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En EU, récord de 100 mil hospitalizados por COVID-19, un millón de casos nuevos por semana y 270 mil muertos

December 2, 2020 - por

En EU, récord de 100 mil hospitalizados por COVID-19, un millón de casos nuevos por semana y 270 mil muertos

Dos enfermeros estadunidenses checan los aparatos que debe usar un paciente de Covid-19. Foto Afp

Nueva York.

Estados Unidos se hunde en la pandemia donde por primera vez más de 100 mil personas están hospitalizadas con Covid-19 —un nivel sin precedente— mientras su clase política sigue sin tomar mayores medidas urgentes, con el presidente rehusando reconocer el tamaño de la crisis y el presidente electo prometiendo acción pero hasta que llegue a la Casa Blanca el 20 de enero.

El número de pacientes con Covid-19 en hospitales estadunidenses ha superado 100 mil personas por primera vez, casi el doble del peor momento en la primavera; hay un millón de nuevos casos cada semana, y el número de muertos ha superado 270 mil —todo mientras que el Centro de Control de Enfermedades (CDC), agencia federal encargada de monitoreo y respuesta a epidemias—, advierte que este invierno será “el tiempo más difícil” en la historia de la salud pública en este país.

Pero por ahora la Casa Blanca continúa optando por ignorar las dimensiones de la crisis que, bajo mando de Donald Trump, son las peores en el mundo, con el presidente y sus aliados enfocados exclusivamente en nutrir dudas sobre la elección al continuar con las acusaciones de fraude masivo y maniobras para intentar subvertir el proceso electoral.

Hoy Trump difundió un discurso de 46 minutos —según él, tal vez el más importante de su presidencia— en donde repite sus acusaciones de que su derrota fue resultado de un fraude masivo, corrupción y conspiraciones, y sugirió revertir los resultados. Todo esto a pesar de que su propio procurador general y su Departamento de Justicia, gobiernos estatales incluyendo varios republicanos y el rechazo de más de 30 demandas legales por jueces, han determinado que no hay evidencia de un fraude ni irregularidades que podrían cambiar el resultado.

A la vez, continuó el extraordinario enfrentamiento entre oficiales republicanos estatales en Georgia y el presidente. Después de que un oficial electoral en ese estado ofreció una conferencia de prensa inusualmente apasionada criticando al presidente por animar amenazas de violencia y hasta de muerte al repetir que hubo fraude e incitando una respuesta por sus bases, el jefe de ese oficial y secretario de estado de Georgia, Brad Raffensperger, también republicano, endosó lo dicho por su subalterno y sostuvo que “era hora de hablar la verdad”. Trump ya había llamado a Raffensperger un “enemigo del pueblo” por no intentar anular la elección como deseaba el presidente.

Raffensperger lamentó que poco después de que su subordinado solicitó al presidente intentar frenar la retórica violenta, Trump tuiteó la noche del martes reiterando “revelen el fraude masivo del voto en Georgia”, y comentó que “ese es justo el lenguaje que está al fondo del ambiente creciente de amenazas a trabajadores electorales quienes sencillamente están cumpliendo con su trabajo”.

Por segundo día, el ex oficial federal de seguridad electoral, Christopher Krebs, otro republicano, cesado por Trump por declarar la elección como “segura”, denunció cada vez más amenazas de muerte contra oficiales electorales que se han reportado en el país, en un programa del Washington Post. Con esas amenazas, afirmó, “activamente estamos minando la democracia”.