Enfrenta una pena que puede ser de hasta cinco años de prisión.

__________________________________________________________________________

La fundadora de la red de escuelas chárter de Los Ángeles, Celerity Educational Group, se declaró culpable de un delito  de malversación de fondos destinados a los estudiantes en las escuelas.

La acusada, Vielka McFarlane, confesó que usó la tarjeta de crédito de sus escuelas autónomas para pagar ropa cara, estadías en hoteles de lujo y vuelos de primera clase para ella y su familia.

Según el acuerdo de declaración de culpabilidad hecho público, ella admitió haber gastado unos 2.5 millones de dólares de fondos públicos, todos los cuales habían sido destinados a sus estudiantes.

Este recuento incluyó el dinero de los contribuyentes destinado a las escuelas autónomas de McFarlane en California que utilizó para comprar y renovar un edificio de oficinas en Columbus, Ohio, donde abrió otra escuela autónoma. Con alrededor de $ 2.3 millones, la compra representó la mayor parte de los fondos malgastados, dijeron los fiscales.

McFarlane, de 56 años, quien se desempeñó como directora ejecutiva de Celerity Educational Group hasta 2015, enfrenta una sentencia máxima posible de cinco años en prisión. Está programada para comparecer en la corte el 7 de enero.

“Cuando alguien reemplaza los fondos de las escuelas públicas por razones de autoservicio, los estudiantes sufren”, dijo el asistente del fiscal , Tracy L. Wilkison. “Este caso que involucra al ex CEO de Celerity demuestra nuestros esfuerzos continuos para proteger y salvaguardar los fondos públicos y responsabilizar a aquellos que usan esos fondos de manera indebida para su propio beneficio”.

Los fiscales optaron por adoptar un enfoque más suave a su red de escuelas autónomas.

De acuerdo con un acuerdo de no prosecución alcanzado en junio de 2017, el gobierno no presentará cargos contra Celerity Educational Group, que ha cambiado su nombre a Academias ISANA. La organización sin fines de lucro continúa operando seis escuelas chárter en L.A. y Compton y ha aceptado cooperar con la investigación federal.

Fueron los empleados del Distrito Escolar Unificado de Los Ángeles quienes tropezaron por primera vez con el uso indebido de McFarlane del dinero de los contribuyentes. En 2012, la división chárter del distrito hizo una solicitud de rutina para los registros financieros de Celerity.

Cuando los estados de cuenta de la tarjeta de crédito de la red chárter llegaron ese otoño, muchas de las transacciones se habían bloqueado. El preocupado personal del distrito se alarmó aún más cuando recibió los registros completos, lo que demostró que McFarlane había pagado  comidas lujosas y viajes fuera del estado con la tarjeta de crédito sin fines de lucro.

El inspector general del distrito escolar abrió una investigación y el gobierno federal finalmente intervino. Hace casi dos años, agentes federales allanaron las oficinas de Celerity y la casa de McFarlane, confiscando computadoras y copiando registros.

En su acuerdo de declaración de culpabilidad, McFarlane admitió que usó fondos públicos destinados a las escuelas autónomas de su área de EUA para pagar gastos personales y para comenzar la escuela autónoma de Ohio. El documento detalla cómo, a partir de 2009, cinco años después de haber fundado la primera carta de Celerity, comenzó a tratar la tarjeta de crédito de su organización como si fuera la suya.

Entre los artículos que pagó con fondos públicos se encuentran bienes por valor de $ 3,347 de la marca de lujo Salvatore Ferragamo en Beverly Hills, $ 7,742 para boletos de avión a Washington, DC para la segunda inauguración del presidente Obama y $ 9,299 para dos bicicletas reclinadas personalizadas para ella y su cónyuge . Hubo vuelos a Miami y Panamá y estadías en hoteles de cinco estrellas

Ella creó una red de compañías con fines de lucro que hicieron negocios con sus escuelas autónomas. También fundó otro grupo sin fines de lucro, Celerity Global Development, que aparentemente proporcionaba servicios de oficina. Las escuelas chárter otorgaron a Global entre el 10% y el 12% de sus ingresos para contabilidad, nómina y otras tareas.

A menudo viajaba con los miembros de la junta y sus cónyuges, cuyos gastos también se cobraban a los contribuyentes.