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En el auge de la ultraderecha en América y en Europa, México es un oasis para los progresismos, con un modelo transformador con visión social, afirman especialistas

October 5, 2024 - por

En el auge de la ultraderecha en América y en Europa, México es un oasis para los progresismos, con un modelo transformador con visión social, afirman especialistas

El contacto de AMLO con el pueblo. Foto: Twitter / @lopezobrador_


En medio del auge de la ultraderecha en Latinoamérica y Europa, México es una especie de oasis en donde los discursos de este sector de la sociedad no han conseguido afianzarse. El historiador Harim B. Gutiérrez y el doctor  en Ciencias Sociales Antonio Rocha. analizaron con Sputnik las razones de este suceso.


A lo largo del Gobierno del expresidente Andrés Manuel López Obrador, México vivió una fuerte polarización política entre los morenistas —simpatizantes del proyecto político instalado por el político tabasqueño: la Cuarta Transformación— y la oposición, un grupo heterogéneo conformado por sectores sociales y políticos que, a decir del doctor en Historia por la Universidad Autónoma de México (UAM), Harim B. Gutiérrez, puede verse como continuador del proyecto que tomó el poder en el país latinoamericano en 1982 —con el expresidente Miguel de la Madrid a la cabeza— y que impuso el modelo económico neoliberal.
Este grupo, que incluye entre sus filas a los partidos Acción Nacional (PAN), Revolucionario Institucional (PRI) y de la Revolución Democrática (PRD) —hoy extinto tras no alcanzar el mínimo legal de votos para conservar el registro—; al empresario Claudio X. González y académicos como el historiador Enrique Krauze, la politóloga Denise Dresser y el abogado y expresidente del Instituto Nacional Electoral (INE), Lorenzo Córdova, ha sido descrito por diversos analistas como un sector “en crisis” ideológica y de identidad e, incluso, “en retirada”.
Lo anterior porque, a diferencia de las derechas mexicanas del siglo XX e inicios del XXI —que trazaron las líneas generales de un proyecto de nación al tiempo que disputaban al Estado la organización social y política del país— la agenda de la oposición en los últimos seis años se limitó a oponerse a López Obrador sin ofrecer ninguna alternativa que fuera de interés para la sociedad del país latinoamericano.

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Sputnik conversó con estudiosos de las derechas para entender este fenómeno y para indagar en las características de la oposición.
Así, para el historiador Harim B. Gutiérrez, “si bien en las pasadas elecciones ganó Morena por prácticamente dos tercios de los votos“, no hay que perder de vista que una tercera parte de los sufragios fueron para Xóchitl Gálvez, empresaria y excandidata presidencial de la coalición Fuerza y Corazón por México.
En ese sentido, el académico de la UAM observó que “las derechas, en general, tienen una base social significativa en México, por lo menos de gente que vota por ellos”.
Sin embargo, señaló que la oposición “no ha sabido armar un movimiento popular que pueda competir con Morena” debido a que se han apegado a un modelo “más elitista, más asentado en clases medias, en figuras mediáticas, pero que no les gusta hacer trabajo de organización popular”.
“Es una derecha más liberal, que es muy elitista (…). Mientras Morena organizaba reuniones masivas con miles de asistentes y tenía un discurso que apelaba a los pobres y las clases medias y medias bajas, estos personajes [de la oposición] tenían convocatoria en redes sociales, en reuniones en restaurantes, no querían ligarse con la gente, no formaron una organización de masas”, analizó el historiador en entrevista con Sputnik.

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Por su parte, el maestro en Filosofía por la UNAM y doctorante en Ciencias Sociales y Humanidades por la UAM, Antonio Rocha, observó que una cuestión “irrenunciable para la derecha mexicana es el afán privatizador y una cierta noción ciudadanista de la política”.
Además, señaló que, en los próximos años, las derechas mexicanas podrían bifurcarse, por un lado, abanderando la defensa de la democracia representativa y, por el otro, hacia una radicalización similar a la ocurrida en Argentina con la aparición de Javier Milei.
Lo primero se aprecia, según él, en la postura que han adoptado personajes como el historiador Héctor Aguilar Camín y la politóloga Denise Dresser, así como algunos militantes de las altas cúpulas del PAN, que consiste en la defensa de “una democracia procedimental, una democracia de instituciones”.

“Creo que ahí se está dando una cierta lucha por la narrativa. Al estar todo el tiempo machacando con la cuestión de la transición democrática, de las instituciones, de las cadenas que nos quitaron, etcétera, están tratando de construir (…) una suerte de narrativa de qué significa una sociedad democrática, pero justamente la democracia sin adjetivo de la que hablaba Krauze, una democracia que es profundamente antipopular, que tiene que ver con instituciones sólidas, fuertes, pero que es una especie de mecanismo que se autorregula y que está más allá de la voluntad popular”, adujo Rocha en entrevista con Sputnik.

