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El Grupo de Puebla lanza un manifiesto progresista para contrarrestar al neoliberalismo en América Latina

February 11, 2021 - por

El Grupo de Puebla lanza un manifiesto progresista para contrarrestar al neoliberalismo en América Latina

Cumbre del Grupo de Puebla realizada en Buenos Aires, Argentina, el 9 de noviembre de 2019 Natacha Pisarenko / AP

El Grupo de Puebla presentó un manifiesto progresista compuesto por 33 puntos, entre los que se incluyen temas como la democracia, la pandemia, la persecución judicial y la corrupción, y con el que aspiran a sentar un punto de partida para construir un proyecto político colectivo y alternativo en América Latina y el Caribe que enfrente a las políticas neoliberales.

“La humanidad enfrenta el mayor de sus desafíos: la vida en el planeta está en peligro. En ese contexto, la trágica situación sanitaria desatada por el covid-19 ha significado para América Latina pérdidas irreparables en términos de vidas humanas, además de agravar y profundizar la crisis económica y social que venía arrastrándose por años, como consecuencia, entre otros, de los golpes brutales o híbridos asestados en contra de los gobiernos progresistas de la región”, señala el escrito.

También denuncia que “algunas administraciones han defendido posturas negacionistas sobre la pandemia dejando entrever su incompetencia y negligencia, y perjudicando con ello no solo a sus respectivos países, sino al conjunto de la región”. Se refiere así al presidente brasileño, Jair Bolsonaro, aunque evita mencionarlo por su nombre.

“La pandemia ha desnudado las profundas desigualdades adjudicables al modelo neoliberal y que se han reflejado en la distribución de las vacunas. Estas injusticias se observan en las marcadas asimetrías en la producción y distribución de estas vacunas de las cuales depende la vida de millones de personas”, señala ante el acopio realizado por los países ricos en detrimento de las naciones en desarrollo.

Al enumerar las falencias del modelo neoliberal apoyado en la financiación del capital, explica que promueve la desigualdad extrema y la precariedad del mercado laboral, fragiliza el estado de bienestar y la democracia, socava derechos sociales, amenaza el medioambiente, deriva en crisis económicas recurrentes y ha convertido en incompatibles el crecimiento sostenible y la justicia social.

“Su agotamiento y consecuente crisis económica y social ha generado un crecimiento de la extrema derecha en varias latitudes, que pone en riesgo las democracias, incluso en países con una trayectoria significativa democrática. Este modelo incompatible con la vida debe sustituirse por uno que reivindique la solidaridad, la justicia y formas de democracia sustantivas. Nos urge un nuevo rumbo para los pueblos de América Latina, el Caribe e Iberoamérica”, convoca.

Este foro está conformado por líderes progresistas de la región, entre ellos los presidentes de Argentina, Alberto Fernández, y Bolivia, Luis Arce; y los expresidentes de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva y Dilma Roussef; Bolivia, Evo Morales; Colombia, Ernesto Samper; Costa Rica, Martín Torrijos; Ecuador, Rafael Correa; España, José Luis Rodríguez Zapatero; Paraguay, Fernando Lugo; República Dominicana, Leonel Fernández; y Uruguay, José Mujica.

¿Cómo hacerlo?

El manifiesto advierte que es indispensable acordar una defensa cerrada de la democracia en medio de una coyuntura donde el autoritarismo es una posibilidad fehaciente. “Ante ese agresivo nacionalismo conservador y neofascista, se debe responder con más Estado social de derecho y reivindicando el derecho social al Estado”, afirma.

Por eso propone poner en marcha un modelo solidario de desarrollo, recuperar el papel fundamental para el Estado y refedinir la responsabilidad social del mercado porque “no puede seguir siendo el paraíso de unos pocos y el infierno de muchos”.

En el caso específico de la pandemia, plantea que se debe asumir la salud como un bien público global que, entre otros aspectos, garantice el acceso universal a la vacuna.

Además, sugiere revisar privatizaciones y promover más control público y menos mercado en el suministro de servicios y bienes públicos, proteger la libre expresión de la sociedad civil en las redes sociales, profundizar y consolidar a las democracias y resistir y combatir la “guerra híbrida” liderada por Estados Unidos que alteró el curso de las democracias en la región en países como Brasil, Paraguay, Honduras y Bolivia.

“La principal estrategia de esta nueva forma de guerra consiste en los golpes de Estado que a diferencia del pasado no ocurren apelando a los militares, sino recortando las facultades de los Congresos y violando los derechos de los opositores con acciones como la violación de los domicilios, la represión generalizada y la intimidación en medios de comunicación y redes sociales. Esta estrategia busca acomodar a América Latina dentro de la agenda geopolítica de Estados Unidos y puede incrementar y agudizar la pobreza, la miseria y el hambre”, denuncia.

Con respecto a las “guerras jurídicas” (‘lawfare’), el Grupo de Puebla asegura que han buscando recortar los derechos de plataformas o partidos progresistas a través de procesos judiciales anómalos que incluyen la estigmatización mediática en contra de sus líderes.

Transformaciones

Por otra parte, el manifiesto apuesta por “un combate efectivo” contra la corrupción política, para lo cual propone que el financiamiento de las campañas sea estatal, y por promover la igualdad, eliminar la pobreza, crear trabajos dignos, aumentar salarios e implantar políticas robustas de inclusión social y de eliminación de la división sexual del trabajo.

Establecer la Renta Básica Solidaria, promover la justicia fiscal, refinanciar la deuda externa y apoyar un mecanismo financiero internacional para superar la crisis provocada por la pandemia, diseñar una nueva política económica solidaria y garantizar la estabilidad macroeconómica pero rechazar la austeridad son otras de las iniciativas del Grupo de Puebla.

A ellas se añade la puesta en marcha de una nueva arquitectura financiera regional y una nueva industrialización que promueva “la transición verde”, así como la democratización de las comunicaciones para garantizar el acceso a las nuevas tecnologías y la promoción de una integración latinoamericana soberana.

En el panorama externo, el foro apuesta por una reforma del sistema de Naciones Unidas y apoyo al multilateralismo y a la multipolaridad como fórmula de convivencia global y de rechazo a las hegemonías para crear un orden internacional más simétrico, justo y multipolar.

Otro de los apartados reconoce a la promoción de la igualdad de género como motor de la transformación progresista, ya que la pandemia ha visibilizado las graves situaciones de desigualdad y discriminación que viven las mujeres, sobre todo aquellas de comunidades étnicas, campesinas, trabajadoras informales y tercera edad.

“Nuestro deber como progresistas consiste en leer, entender y comprender el vigoroso, aunque doloroso mensaje, de parar, reflexionar y seguir que nos deja la pandemia. Nos urge trabajar en un proyecto político que conmueva y convenza a las y los supervivientes del viejo modelo de que aún existen en América Latina y el Caribe utopías alternativas posibles”, concluye.