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Hija de un carnicero, una científica inmigrante en EU, cuyo trabajo originalmente fue rechazado, abrió el camino para la vacuna contra el COVID-19

December 20, 2020 - por

Hija de un carnicero, una científica inmigrante en EU, cuyo trabajo originalmente fue rechazado, abrió el camino para la vacuna contra el COVID-19

La doctora Katalin Karico y el doctor Drew Weissman, lnventores de la tecnologia del ARN mensajero utlizado en las vacunas anti-covid-19 de Pfizer y Moderna. Foto: David Maris

Cuando la bioquímica Katalin Karikó llegó a los Estados Unidos en 1985 para tomar un puesto postdoctoral como una joven inmigrante de la entonces Hungría comunista, tuvo que vender su automóvil en el mercado negro para pagar el viaje.

Pionera en el campo de la mensajería genética, Karikó llegaría a desempeñar un papel clave en uno de los mayores logros de la ciencia moderna: las primeras vacunas modificadas genéticamente del mundo. Se cree que esta tecnología tiene implicaciones para prevenir la propagación de otras enfermedades, desde el cáncer y los accidentes cerebrovasculares hasta la malaria y la esclerosis múltiple.

Karikó es la última de una larga lista de científicos inmigrantes estadounidenses y ahora se habla de ella como posible ganadora del premio Nobel, junto con su colega estadounidense, el doctor Drew Weissman, con quien desarrolló la invención científica patentada en la Universidad de Pennsylvania.

“Esto es simplemente increíble”, dijo Karikó a la agencia de noticias francesa, AFP, en una videollamada esta semana desde su casa en Filadelfia, y agregó que no estaba acostumbrada a ser centro de atención después de haber trabajado durante años en la oscuridad.

Karikó es una de varios científicos y emprendedores nacidos en el extranjero involucrados en el avance de la vacuna contra el covid, incluido el cofundador canadiense de la compañíaa Moderna, Patrick Rossi, y el director ejecutivo francés, Stéphane Bancel.

“Kate Kariko es una superestrella”, escribió en Twitter el doctor David Langer, presidente de neurocirugía del Hospital Lenox Hill en Nueva York. Langer trabajó con ella como estudiante de medicina en la década de 1990 y se convirtió en un gran admirador de su arduo trabajo y pensamiento creativo. Siguen siendo amigos y él la visitó la semana pasada para felicitarla por su contribución al desarrollo de la vacuna contra el covid.

“Era una mujer inmigrante que pasó por tantas dificultades y superó muchas. Lo vi y fui testigo de su suprema ética de trabajo y su enfoque, siempre haciendo lo correcto contra todo pronóstico ”, dijo a Univision Noticias.

“Esta es una historia de valentía y determinación. Estaba estudiando algo en lo que nadie creía. Sabía que tenía razón, pero no pudo conseguir una subvención para continuar la investigación”, agregó.

El Dr. David Langer, presidente de neurocirugía del Hospital Lenox Hill en Nueva York, visita a su ex colega de investigación, Katelin Kariko, para felicitarla por su papel como co-inventor de la tecnología de mensajería de ARN utilizada para crear la vacuna covid-19. Crédito: Cortesía del Dr. David Langer

“Fue difícil porque la gente no creía que el ARN mensajero pudiera ser una terapia”, dijo Karikó a CNN en una entrevista esta semana.

La hija del carnicero

Karikó creció en una pequeña ciudad a las afueras de Budapest, en una casa de una habitación sin agua corriente ni refrigerador. Probó por primera vez la biología examinando los cadáveres de cerdos con su padre, un carnicero húngaro.

En 2005, mientras trabajaban en la Universidad de Pennsylvania, Karikó y Weissman descubrieron una forma de configurar una molécula humana clave, el ARN mensajero, que estimula la producción de las llamadas proteínas de “pico” que pueden combatir enfermedades.

Más tarde, su trabajo inspiró la fundación de Moderna, la empresa de biotecnología estadounidense que desarrolló una vacuna contra el coronavirus que fue aprobada el viernes por la Administración de Drogas y Alimentos (FDA) para su uso de emergencia en pacientes mayores de 18 años en Estados Unidos.

