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La Arquidiócesis reclama “un México seguro y el fin de esta vergonzosa impunidad”

June 26, 2022 - por

La Arquidiócesis reclama “un México seguro y el fin de esta vergonzosa impunidad”

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La Arquidiócesis reclamó el asesinato de los sacerdotes jesuitas Javier Campos y Joaquín Mora e hizo un llamado a examinar la estrategia de seguridad en México, “pues vivimos una ola de violencia histórica: el número de asesinatos en lo que va del sexenio supera las 122 mil personas”, expuso por medio de la editorial Desde la Fe.

“No olvidaremos a los padres Javier y Joaquín, no olvidaremos su asesinato, así como tampoco olvidaremos su testimonio y ejemplo para servir en Cristo, al grado de entregar la vida por su pueblo, por los más necesitados”, detalló la Iglesia en su publicación.

“Queremos justicia y queremos paz. Queremos un México seguro y queremos ver el fin de esta vergonzosa impunidad. Si en 72 horas lograron recuperarse los cuerpos de 2 sacerdotes y un laico, y avanzar en las averiguaciones, ¿por qué no hacer esto con tantos y tantos casos impunes? El nivel de impunidad en México es muy alto; la presión de la opinión pública motiva a las autoridades a resolver contados casos mediáticos, pero, ¿qué pasa con las miles de familias que, además de fracturarse con el asesinato de un ser querido, nunca verán justicia?”, añadió.

Se llevó a cabo la eucaristía en el Templo del Sagrado Corazón de Jesús de los cuerpos presentes de Joaquín César Mora Salazar, de 80 años, y Javier Campos Morales, de 79, sacerdotes jesuitas asesinados. Foto: Graciela López, Cuartoscuro.

Además, agregó que la promesa de atrapar al asesino de estos sacerdotes jesuitas no es suficiente, “pues atrapar a un líder del crimen organizado no resolverá la violencia en México”.

Los dos sacerdotes jesuitas fueron asesinados en un templo del norte de México y sus cuerpos fueron sustraídos junto al de otra víctima por personas armadas, informaron ayer el Gobierno y la congregación religiosa.

La remota comunidad de Cerocahui, en el municipio Urique, en el estado de Chihuahua, se vio estremecida el lunes tras el asesinato de los jesuitas mexicanos Javier Campos Morales y Joaquín Mora Salazar, así como de un guía turístico en el templo de la parroquia Francisco Javier. Las muertes coincidieron con la desaparición de cuatro personas, entre ellos una mujer y un menor, en esa misma localidad.

Los cuerpos serán trasladados a la comunidad de Cerocahui, en donde pasarán toda la noche en velación y posteriormente, el próximo lunes a las 12:00 horas, se realizará la misa funeral para depositar sus cuerpos en el atrio del templo de Cerocahui. Foto: Graciela López, Cuartoscuro.

Campos Morales, de 79 años, y Mora Salazar, de 80, tenían más de cinco décadas en la Compañía de Jesús. Los dos jesuitas eran parte del equipo de religiosos y laicos que están en la Sierra de Tarahumara, donde realizaban trabajo social y pastoral desde hace varias décadas, el cual incluía fortalecer la cultura de la comunidad indígena tarahumara y la preservación del medio ambiente.

Video: Mensaje a AMLO en los funerales de los jesuitas asesinados: “Los abrazos ya no nos alcanzan para cubrir los balazos”

Jesús Estrada/ corresponsal de La Jornada

Chihuahua, Chih.

Los funerales de los sacerdotes jesuitas Javier Campos y Joaquín César Mora iniciaron al mediodía de este sábado, en el templo del Sagrado Corazón de Jesús en la ciudad de Chihuahua, con una misa de cuerpo presente que devino en reclamo político contra la estrategia de seguridad pública del presidente Andrés Manuel López Obrador.

Concelebraron la misa el arzobispo de Chihuahua, Constancio Miranda Weckmann; el provincial de la Compañía de Jesús en México, Luis Gerardo Moro Madrid; y el sacerdote jesuita del pueblo de Creel, Javier Ávila Aguirre, quien se encargó de la homilía y desde el púlpito emplazó al presidente Andrés Manuel López Obrador a que revisé su proyecto de seguridad pública.

“Respetuosamente pido, señor presidente de la república, que revise su proyecto de seguridad pública, nuestro tono es pacífico pero alto y claro, invitando a que las acciones de gobierno acaben con la impunidad, son miles los dolientes sin voz que claman justicia en nuestra nación. Los abrazos ya no nos alcanzan para cubrir los balazos”.

La crítica al presidente arrancó aplausos de los feligreses, dentro del templo del Sagrado Corazón de Jesús y afuera, donde alrededor 200 católicos escuchaban la misa pues policías y edecanes restringieron el acceso al recinto, con el argumento de cumplir protocolos de protección civil, y para reservar lugares a sacerdotes y laicos de la comunidad jesuita en este ciudad y de la arquidiócesis de Chihuahua.

