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El genocidio que viene

July 27, 2024 - por

El genocidio que viene

Monterrey, N.L.

“La ciencia médica ha avanzado tanto que ya casi no queda nadie completamente sano” Aldous Huxley.
Acabó de leer que Brasil ya salió de la lista de los 20 países con menos vacunación infantil en el mundo. ¿México? Sigue en esa lista. Y ya sé que los antivacunas van a “respirar de alivio”. Pero, señoras y señores: se nos viene un problema de proporciones bíblicas en cuanto a la catástrofe que puede ocurrir. Un verdadero genocidio.
Recuerdo que mi padre (siendo médico), no nos quiso vacunar a mí y a mis hermanos (y somo cuatro hermanos). Lo anterior, porque la vacuna contra la poliomielitis que le aplicaron a la hija de un vecino (también médico), no la protegió, y, por desgracia, la niña quedó con secuelas de por vida. Pero las vacunas, como todo, han avanzado. Si no me creen: ¿ cuántos de ustedes conservan aún teléfonos fijos en sus casas? ¿Cuántos de ustedes los utilizan? Si se publicará un “estudio” que confirma que los dispositivos electrónicos (tabletas, celulares, etcétera) “provocan” cáncer ¿los dejarían de utilizar? Yo creo que no. Entonces ¿por qué se “preocupan” por la vacunación?
Sí, muchos recuerdan la “investigación” publicada en 1997 donde, según esto, se halló la relación entre autismo y la vacunación en niños. Resultó ser un engaño. Como lo fue una “investigación” de un científico de Corea del sur que presumía poder clonar humanos. Lo que no fue un engaño fue la terapia genética que un científico chino realizó en una niña antes de nacer, aliviando un problema genético que le hubiera estropeado la vida. El problema es que se fue “por la libre”: no pidió autorización a ningún comité de investigación o de bioética. Y eso sentó malos precedentes. ¿El motivo? Porque indica que la medicina del futuro solo será para quien la pueda pagar, y muchos persiguen que toda, pero toda la medicina, se vuelva solo una mercancía. Porque el científico chino, obviamente, cobró por dicho tratamiento.
Y un síntoma de lo anterior es no producir suficientes vacunas. Me voy a explicar: ¿por qué la oposición vocifera por los tratamientos oncológicos, pero no dice nada de las vacunas, sabiendo la problemática? Por cinismo. Saben que las cadenas productivas actuales, padecen de cuellos de botella que hacen insuficientes los medicamentos a nivel mundial. Hasta los EUA padece de falta de medicamentos, no solo oncológicos. Lo mismo ocurre con las vacunas.
Pero, en 2009, Calderón terminó por desmantelar a la productora estatal de vacunas mexicanas, Biológicos y Reactivos mexicanos (BIRMEX). México era autosuficiente en vacunas. A partir de 2009, tenemos que importar vacunas. Obvio, compitiendo con otros países para lograr conseguir dichos insumos. Sé que muchos de mi gremio celebraron el desmantelamiento de BIRMEX, por una cuestión muy simple: dinero (como el científico chino y su terapia genómica). En lugar de que la gente pudiera conseguir vacunas gratis, ahora tendrían que pagar por ellas. Pero no todos pueden pagar 3 mil pesos de vacunas en un solo niño. Y la cifra aumenta, al haber más niños (la cifra es un estimado, pero no muy alejado de la realidad).
¿El resultado? De ser un país puntero en vacunación infantil, ahora estamos en los últimos lugares. Y el movimiento antivacunación no ayuda, en lo más mínimo. Sí, las vacunas de Covid tuvieron secuelas en algunas personas. Por ejemplo, problemas de coagulación. Pero en 60 personas, de alrededor de 25 millones vacunadas específicamente con un tipo de vacuna. Si alguien me puede mostrar un medicamento (y eso incluye a las vacunas), uno solo, que no tenga contraindicaciones porque puede tener efectos secundarios indeseables, me vuelvo también antivacunas. Uno solo.
Mientras, el peligro de tener una epidemia de sarampión, rubéola o varicela se cierne sobre nuestra niñez. Y ver que un hijo o un nieto queda sordo, ciego, o muere por una enfermedad prevenible, hará que muchos abran los ojos. Pero ya siendo muy, muy tarde.
Volviendo al caso de mi padre, mis hermanos y yo tuvimos mucha suerte. Terminamos con inmunizaciones “naturales”. Pero el riesgo de terminar con una secuela, o morir, fue muy alto. Un riesgo que yo no le sugiero a nadie.
En fin. Tal vez se requiera una epidemia, con una gran mortalidad y un montón de niños con secuelas, para que la población (incluyendo a los antivacunas) entiendan. Aunque, conociendo a la psique humana, van a culpar a otros factores. Mientras, los médicos, para variar, tendremos que paliar las consecuencias.
Por lo pronto, espero ver que salgamos lo más rápido posible de la lista de los peores países con vacunación infantil. Porque si resulta que ahora es no por falta de vacunas, sino gracias al movimiento antivacunas, el precio que vamos a pagar como sociedad será muy alto. Y creo que voy a alcanzar a vivir para poder restregarles en la cara: ¡SE LOS DIJE!

Por último: Huxley tenía razón. Pero en su época apenas se conocía la estructura del genoma. Hoy, ya podemos soñar con terapias genómicas. Obvio, toda esa investigación provocó que halláramos que, aunque parezca que la mayoría estamos “sanos”, todos tenemos algún problema latente. Todos. Y, si queremos vivir más y mejor, tenemos que afrontar esa realidad. Punto.