Ante exigencias de ex mandatarios mexicanos y del exterior, afirma que fueron invitados todos los gobernantes del mundo y que desea amistad con ellos y con sus pueblos. Calificar a mandatarios, precisó, sólo corresponde a sus gobernados.

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Andrés Manuel López Obrador no dio marcha atrás y sigue en pie la invitación para que el presidente Maduro acuda a su toma de posición el 1 de diciembre.

Y ante quienes han presionado, exigido que no venga a México a ese evento –entre ellos ex presidentes de otras naciones y los mexicanos Felipe Calderón y Vicente Fox- aseguró que quiere amistado con todos los pueblos y gobiernos.

Debido a ello – agregó- fueron invitados –al través de las embajadas mexicanas- todos los jefes de gobiernos. Algunos, dijo, respondieron que van a asistir y otros enviarán representantes.

Postuló que actuará con base en los principios de política exterior consagrados en la Constitución: respeto a la autodeterminación de los pueblos, no intervención, solución pacífica de las controversias y cooperación para desarrollo.

Fue categórico:

“Tenemos que actuar con responsabilidad y cortesía No tenemos por qué involucrarnos en asuntos que no nos corresponden”, respondió a la periodista que le preguntó –durante una conferencia en la casa donde trabaja- que quienes no quieren la presencia de Maduro en México lo llaman “criminal”.

López Obrador ahondó:

“Lo mejor es la neutralidad. No tenemos porque hace cuestionamientos a otros gobiernos. Eso corresponde a sus pueblos”.

Y se preguntó: “¿Por qué esta postura?. Porque no queremos que otros gobiernos intervengan en asuntos internos de nuestro país”.

Reiteró que “es mejor la política de amistad con los pueblos y gobiernos”.

Sin embargo, enfatizó, “somos libres y cada quien tiene derecho a manifestarse, a expresarse. Eso es parte de este cambio. No aspiramos a imponer una dictadura. Estamos construyendo una auténtica democracia”.