WASHINGTON

Finalmente, tenemos un presidente que está comprometido con hacer lo que los educadores, padres y estudiantes han anhelado desde las primeras semanas de la pandemia: un plan nacional real para aplastar a COVID que sigue la ciencia y asegura los recursos para hacer que el aprendizaje en la escuela seguro.

Con demasiada frecuencia en esta crisis, las preocupaciones de los educadores fueron descartadas o ridiculizadas para restar importancia o minimizar el virus. Ya estamos viendo lo contrario con la administración de Biden: reconocen que la seguridad es primordial y estamos trabajando con ellos para transmitir la experiencia directa de los maestros que han tratado valientemente de educar a sus hijos sin ningún liderazgo o apoyo federal.

Esta orden ejecutiva producirá una guía que integra y difunde las mejores prácticas, basadas en la ciencia, para un aprendizaje en persona, remoto e híbrido seguro y efectivo. Obtendrá suministros de emergencia, como equipo de protección personal para escuelas y proveedores de cuidado infantil. Ayudará a establecer sistemas de detección y alerta temprana, incluidas las pruebas y el rastreo de contactos, y requerirá que los distritos escolares consulten a los maestros y sus sindicatos para que estos planes se hagan realidad. Pondrá en marcha la implementación equitativa de vacunas y adaptaciones para los educadores que las necesiten.

Fundamentalmente, estamos agradecidos de que el presidente reconozca que la pandemia está evolucionando rápidamente y que las nuevas variantes y la ciencia más reciente deben seguir guiando la toma de decisiones sobre la reapertura en los días y meses venideros.

Habrá desafíos abrumadores, pero el presidente Biden, la vicepresidenta Harris y su administración están afrontando el momento. Las órdenes ejecutivas de esta semana son un primer paso vital.