El otro camino que podría tomar la oposición, añadió, es la radicalización extrema, “que es justamente la agenda que tratan de alimentar personajes como [el actor y activista Roberto] Verástegui o [la senadora plurinominal] Lilly Téllez“, que encuentran en Javier Milei, de Argentina, Jair Bolsonaro, de Brasil, Giorgia Meloni, de Italia, o Donald Trump, de Estados Unidos, sus principales referentes e inspiración.
Por su parte, el maestro en Filosofía por la UNAM y doctorante en Ciencias Sociales y Humanidades por la UAM, Antonio Rocha, observó que una cuestión “irrenunciable para la derecha mexicana es el afán privatizador y una cierta noción ciudadanista de la política”.
Además, señaló que, en los próximos años, las derechas mexicanas podrían bifurcarse, por un lado, abanderando la defensa de la democracia representativa y, por el otro, hacia una radicalización similar a la ocurrida en Argentina con la aparición de Javier Milei.
Lo primero se aprecia, según él, en la postura que han adoptado personajes como el historiador Héctor Aguilar Camín y la politóloga Denise Dresser, así como algunos militantes de las altas cúpulas del PAN, que consiste en la defensa de “una democracia procedimental, una democracia de instituciones”.

“Creo que ahí se está dando una cierta lucha por la narrativa. Al estar todo el tiempo machacando con la cuestión de la transición democrática, de las instituciones, de las cadenas que nos quitaron, etcétera, están tratando de construir (…) una suerte de narrativa de qué significa una sociedad democrática, pero justamente la democracia sin adjetivo de la que hablaba Krauze, una democracia que es profundamente antipopular, que tiene que ver con instituciones sólidas, fuertes, pero que es una especie de mecanismo que se autorregula y que está más allá de la voluntad popular”, adujo Rocha en entrevista con Sputnik.

El otro camino que podría tomar la oposición, añadió, es la radicalización extrema, “que es justamente la agenda que tratan de alimentar personajes como [el actor y activista Roberto] Verástegui o [la senadora plurinominal] Lilly Téllez“, que encuentran en Javier Milei, de Argentina, Jair Bolsonaro, de Brasil, Giorgia Meloni, de Italia, o Donald Trump, de Estados Unidos, sus principales referentes e inspiración.

Sobre este aspecto, el historiador Harim B. Gutiérrez señaló que este tipo de derechas no ha llegado mucho a México, aunque ya hay algunos representantes.
“[Por ejemplo], un grupo de personas que se hacen llamar Sublevados y que son más a la derecha que el PAN, rechazan a Xóchitl Gálvez porque la consideran tibia y, explícitamente, dicen que ellos quieren formar un movimiento de derecha popular”, relató el historiador.

“En Europa esto ha pegado, precisamente porque le han prestado atención a sectores obreros y de clase media que no se sienten representados por los partidos de izquierda (…) Vemos algo significativo en Alemania, donde han tenido mucho auge nuevos movimientos de derecha porque muchas personas han visto cómo ha disminuido su nivel de vida, no están conformes con el sistema capitalista que se impuso en ese país después de la caída del muro de Berlín”, añadió.

En ese contexto, Antonio Rocha consideró que, frente al auge de la ultraderecha en la región y en el mundo, México es “una especie de oasis” debido a “la batalla comunicacional” emprendida por el expresidente López Obrador.

“Es muy interesante cómo en la región, en Latinoamérica, parece que es el único país en donde no han crecido con tanta virulencia esos discursos de ultraderecha”, apuntó Rocha.

“Y creo que tiene que ver con que Andrés Manuel (López Obrador) decidió dar una batalla comunicacional muy importante, que quizá empezó como una especie de dispositivo de autodefensa contra los medios corporativos, pero que terminó convirtiéndose, literalmente, en una herramienta de marcarles la agenda todo el tiempo y de estar todo el tiempo disputándoles el sentido común”, continuó.

Además, el investigador señaló la situación actual del país como un elemento cardinal que impide que los discursos de la ultraderecha cobren sentido para la sociedad, gracias a que, en el sexenio que concluyó este mes, cerca de 9 millones de personas salieron de la pobreza, de acuerdo con cifras del Banco Mundial, mientras que la tasa de desempleo del país latinoamericano se mantiene en niveles históricamente bajos, con el 2,9%, tal como lo muestran cifras de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE).

“Tanto en el terreno comunicacional, pero sobre todo en el terreno material, el movimiento que llamamos Cuarta Transformación ha ganado la batalla [a la derecha], justamente porque la experiencia real, de 9 millones de personas saliendo de la pobreza, la mejora del 110% del salario, el desmantelamiento y la batalla contra la privatización de los servicios de salud que representaba el Seguro Popular, etc., todo eso es muy difícil de contrarrestar en términos, digamos, tanto materiales como ideológicos. ¿Cómo le ganas tú la jugada a un movimiento que prácticamente y materialmente ha transformado la vida de tantas personas?”, analizó Rocha.

La senadora Lilly Téllez junto a los panistas Santaigo Creel y Marko Cortés - Sputnik Mundo, 1920, 28.06.2023

Los panistas Santiago Creel, Marko Cortés y Lily Téllez.

Con todo, el estudioso de las derechas mencionó que estos grupos opositores podrían tratar de situarse en los puntos frágiles del programa político instaurado por López Obrador, como la agenda ambientalista, el feminismo, la seguridad o la oposición a la militarización.
No obstante, concluyó que “por más que la derecha busque situarse en estos discursos ecologistas, feministas (…), debemos ser muy inteligentes en poder obligarlos a desnudar sus posiciones, mostrar qué es lo que verdaderamente están defendiendo y obligarlos a posicionarse”.