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Mueren 42 personas en México de COVID-19 pese a estar vacunados. Sus organismos no produjeron anticuerpos. Piden no desconfiar de los biológicos

June 21, 2021 - por

Mueren 42 personas en México de COVID-19 pese a estar vacunados. Sus organismos no produjeron anticuerpos. Piden no desconfiar de los biológicos

En México ya han fallecido 42 personas de COVID-19 pese a que ya estaban vacunados contra el virus. La causa fundamental: sus organismos no produjeron anticuerpos, según autoridades sanitarias.

En Sonora, fallecieron seis personas que habían recibido dos dosis del fármaco y 24 con una dosis.

En Baja California Sur murieron tres personas con dos dosis y siete con una.

En Nuevo León, una con dos dosis.

El secretario de Salud en Sonora, Enrique Clausen, aseguró que en México el promedio nacional de fallecimientos entre la población vacunada representa un 0.06% del total.

“Es infinitamente menor el número de vacunados que fallecieron a las personas que fallecieron y no estaban protegidas con la vacuna”, explica el funcionario

El fenómeno, sin embargo, no es privativo de México. Apenas el jueves anterior, autoridades de salud del Condado de Los Angeles, California, reportaron el fallecimiento de 19 personas ya vacunadas contra el virus y 139 hospitalizados también ya inmunizados.

“ No es de sorprenderse la presencia de infecciones posteriores a la vacunación, pues ninguna vacuna producida en la historia ha logrado llegar a un 100% de efectividad en todas las personas, según explica el doctor Paul Offit, del Centro para la Educación sobre Vacunas del Hospital Infantil de Filadelfia para el diario The New York Times.

En Estados Unidos el Centro de Control de Enfermedades ubica la edad promedio de la muerte de personas vacunadas en 82 años.

Más que una pérdida de confianza en la vacunación, autoridades de Salud coinciden en que esta situación debe iluminar la realidad de estas medidas y las personas que las reciben, siendo que estas están pensadas, efectivamente, para evitar los contagios, pero aún más para evitar síntomas agudos y muerte debido a la enfermedad, y aunque no es posible lograr una efectividad del 100%, esta protección puede ser la diferencia entre la vida y la muerte en la gran mayoría de los casos.

¿POR QUE NO HACEN EFECTO LAS VACUNAS?

La respuesta más divulgada proviene de Estados Unidos, donde múltiples expertos indican que la ingesta de inmunodepresores inhiben la creación de anticuerpos.

En un artículo publicado el mes pasado, la doctora Beth Wallace, reumatóloga, y su equipo de la Universidad de Michigan, registraron en una base de datos de más de 3 millones de estadounidenses cuántos tomaban  medicamentos inmunosupresores.

De acuerdo con estos datos, Wallace calcula que unos 6 millones de estadounidenses toman inmunosupresores que podrían interferir con la vacuna.

Ella menciona que se trata de una cifra conservadora, ya que su base de datos no incluía a las personas que tienen Medicare y que podrían ser más propensas a tomar esos medicamentos. Su estimación tampoco incluye a las personas que toman corticosteroides orales, que podrían, en grandes dosis y durante largos periodos de tiempo, ser un problema para la vacuna.

De acuerdo a Wikipedia, un inmunosupresor es una sustancia química que produce la inmunosupresión del sistema inmunitario. Puede ser exógeno como los fármacos inmunosupresores o endógeno como el cortisol.

Asegura que clínicamente se utilizan para:

  • Prevenir el rechazo de un órgano trasplantado;
  • Para el tratamiento de una enfermedad autoinmunitaria o enfermedades que puedan ser de origen autoinmunitario, como vasculitis, artritis reumatoide, colitis ulcerosa, psoriasis o lupus eritematoso sistémico.

Asegura que estos medicamentos no están exentos de efectos secundarios y riesgos. Debido a que la mayoría de ellos no actúan de modo selectivo, el sistema inmunitario pierde la capacidad de resistir a infecciones y a la expansión de células cancerosas. Se pueden producir efectos secundarios como hipertensión, hiperglucemia, daños al hígado o al riñón, etc. Por otro lado, los inmunosupresores interactúan con otros medicamentos y pueden afectar a su comportamiento.

Esas personas que toman los inmunodepresores ¿debían recibir una tercera dosis de la vacuna? ¿Debían reducir los medicamentos que suprimen su sistema inmunológico para que la vacuna tuviera más posibilidades de funcionar? ¿Había algo más que pudiera probar para que la vacuna contra el covid-19 le funcionara?

Son preguntas que se están analizando ahora mismo para dar la respuesta debida.

EL EFECTO PELTZMAN

En Estados Unidos, con el aumento en la producción, distribución y aplicación de vacunas en marzo de este año, Arthur Caplan, bioeticista del Centro Médico Langone de la Universidad de Nueva York, señaló para el portal médico WebMD el surgimiento de un nuevo riesgo entre la población inoculada: El efecto Peltzman, también conocido como la compensación de riesgo.

Como en su tiempo el economista Sam Peltzman detectó que el incremento de las medidas de seguridad en las carreteras no tenían efecto en la tasa de accidentes, debido a que las personas actuaban de manera más descuidada al percibir que el camino era más seguro, de igual manera expertos en salud temen que la población podría incurrir en conductas de riesgo dentro de la pandemia ante la percepción de seguridad brindada por las vacunas.

Por ejemplo, teme el experto, ante una mayor percepción de que existe una inmunidad contra el virus debido al avance de la vacunación, más personas empezarán a salir y saltarse las medidas de prevención antes de que esta inmunidad esté realmente presente, como exponerse sin tener su esquema de vacunación completado o antes de que pasen las dos semanas requeridas después de completarlo para que se genere la protección.

Aunque es difícil encontrar resultados concluyentes sobre la compensación de riesgo luego de la vacunación, autoridades de Salud en el país continúan insistiendo en que las personas vacunadas deben continuar aplicando las medidas de prevención estándares durante la pandemia, como el uso de cubrebocas, el lavado de manos y evitar espacios concurridos.

“Todas las vacunas tienen una eficacia para protegernos. Pero si no se cuidan, si van a sitios aglomerados, si no usan cubrebocas, se pueden infectar. La vacuna reduce la probabilidad de que sea un caso severo”, concluye el secretario de Salud en Sonora, Enrique Clausen.

Con información de El Sol de Hermosillo.