Todo apunta a que la educación a distancia será exitosa. Los maestros consideran que en la crisis del aislamiento por la pandemia esa alternativa pedagógica es prioritaria y debido a ello los más de 33 mil miembros del gremio magisterial han alcanzado la mayor capacitación posible.

Los maestros hicieron un buen trabajo en el periodo de su preparación. Por ende, acumularon experiencia, conocimientos y soltura que cuando se iniciaron las clases virtuales, hace ya unos cinco meses.

Juan Ramírez, vicepresidente de UTLA, siglas en inglés del Sindicato de Maestros de Los Angeles, es el autor de las anteriores tesis al analizar el contexto actual en relación con el inicio del año lectivo. Y se refirió a una parte muy sensible para alcanzar los mejores resultados de la educación virtual: los padres de familia.

“Les sugiero que hagan lo que más puedan para involucrarse en esta nueva manera de trabajo educativo con sus hijos. No todos tienen la capacitación adecuada. Para muchos esto es nuevo y extraño pero les pido que hagan lo posible para apoyar a el estudiante aunque no sean conocedores o conocedoras de la tecnología. Hagan lo básico, mirar que el niño tenga orden en lo que debe hacer, a tiempo, asegúrense que se cumple el tiempo dedicado a la instrucción. Es muy buena ayuda”.

Dijo que cuando el niño es más pequeño, se ocupa que los padres se involucren más para ayudarlo a conectarse. Si hay dudas, el maestro tendrá horas de oficina para estar a disposición de los padres, para responder sus preguntas e inquietudes. También los administradores están dispuestos a ayudar.

Además, hay un número telefónico del distrito escolar donde los atienden: (213) 443-1300.

Dijo que los padres deben proceder como cuando había clases presenciales para dirigirse a los maestros.

“Haciendo eso nos van a ayudar mucho a todos para que los niños tengan éxito en su educación”, señaló el dirigente.

Ramírez aseguró que la educación a distancia mitigará el miedo de los padres de enviar a sus hijos a la escuela por temor a contagios. Diversas encuestas resaltan el temor de los padres.

También consideró que es un buen paso del distrito escolar que lleve a cabo un programa de pruebas de detección del micro organismo en todas las personas que asistan a una escuela y de rastreo de contactos, que se ahondará cuando retornen las clases presenciales.

El Superintendente del Distrito Escolar Unificado de Los Angeles, Austin Beutner, considera que los casi 75 mil empleados y 700 mil estudiantes están en contactos regular con otros 2 o 3 millones de personas.

El propósito es que ese universo de personas esté exento de COVID-19 para darle a las escuelas y sus ocupantes la mayor seguridad de la protección de su salud. Es una forma de darle el mayor blindaje posible al distrito.

Por eso se ha diseñado ese sistema preventivo en el que participa el ex titular de Educación durante la administración Obama, Arne Duncan, quien fue cuestionado por el dirigente de maestros.

“Me asombra que forme parte de este equipo ya que experiencia como educador no se le notó cuando fue titular de Educación, a juzgar por las decisiones que tomó. A veces los dirigentes tienden a buscar a personas importantes para promover sus programas. Ojalá y haga buen trabajo, aunque con el gobierno del presidente Obama dejó mucho que desear. No trabajaremos con él, pero ojalá y ponga sus prioridades donde deben estar para mejorar la educación de los niños”, expuso.

Ramírez señaló, asimismo, que las pruebas y seguimientos de contacto son un buen paso a seguir, un ejemplo a otros lugares, porque nadie lo ha hecho, además de que conlleva un fuerte gasto.

Recordó que UTLA demandó al distrito escolar la necesidad de las pruebas y el seguimiento y fue escuchado. Aseguró que era parte de la solución aunque falta que las instalaciones educativas estén con impecable mantenimiento en términos de higiene ya que se necesitan que estén limpias, que haya jabón para que todos se leven las manos constantemente.

Al aludir a las escuelas chárter, dijo que el distrito escolar debe declarar una moratoria para no aprobar más escuelas de ese tipo en estos tiempos de pandemia cuando se requiere menos presencia de personas en las escuelas y aumentan los gastos por las medidas preventivas.

Beutner dijo el lunes pasado que las pruebas y rastreo de contactos costarán alrededor de 300 dólares por estudiante.

Dijo que las escuelas autónomas coubicadas con planteles públicos constituyen un peligro de hacinamiento, cuando los científicos exigen que haya menores grupos humanos en los espacios escolares.

Además, refrendó que las chárter desfalcan al distrito escolar con dinero que debe ir a las escuelas públicas. Un estudio de UTLA concluyó que esos centros manejados por particulares cuestan al LAUSD 590 millones de dólares anuales.

“ No hemos de quitar el dedo del renglón. Las chárter son una caga, es injusto y deben considerar que lo más importante es la salud. No es tiempo que les den permiso para que haya más escuelas autónomas cuando estamos tratando de sobrevivir esta situación”, expresó Ramírez.