La liturgia incluyó la lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los corintios “ya conocen la generosidad de Cristo Jesús, nuestro Señor, que, siendo rico, se hizo pobre por ustedes, para que su pobreza los hiciera ricos”, y del evangelio según san Marcos, en el que Jesús dijo a sus discípulos, “difícil es para los que confían en las riquezas entrar en el reino de Dios, más fácil le es a un camello pasar por el ojo de una aguja, que a un rico entrar en el reino de Dios”.

En la homilía, Javier Ávila refirió a letras del cantautor Joaquín Sabina, “morir es retirarse, hacerse a un lado, ocultarse un momento, estarse quieto, pasar el aire de una orilla a nado, y estar en todas partes y en secreto”, para pedir así a Dios por el eterno descanso de los dos sacerdotes asesinados sin comentar el evangelio.

Después de la bendición del arzobispo Constancio Miranda, el sacerdote y vocero de la Diócesis de Chihuahua, Gustavo Sánchez Prieto, arengó a la feligresía con las consignas “Viva Cristo Rey”, “Viva la Virgen de Guadalupe” y “Ya Basta”.

Los féretros y el altar mayor del templo del Sagrado Corazón de Jesús fueron bendecidos con cantos y bailes tradicionales al finalizar la ceremonia religiosa, por parte de indígenas rarámuri; también participaron en la misa familiares del guía de turistas Pedro Eliodoro Palma, cuya sepelio fue la tarde del viernes en el panteón Colina de esta capital.

El viernes, una locomotora del tren turístico Chihuahua-Pacifico (Chepe) acompañó el cortejo fúnebre de Pedro Eliodoro Palma, a la altura del cruce de las vías del ferrocarril con la avenida Silvestre Terrazas.

Mientras, los cuerpos de los jesuitas Javier Campos y Joaquín César Mora fueron trasladados este sábado, en un viaje por carretera, hacia la Sierra Tarahumara y la zona del Parque Nacional Barrancas del Cobre, donde este domingo serán velados en la parroquia de San Francisco Javier Cerocahui.

El próximo lunes a las 12:00 horas, habitantes y feligreses católicos de Urique, indígenas de la etnia rarámuri y de la comunidad jesuita de Cerocahui, llevarán a cabo otra misa de cuerpo presente y harán la inhumación de los cuerpos en los terrenos de la parroquia.

El provincial de la Compañía de Jesús en México, Luis Gerardo Moro, leyó un posicionamiento de la Conferencia de Provinciales Jesuitas de América Latina y El Caribe que externó “compartimos la indignación, el dolor y la espera, la sangre derramada es señal de una decisión por defender la vida de todos y de todo, que nos interpela y nos alimenta”.

“Los jesuitas de América Latina les saludamos con un beso de paz, pedimos que la sangre de nuestros hermanos sea semilla de justicia y libertad, y ofrecemos nuestra solidaridad y compromiso para que la reconciliación y la justicia sean una realidad en México y en todas nuestras tierras”.

Luis Gerardo Moro afirmó que “entre el dolor, desconcierto y rabia ante el asesinato de Javier Campos y Joaquín César Mora, aparece un sentimiento de profundo agradecimiento por sus vidas, porque Dios les concedió entregarse en sacrificio por su pueblo”.

“Lograron que el mundo se enterara de Cerocahui, que mirara hacia la Tarahumara, que es como un paraíso que se ha ido corrompiendo por la pobreza, la injusticia, la violencia, el hambre, la falta de recursos médicos y educativos”.

El provincial de la Compañía de Jesús comentó que “la muerte de nuestros hermanos, la recuperación sus cuerpos y la promesa del gobierno estatal de la próxima detención del sospechoso del homicidio, nos damos cuenta que no es suficiente, la realidad de violencia no se va resolver con la captura de un cabecilla de un grupo delictivo, necesitamos cambiar nuestra cultura de violencia por una cultura de amor y reconciliación, como nos enseñó el hijo de Dios”.

“Si en 72 horas se lograron recuperar los cuerpos y avanzar en las averiguaciones, por qué no hacer esto con tantos casos impunes. Imploro a Dios que nos dé la gracia de la memoria histórica, que en México llegamos, entre 1964 y 2022 a cien mil personas desaparecidas, y llevamos 122 mil asesinatos”.

“San Ignacio de Loyola nos dijo que el amor se debe de poner más en las obras que en las palabras, por eso sepan que no nos vamos a ir de la Sierra Tarahumara; todas las personas, gobiernos, sociedad, empresarios e iglesia tenemos una responsabilidad moral de tantos asesinatos y personas desaparecidas, y necesitamos ya hacer algo”.

“Responderemos sabiamente a las múltiples muestras de solidaridad e indignación, pido ya no fomentar la polarización del país, y trabajar todas y todos. La Compañía de Jesús se encuentra discerniendo las acciones públicas a seguir en la exigencia de justicia por el asesinato de nuestros hermanos y del impulso de las politicas de paz que México demanda, urge buscar la reconciliacion”.