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EU insta a más países a sumarse a derrocamiento de Maduro

January 26, 2019 - por

EU insta a más países a sumarse a derrocamiento de Maduro

Mike Pompeo, secretario de Estado de EU habla en el Consejo de Seguridad de la ONU sobre la situación en Venezuela. Foto Xinhua

Nueva York. 

Estados Unidos continuo implementando su plan intervencionista en Venezuela invitando a otros países a participar en el golpe contra el gobierno de Nicolas Maduro resucitando retórica de la guerra fría y con cubano estadunidenses conservadores anticastristas efectivamente retomando control de la política exterior de Washington hacia America Latina.

El secretario de Estado Mike Pompeo, acompañado por el recién nombrado “enviado especial para Venezuela”, Elliott Abrams – condenado penalmente por mentir al Congreso sobre el escándalo Irán-Contra y promotor de políticas intervencionistas en apoyo de gobiernos violadores de derechos humanos en Centroamérica – se presentaron en el Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas para instar a la “comunidad internacional” a reconocer al autoproclamado “presidente interino” de Venezuela Juan Guaido.

En la reunión de emergencia convocada por Washington, Pompeo declaró que “ahora es el momento para que toda nación escoja un lado. No más demoras, no más juegos. O están de lado con las fuerzas de la libertad o están en liga con Maduro y su desorden”. Afirmó que era hora de poner fin a la “pesadilla” del país sudamericano y apoyar al “pueblo” para deshacerse del “Estado mafioso ilegitimo” de Maduro.

Pero Pompeo no logró imponer su posición entre los cinco países con poder de veto en el Consejo, sobre todo Rusia y China quienes repudiaron la maniobra estadunidense. A la salida, reporteros preguntaron a Pompeo si podía responder a la pregunta de Rusia sobre si Washington estaban contemplando una acción militar en Venezuela, pero solo se limitó a declarar que “no voy a especular y hacer hipótesis sobre qué hará Estados Unidos próximamente”.

Pompeo también atacó a Cuba en esta sesión, y acusó a la isla de ser el país que más ha hecho para sostener al “gobierno ilegitimo” de Venezuela, enviando a “hampones de seguridad e inteligencia” para ello. También criticó a Rusia y China por su apoyo a Maduro, a quien llamó “el ex presidente”.

Abrams, quien participó en la sesión, llamó a Venezuela “un satélite de Cuba y Rusia” e insistió que “esto no se trata de una intervención extranjera en Venezuela” para imponer un resultado sino de defender el derecho de los venezolanos de decidir “el futuro del país democráticamente”. Abrams y su vocabulario nostálgico de la guerra fría generó cierto deja vú, ya que argumentaba esto mismo hace más de 30 años cuando manejó la política hacia America Latina bajo el gobierno de Ronald Reagan.

Mientras tanto, en Washington, el plan desarrollado durante las últimas semanas entre el gobierno estadunidense del presidente Donald Trump y la posición venezolana continuó implementándose con el Departamento del Tesoro que, se informó, actuará sobre la base de que Guaidó es el presidente legitimo de Venezuela en todas las transacciones comerciales con Venezuela. El viernes, el Departamento de Estado envío a directivos a la Reserva Federal de Estados Unidos para limpiar aún más el acceso del gobierno de Maduro a sus bienes depositados en el extranjero, incluyendo ingresos de Citgo, empresa petrolera venezolana en Estados Unidos.

Y este sábado Pompeo instó a otros países tomar medidas parecidas y “desconectar sus sistemas financieros del régimen de Maduro” para que esos bienes sean entregados al nuevo gobierno.

Regreso al futuro

Pareció no importarle al gobierno de Trump que Abrams es recordado por su apoyo de regímenes latinoamericanos represivos y la Contra nicaragüense, además de, entre otras cosas, por su papel en encubrir la matanza de más de mil hombres, mujeres y niños en El Mozote, en El Salvador. Después, como funcionario en el gobierno de George W. Bush fue entre los que promovieron la invasión de Irak, y también estuvo en la Casa Blanca donde, según algunas versiones, estuvo entre los que dieron luz verde al fallido golpe militar contra Hugo Chavez en 2002.

En otro regreso al pasado, la política estadunidense hacia America Latina parece haber regresado a las manos de cubano-estadunidenses anticastristas con raíces en Florida.

El senador republicano Marco Rubio ha sido tal vez el protagonista mas influyente en impulsar el plan estadunidense ahora en marcha contra Maduro y, a la vez, contra Cuba. El New York Times lo identifica como “un virtual secretario de Estado para America Latina”.

Desde inicio del gobierno de Trump, fue Rubio quien ha buscado convencer al mandatario de intervenir para derrocar a Maduro, y fue quien acompañó, junto con el vicepresidente Mike Pence, a Lilian Tintori, esposa del líder de oposición venezolano Leopoldo Lopez, a una reunión en la Casa Blanca con el nuevo presidente (ella publicó éste sábado un articulo de opinión en el Washington Post en apoyo a “nuestro presidente interino, Juan Guaido”). La comunicación directa entre Rubio y el presidente sobre el tema ha continuado desde entonces.

La posición de Rubio sobre Venezuela se vio fortalecida con la llegada de Pompeo a la cancillería, y de John Bolton como asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca. El senador y ex candidato presidencial ayudó instalar a otro cubano-estadunidense, Mauricio Claver-Carone: opositor a la política de normalización con Cuba, como el encargado del hemisferio occidental para el Consejo de Seguridad Nacional.

El pasado martes, un día antes de que Guaidó se proclamara presidente en Caracas, Trump aprobó el plan de reconocerlo de inmediato y más tarde, ese mismo día, el presidente se reunió con Rubio y su colega el diputado federal Mario Diaz-Balart. Con todo esto, se confirmó que Miami ha regresado como eje de la política estadunidense hacia America Latina.