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El pandillero deportado que se volvió uno de los jefes del Cartel de Jalisco en la frontera

October 31, 2020 - por

El pandillero deportado que se volvió uno de los jefes del Cartel de Jalisco en la frontera

Samuel Vaca García

Cuando la Policía de México arrestó esta semana a Samuel Vaca García en la ciudad fronteriza de Tecate, ya habían pasado diez años desde que el gobierno de Estados Unidos lo deportó por vender unas onzas de cocaína en las calles del estado de Washington.

El cambio fue radical en una década: este hombre originario de Michoacán se volvió un violento jefe de plaza en Tecate del Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y tenía la millonaria nómina con la cual pagaba a sicarios, espías, distribuidores de droga y policías corruptos en esa región de Baja California.

Así lo describe la Fiscalía estatal: “Era considerado objetivo prioritario para el gobierno de Baja California, al ser presunto integrante del denominado Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG) con presencia en Tecate, cuya función era establecer la logística para el pago a la estructura criminal y a los servidores públicos cooptados por el líder de la organización delictiva en ese municipio”.

Además, lo buscaban porque supuestamente asesinó a balazos a dos hombres y dejó a otro herido en un incidente ocurrido en agosto en esa zona. Y sospechan que está detrás de la muerte de dos policías municipales, Rosalba Santillán Esqueda y Pedro Ignacio González, en mayo pasado.

Su hijo, Samuel Vaca Jr, fue arrestado por posesión de droga el 29 de abril y, anteriormente, agentes aduanales lo detuvieron en Tecate tratando de cruzar hacia México con $38,000 en efectivo, “los cuales no pudo comprobar su legal procedencia”, según las autoridades.

La historia de Vaca García es parecida a la del jefe del CJNG, Nemesio Oseguera Cervantes, ‘El Mencho’, quien fundó su imperio criminal en México después de que lo deportaron por vender droga en California.

De la pandilla al cartel

Uno de los apodos de Vaca García, ‘Cholo’, hace referencia a su pasado como pandillero en California. Era un menor cuando emigró a Estados Unidos y nunca regularizó su estatus migratorio. Siendo adolescente conoció a su esposa, Esperanza Silva, con quien tuvo una “larga, amorosa, pero fallida relación”, citan documentos sometidos en el Distrito Oeste de Washington del Departamento de Justicia (DOJ).

“Él escapó de California con su esposa para huir de su afiliación desde la adolescencia con una pandilla. Su historia criminal hasta el presente claramente establece su simpatía entre el consumo de drogas y el crimen”, señala una carta que su abogado Kenneth E. Kaneu envió en 2010 a una corte federal.

Llegaron al estado de Washington, donde vivían quienes fueron descritos como los padres adoptivos de su esposa. Su plan era “comenzar una nueva vida”, conseguir un empleo y mantenerlo alejado de las “malas influencias”. Pero en eso años él se volvió un adicto a la cocaína y al alcohol, al menos dos veces terminó hospitalizado por sobredosis en 2008 y sus constantes recaídas afectaron su relación sentimental.

Nunca logró superar ese problema y se separó de su esposa, quien se volvió el único sustento de sus hijos. En uno de sus tantos intentos por rehabilitarse, salió de la clínica padeciendo ataques de pánico. Su expareja temía que le hiciera daño por estar separado de él, aunque no hay registros de que la haya lastimado.

“El acusado ha estado lidiando con su adicción por años”, señaló su abogado. “Periódicamente dejó de consumir droga y encontró un empleo temporal, ayudando a mantener a su amada familia, pero se mantenía limpio de drogas durante unos días o semanas antes de recaer”, agrega.

En la mira de la DEA

Al tiempo que sus problemas familiares empeoraban, Vaca García se hundía en el narcotráfico. Una operación encubierta de la Administración para el Control de Drogas (DEA) espió en 2008 y 2009 varias comunicaciones que él tuvo con los integrantes de una célula de distribuidores de cocaína y heroína que operaba en Washington. Era un narcomenudista de poca relevancia, por eso pasó poco tiempo en la cárcel.

La acusación señala que, en la mañana del 28 de noviembre de 2018, le pidió en clave a otro hombre que le diera “una mujer de las gabachas”. Se refería a la compra de una onza de cocaína. Cinco horas después pidió otra dosis similar afirmando que el efecto de la primera “se me fue muy rápido”.

Agentes de la DEA lo arrestaron el 15 de enero de 2009 y en su casa encontraron 45 gramos de cocaína, tres básculas digitales y otros utensilios usados en la venta de droga. También había balas, pero no armas. Ese día, otros 15 integrantes del grupo criminal fueron detenidos bajo sospecha de que vendían narcóticos que les entregaba directamente un cartel mexicano.

Los investigadores les siguieron la pista durante dos años. A través de escuchas telefónicas y de informantes lograron infiltrarse en la organización, mientras sus líderes reclutaban personas para transportar cocaína desde Tijuana y hasta Washington, según un comunicado de la DEA.

A ese grupo criminal le confiscaron cinco libras de heroína, dos libras de cocaína, $23,000 en efectivo, siete autos y dos armas de fuego. Vaca García fue uno de los ocho detenidos que fueron acusados por un gran jurado federal. En su contra pesaban dos cargos por distribución de droga y enfrentaba hasta veinte años de prisión y una multa de un millón de dólares.

Él se declaró culpable dos meses después de su arresto y solo estuvo unos meses en prisión. Su defensor legal logró que lo condenaran por poseer una cantidad pequeña de narcóticos. Lo deportaron a México en 2010 y poco después regresó ilegalmente a Washington.

Su abogado explicó a la corte que su cliente había desobedecido la orden de “jamás volver” a Estados Unidos porque quería estar con su familia. Explicó que su esposa cambió de planes y no quiso mudarse al sur de California para estar cerca de Vaca García, quien quería establecerse en la frontera mexicana.

“Lo que parece claro es que, desde su liberación de una prisión federal, estando solo en México y sin la fortaleza que solo la presencia de su familia le podría ofrecer, el acusado se sentía miserablemente solo”, describió su abogado en una carta sometida a un tribunal en diciembre de 2010.

“Por estar sin lo único que le importaba, sus seres queridos, él regresó a Whatcom (Washington) para estar con su familia”, agregó litigante, pidiendo una condena ligera para su cliente.

Vaca García fue arrestado por oficiales federales en un albergue para desamparados en Washington en 2010 y lo expulsaron ese mismo año. Se quedó México porque pensó que su carrera criminal despegaría allí.

“Durante el año 2010 arribó a Tecate, en donde luego de dedicarse a la distribución de droga fue jefe de plaza” del Cartel de Jalisco y luego se volvió encargado de las operaciones financieras del CJNG.

Alias ‘Cholo’ está ahora bajo custodia estatal en espera de que se defina su situación jurídica.

El Cartel de Jalisco es considerada la organización de tráfico de drogas de mayor crecimiento en México y en Estados Unidos. Lleva varios años peleando el control territorial en Baja California y allí una de sus principales “plazas” es Tecate.

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Nemesio Rubén Oseguera Cervantes, alias ‘El Mencho’ y jefe del Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG), fue agregado a la lista de los narcotraficantes más buscados en mayo de 2016. Crédito: Isaias Alvarado/ Univision
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