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Crisis de la industria editorial de EU por el libro American Dirt, que critica la cultura mexicana en ese país

February 12, 2020 - por

Crisis de la industria editorial de EU por el libro American Dirt, que critica la cultura mexicana en ese país

El presidente y editor de Flatiron, Bob Miller, reconoció sin rodeos que no habían anticipado “el enojo que ha emergido entre los miembros de las comunidades latinas y editorial”. Foto: Especial

Nueva York

Mientras se propaga el debate por American Dirt, el éxito literario criticado por su retrato de la vida y la cultura mexicanas, las editoriales se están comprometiendo a cambiar una industria históricamente blanca mientras que los críticos cuestionan si realmente puede transformarse.

La diversidad ha sido un problema en el mundo literario estadounidense por años, pero quizá nunca tan urgente como en las últimas semanas, cuando autores mexicanos-estadounidenses y otros citaron American Dirt como evidencia de una cultura editorial en la cual las voces blancas son valoradas por encima de las demás.

Los críticos señalan que los errores en la novela de Jeanine Cummins sobre una madre mexicana que escapa con su hijo a Estados Unidos fueron pasados por alto por el equipo editorial y promocional de su editora y por los muchos escritores y vendedores de libros que la apoyaron en un principio.

“Por supuesto, hemos tenido muchas conversaciones para revisar la diversidad y las maneras, como siempre, de atener el reclutamiento y la publicación de latinos”, dijo John Sargent, director ejecutivo de Macmillan, que publicó la novela de Cummins el mes pasado a través de su división Flatiron Books.

Promocionada como la nueva “Grapes of Wrath” (“Las uvas de la ira”), la novela de John Steinbeck que definió la época de la Gran Depresión, “American Dirt” fue elogiada en una industria predominantemente blanca, liberal, ansiosa por obtener ganancias y deseosa de hacer una diferencia. Un libro que Cummins y Flatiron pensaron que personalizaría la experiencia de la inmigración se convirtió en vez en un ejemplo para algunos de su propia distancia ante el asunto.

Ejecutivos editoriales y editores suelen evitar hablar abiertamente sobre temas de diversidad, pero el presidente y editor de Flatiron, Bob Miller, reconoció sin rodeos que no habían anticipado “el enojo que ha emergido entre los miembros de las comunidades latinas y editorial”.

“El hecho de que nos sorprendiera es indicativo de un problema: que al posicionar esta novela, no pudimos reconocer nuestros propios límites”, escribió Miller en un comunicado de prensa reciente.

Según un nuevo estudio de la editorial infantil multicultural Lee & Low, la industria es cerca de 75% blanca, y mayormente femenina. Ninguno de los editores que habló con The Associated Press disputó esa cifra, que es casi la misma de un sondeo que Lee & Low publicó años atrás.

“A pesar de que puede haber más consciencia sobre los temas de diversidad, las cifras en la industria no están cambiando”, dijo el editor de Lee & Low, Jason Low. “Todavía es una industria muy homogénea, especialmente en algunos de los papeles ejecutivos y de filtro”.

Directores ejecutivos que incluyen a Sargent, Michael Pietsch de Hachette Book Group y Carolyn Reidy de Simon & Schuster dijeron que las viejas barreras de la diversidad editorial incluyen las redes autorreafirmantes de una industria históricamente blanca y de clase alta, y la presión de ser el único miembro no blanco en una sala. Los bajos salarios de la industria, a menudo de 36.000 a 40.000 dólares (anuales) en una de las ciudades más caras del mundo, también puede dificultar retener a gente buena.

“No necesariamente buscan un camino profesional. Se pueden agotar y sentirse un poco exhaustos”, dijo Nicole Johnson, directora ejecutiva de la organización de activistas WeNeedDiverseBooks.

Jennifer Baker, una autora y editora que en 2014 creó el podcast “Minorities in Publishing”, dijo que el mundo editorial enfrenta problemas estructurales comunes en una gama más amplia de industrias. Al preguntarle si había visto señales de progreso en el ámbito editorial, dijo que no hay un camino claro para la corrección y agregó que “en el fondo” no habrá un “cambio sustancial” sin enfrentarse completamente al sistema mismo.

Varios ejecutivos coincidieron en que debe hacerse una revisión demográfica completa: las posiciones más bajas, especialmente en publicidad y mercadotecnia, son las más diversas, mientras que los cargos editoriales de alto nivel son más blancos; los empleados de menos de 40 son más diversos que aquellos mayores de 40; aquellos que trabajan en literatura infantil son más diversos que los que laboran en las divisiones para adultos.

“Los bibliotecarios y educadores infantiles han estado al frente exhortando a las editoriales que diversifiquen los libros que ofrecemos”, dijo Pietsch.

Todas las llamadas “Cinco Grandes” editoriales _ Penguin Random House, Simon & Schuster, Hachette, Macmillan y HarperCollins _ han tenido por años iniciativas de diversidad, incluyendo programas de becarios y de alcance, iniciativas internas como mentorías y requisitos para que todos los puestos de trabajo que se ofrezcan incluyan un amplio rango de candidatos.