La sede de la firma estadounidense de biotecnología Moderna en Cambridge, Massachusetts. Moderna es uno de los creadores de una vacuna contra el nuevo coronavirus, mRNA-1273. Crédito: Joseph Prezioso/AFP via Getty Images

Pero Karikó tuvo que luchar contra todas las desventajas para lograr su éxito. Por años, su puesto en la universidad era inestable por la falta de interés en su investigación de ARNm. No tenía residencia permanente en el país y necesitaba un trabajo para renovar su visa, por lo que tomó un puesto con un salario más bajo. Aunque eso le permitió a su hija obtener un descuento para estudiar en la prestigiosa universidad.

Su hija, Susan Francia, obtendría luego una maestría en la Universidad de Pennsylvania y ganó dos medallas de oro con el equipo olímpico de remo de Estados Unidos en 2008 y 2012.

La bioquímica de origen húngaro Katalin Karikó, con su esposo e hija, Susan Francia, en los Juegos Olímpicos de Londres 2012. Crédito: Katalin Kariko

Karikó fue despedida por la universidad, una decisión de la que ahora UPenn puede arrepentirse.

Y su descubrimiento de ‘ARNm’ sintético resultaría ser un elemento clave para el desarrollo de una vacuna covid-19, lo que permitiría acelerar drásticamente el tiempo que normalmente se necesita para desarrollar una vacuna, lo que anteriormene tomaba varios años.

“Una científica brillante”

A los 65 años, su carrera, antes desconocida, se ha transformado repentinamente en cuestión de semanas. Trabaja actualmente como especialista de ARN en BioNTech, una empresa de biotecnología alemana que desarrolló una vacuna contra el coronavirus en asociación con el gigante farmacéutico estadounidense Pfizer.

Tanto las vacunas de Pfizer/BioNtech como la de Moderna usan ARNm para enviar un mensaje codificado al cuerpo que desencadena una respuesta inmune basada en proteínas que ha demostrado ser altamente efectiva para prevenir el covid-19.

Dr Drew Weissman en su laboratorio de la Escuela de Medicina Perelman de la Universidad de Pensilvania, donde se centra en el estudio del ARN y el sistema inmunológico. Crédito: Dr Drew Weissman

Weissman, un médico e inmunólogo de 61 años, trabajó anteriormente durante siete años en la década de los 90 con el ahora muy famoso Dr. Anthony Fauci en el Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas, y es miembro destacado del grupo de trabajo sobre el coronavirus de la Casa Blanca.

En una entrevista, Weissman elogió a Karikó como “una científica brillante” que no fue tratada bien por la Universidad de Pensilvania. A pesar de que Karikó perdió su trabajo en la universidad, Weissman dijo que “nunca dejamos de trabajar juntos”.

Weissman también es nieto de inmigrantes, por parte de su madre de Sicilia y de la familia de su padre de Polonia. Los creadores alemanes de BioNTech, Ugur Tureci y su esposa Ozlem Tureci, también son hijos de inmigrantes turcos.

El profesor Ugur Sahin, fundó BioNTech en 2008 con su esposa, la Dra. Özlem Türeci. La compañía ahora está valorada en 25 mil millones de dólares y tiene 1.500 empleados, con sede en Mainz, Alemania. Crédito: BioNTech

¿Qué es ARN mensajero?

El ARN mensajero (ácido ribonucleico) se descubrió por primera vez en 1961 en el Instituto de Tecnología de California (Caltech) y se le ha llamado el “software de la vida”. A diferencia de otras vacunas, que implican inyectar partes muertas del virus en el cuerpo, una vacuna que usa ARNm envía un conjunto de instrucciones genéticas a las células que generan proteínas para ayudar al sistema inmunológico a combatir el coronavirus.

El ARNm actúa como intermediario entre el ADN humano, la base de datos genética que dicta las funciones corporales y la producción de proteínas que componen los organismos vivos esenciales del cuerpo, como los músculos, el tejido cutáneo y la sangre.

