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En el juicio a ‘El Chapo’: detalles de la conexión Colombia-México-EU

December 11, 2018 - por

En el juicio a ‘El Chapo’: detalles de la conexión Colombia-México-EU

La captura de Joaquín 'El Chapo' Guzmán. Foto Alfredo Domínguez

Nueva York.

Los detalles del gran negocio mexicano-colombiano para satisfacer la demanda estadunidense de cocaína siguen exhibiendo el lado oscuro del llamado “libre mercado”, con El Chapo Guzmán dando un conciso resumen de las reglas económicas básicas: “si no hubiera consumo, no hubiera venta”.

Es la 15a sesión del juicio del Joaquín El Chapo Guzmán Loera, donde este martes se ofrecieron cortos del video que envió el acusado a Kate del Castillo para entregárselo a Sean Penn cuando en 2015 el actor decidió asumir el papel de periodista. La sesión también incluyó a un narcotraficante mexicano de rango medio concluyendo su testimonio y un narco colombiano iniciara su interrogatorio detallando otra vez más las alianzas tenues entre los capos de México y Colombia.

Los videos que envío El Chapo a Penn -los cuales están a la vista de todos en YouTube- para el famoso artículo de Rolling Stone fueron confirmados como legítimos por una agente de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) y proyectados para el jurado y el público en el tribunal federal en Brooklyn. El Chapo, con una pantalla sobre la mesa de la defensa, se fijó con atención en la imagen de sí mismo contando de una manera muy ágil -o sea, sin autoculparse- sus orígenes y algunos pensamientos sobre el negocio del narcotráfico, incluyendo su explicación sencilla de la relación oferta-demanda de ese mercado, el cual afirmó es “cada vez más grande”.

El testigo estelar fue el colombiano Jorge Cifuentes, hermano de Pacho Cifuentes, uno de los capos máximos del cartel del Valle del Norte, quien empezó a detallar su participación en lo que era la carrera de casi toda su familia. Guiado por el interrogatorio del fiscal asistente Adam Fels, contó de su trayectoria, recordando que primero viajó a México en 1988 enviado por su hermano para coordinar los cargamentos de cocaína desde su país bajo el control de Ismael Mayo Zambada y otros. Esa tarea incluía supervisar las pistas de aterrizaje, la logística y, como el afirmó, “asegurar que los mexicanos no estuvieran borrachos”.

Armó una relación de negocios y amistad con Humberto “el Robachivas” Ojeda. Fue tan exitoso que calcula que logró generar ganancias personales de 300 millones de dólares entre 1990-1998, al trasladar un total de 220 toneladas de cocaína, fondos que después uso para establecer sus propios negocios legítimos desde empresas de construcción, inmobiliarias, mientras y hasta una que se dedicaba al tema del cambio climático.

Pero cuando asesinan al Robachivas, regresa a Colombia, donde continua en el negocio, y cuenta que entre otras cosas, apoyó a las fuerzas paramilitares del Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) contra las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) comprando 5 mil fusiles AK-47 y 5 millones de rondas de municiones.

Retornó a México en 2002, donde buscaba recuperar unos barcos atuneros de su socio Ojeda cuya viuda Laura Avilés se los había entregado al Chapo (junto con una granja de avestruces -no explicó más) para emplearlos para transporte de cocaína. Conoce a Damaso El Licenciado López a través de la misma Avilés, ahora amante de López, y con ello se arma la cita con El Chapo, a quien fue a conocer en el festejo de su segundo aniversario de su primera fuga.

Todo llegó a su fin cuando fue arrestado en Venezuela en 2012 y extraditado a Estados Unidos al año siguiente, y ahora esperando que su cooperación contra su viejo socio en este juicio sea recompensado con una reducción e su condena pendiente. La historia de esa relación continuará en la decimasexta sesión este miércoles. Este martes ambos se cruzaron miradas, con Cifuentes levantando sus cejas en una posible señal de algo como: ni modo.

La jornada inició con Tirso Martínez Sanchez, un distribuidor mexicano de cocaína del cartel de Sinaloa, quien concluyó su segundo día de testimonio como testigo cooperante del gobierno estadunidense, donde detallo como surgió de la pobreza a través de sus actividades de narcotraficante de rango menor. Sin embargo, también usó sus ganancias para otros negocios: compró cuatro equipos de futbol en México, departamentos, casas una tienda de ropa, un taller, una agencia de autos y un restaurante. Pero se quedó ahora casi sin nada, afirmando que “me lo gasté todo”, incluyendo en apuestas sobre los gallos, caballos, en antros y al final de su lista, “en mujeres”.