia Temporal, que se otorga a un connacionales de poco más de una docena de naciones. A últimas fechas de concedió a los ucranianos y se renovó a los venezolanos.

“El presidente Biden debe acreditar su voluntad política para tomar esa decisión”, dijo Gutiérrez, originario de Jalisco, pero ciudadano estadounidense, dirigente comunitario durante más de 30 años y con estudios de licenciatura en la Universidad de Loyola.

En una carta que le entregó de manera personal a López Obrador el dirigente guerrerense Aniceto “Cheto” Polanco luego del homenaje que le rindió a Martin Luther King, se especifica claramente la petición para que expusiera a Biden el impulso a los Permisos de Estancia Temporal a los indocumentados.

Anteriormente, en seis ocasiones los dirigentes de la Coalición por los Derechos Plenos de los Inmigrantes le hicieron llegar por canales oficiales de alto nivel al mandatario solicitudes de entrevista y hasta ahora no ha respondido. Quieren pensar que en esta ocasión si podrán hablar con él para plantearle asuntos de urgente atención en las comunidades en los apartados educativo, de inmigración, salud y derechos humanos. No les interesa a dónde los convoque. Lo que quieren es que se haga.

La última administración que pudo sacar adelante la reforma migratoria fue la del demócrata Barack Obama ya que los demócratas controlaban  ambas cámaras y disponían del suficiente apoyo legislativo para aprobarla. Como candidato a la presidencia, el afroamericano ofreció que – si triunfaba en la elección- en los primeros cien días de su mandato haría posible esa reforma, pero jamás lo llevó a cabo. Más bien, deportó a más de dos millones de indocumentados, lo que le valió el mote de “presidente deportador”.

Dudas sobre las visas temporales

Otro de los puntos que no quedaron claros a la comunidad migrante es el de las visas temporales que se expedirán como una forma de ordenar la migración, como lo dijeron López Obrador y Biden.

Empero, no hicieron saber cuántas serán, a quiénes se les van a otorgar y a partir de cuándo.

Antes del encuentro entre ambos presidentes, a nivel de medios se señalaba que serían 300 mil visas, 150 mil para mexicanos y el resto para centroamericanos.

Gutiérrez hizo esta pregunta al Secretario de Relaciones, Marcelo Ebrard, y a Luis Gutiérrez, titular del Instituto de los Mexicanos en el Exterior y le respondieron que la cuestión será abordada por los comités binacionales que analizarán las cinco propuestas de AMLO a Biden.

Mayoritaria opinión favorable a AMLO

En términos generales, entre la mayor parte de los mexicanos en Estados Unidos existe una opinión favorable a lo que López Obrador expuso – en cuanto a fondo y forma- a su homólogo estadounidense. Los adjetivos calificativos los expresaron, incluso, de manera personal – y a veces jubilosa- al mandatario, afuera de su hotel o en los eventos a los que acudió donde se permitió la presencia pública, en los homenajes al ex presidente Franklin Delano Roosevelt y a Martin Luther King.

Esas muestras de adhesión que el mismo López Obrador agradeció de manera vehemente esta mañana en su conferencia diaria en el Palacio Nacional de la Ciudad de México, fueron acompañadas fuera de su sitio donde se alojó con música vernácula ejecutada por mariachi. El mandatario  expresó que los migrantes son seres especiales con un lazo axiológico muy fuerte con su patria, con sus comunidades de origen, con sus familias.

El colimense Guillermo Roacho expresó que López Obrador, incluso, evidenció su voluntad de colaborar con Biden en este momento que afronta serias dificultades ya que la mayoría de estadounidenses rechazan -casi en 70 por ciento- su labor al frente de los destinos de la Unión Americana.

Dijo que si Biden atiende las cinco propuestas de AMLO le darían oxígeno puro y se ganaría a la inmensa mayoría de latinos, lo que a final de cuentas se convertiría en votos que lo ayudarían en su afán reeleccionista.

Roacho, al igual que muchos, considera que López Obrador es “mucha pieza” y se convirtió en el primer presidente mexicano que se planta en la Casa Blanca y asume una actitud resuelta, no se amilanó, habló claro, de tu a tu y propuso solución a problemas no sólo binacionales, sino que incluyó a centroamericanos.

Afirma que no hay duda que la mayor parte de los migrantes mexicanos apoyan a López Obrador, pero destaca que por desgracia no existen las organizaciones que capten esa masa, la organicen y expresen con claridad y profundidad sus exigencias, logros, realidades, proyectos y fracasos.

Y, parafraseando al escritor e ideólogo José Revueltas, la comunidad mexicana en la Unión Americana es un pueblo sin cabeza.

Gutiérrez dice que ese es el reto: integrar a los simpatizantes lopezobradoristas y a ello enfoca él y otros dirigentes sus esfuerzos en el corto plazo.

Líderes migrantes exaltan la defensa de los inmigrantes que hizo AMLO ante Biden y les llama la atención estos conceptos que le expresó:

“ Sé que sus adversarios, los conservadores, van a pegar el grito en el cielo, pero sin un programa atrevido de desarrollo y bienestar no será posible resolver los problemas ni resolver los problemas ni conseguir el apoyo del pueblo.

“Frente a la crisis, la salida no está en el conservadurismo, sino em la transformación, actuando con arrojo, transformar, no mantener el statu quo

“No debe haber egoísmos entre pueblos amigos y vecinos. Además, integración no significa hegemonía o sometimiento”.

Roacho destaca que ningún presidente se había dirigido con esas palabras ante un mandatario de EU, menos en la Casa Blanca.