“El ADN es como una biblioteca. Contiene libros con toda la información que necesitas para conducir la vida. Ellos hacen todo”, dijo el biólogo marino Joshua Rosenthal, quien trabaja en la edición de ARN en el Laboratorio de Biología Marina en Woods Hole, Massachusetts.

Pero para que esa información sea útil tiene que ser “transcrita”, que es donde entra el ARN como un “mensajero” para crear proteínas que el cuerpo necesita para funcionar, explicó.

Si bien la mayoría de los científicos se centraron en la ingeniería genética del ADN, Kariko fue pionera en el campo de la exploración de cómo el ARN podría servir como un mejor método para combatir enfermedades o eliminar las mutaciones genéticas que las causan.

Katalin Karikó, como estudiante de doctorado sintetizando químicamente ARN en 1980 mientras trabajaba en el laboratorio de ARN del Centro de Investigación Biológica de la Academia de Ciencias de Hungría. Crédito: Katalin Karikó

Los científicos habían estado inyectando ARN en animales de laboratorio desde 1990. Sin embargo, muchos abandonaron el concepto después de descubrir que el sistema inmunológico de los animales reconocía las moléculas inyectadas como extrañas, lo que provocaba una inflamación dañina e incluso la muerte.

La invención original de Karikó, la creación de ARN sintético, no fue efectiva en animales porque sus sistemas inmunológicos reconocieron las moléculas inyectadas como una invasión extranjera, lo que desencadenó una respuesta inmune agresiva, causando una inflamación potencialmente fatal.

Karikó se negó a darse por vencida incluso cuando se agotaron los fondos para la investigación.

Finalmente, después de asociarse con Weissman, la pareja logró un gran avance. Descubrieron cómo cambiar un componente en el ARN que engañaba al sistema de rechazo inmunológico del cuerpo.

“En realidad, hay 17 sensores o proteínas diferentes en nuestro cuerpo que pueden reconocer el ARN. Cambiamosuno para que el ARN que no pude verlo más, no reaccionen a él ”, dijo Weissman.

Ganancias multimillonarias

“Esa es la tecnología que compraron estas empresas”, agregó, refiriéndose a las vacunas Moderna y Pfizer. BioNTech ha visto cómo su valor de mercado se disparó a $25,000 millones de dólares después de que Pfizer aprobara su vacuna hace dos semanas.

Pero Karikó y Weissman no esperan convertirse en millonarios pronto. La patente pertenece a la Universidad de Pennsylvania.

“Los académicos que inventan cosas nunca se vuelven multimillonarios, simplemente no es así como funciona”, dijo Weissman.

Ambos científicos son más felices en el laboratorio, lejos del centro de atención. También es personal para Weissman. El mejor amigo de su hermana en Boston fue una de las primeras víctimas del covid en marzo, a los 59 años.

Después de recibir la llamada sobre los resultados de la pruebas de la vacuna Pfizer-BioNTech, Karikó dijo que se contentó con celebrar con una bolsa de Goobers, cacahuetes cubiertos de chocolate.

Cambiando el mundo

Los expertos dicen que el trabajo de Karikó y Weissman podría abrir la puerta a un campo completamente nuevo de la medicina.

“Recién estamos comenzando a comprender el enorme potencial del ARN para afectar nuestras vidas”, dijo Rosenthal. “Hay un millón de aplicaciones que puede imaginar si puede controlar estos sistemas”.

Weissman ya está trabajando en otras cuatro vacunas de ARN para otras enfermedades que espera entrar en ensayos clínicos el próximo año. Las soluciones podrían incluir herpes, VIH-SIDA y una vacuna universal contra la influenza. “Si funcionan, todas serán revolucionarias. Son vacunas del tipo de las que pueden cambiar el mundo”, aseguró.

También está trabajando en ARN como tratamiento para algunos tipos de dolor.

“El ARN puede hacer muchas cosas,” dijo Weissman. “No reinventamos la aspirina, inventamos una plataforma que podría usarse para muchas enfermedades diferentes y muchas terapias diferentes ”.  (Read in English)