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La contaminación amenaza la salud pública regiomontana

April 1, 2023 - por

La contaminación amenaza la salud pública regiomontana

Monterrey, N.L.

En Monterrey hay niños con afecciones pulmonares parecidas a las de los fumadores consuetudinarios. Los pequeños experimentan graves problemas de salud bronquial  debido a la contaminación del aire.

Un artículo de El Norte del pasado 20 de marzo de 2022, puso de relieve que la exposición prolongada a la polución del aire puede provocar inflamación bronquial  y daño a los tejidos, lo que a su vez conduce a enfermedades pulmonares crónicas como el asma.

Con base en un estudio de la Universidad Autónoma de Nuevo León, el rotativo indica que los menores que viven en áreas con alta contaminación del aire tienen un mayor riesgo de desarrollar problemas respiratorios y los que viven cerca de las principales carreteras y fábricas son especialmente vulnerables.

Como habitante de esta metrópoli, he experimentado el vertiginoso aumento de la contaminación del aire en Monterrey, que persiste y preocupa. La mala calidad del aire es uno de los principales factores que demeritan la salud pública, especialmente en climas fríos cuando se registran altos niveles de detritus  debido a la quema de combustibles fósiles y a la actividad industrial.

La aguda contaminación en donde se enseñorea el Cerro de la Silla.

Los adultos mayores y los niños son los más frágiles pues ya empiezan a manifestar padecimientos muy serios, incluyendo problemas respiratorios,  cardiacos y cáncer.

De manera cotidiana, la mala calidad del aire nos pasa la factura.Hace algunos días percibimos en Monterrey y su área metropolitana un olor muy penetrante y degradable, primero se pensó que podría tratarse de la refinería de Cadereyta, cuyas autoridades  inmediatamente emitieron  un comunicado para precisar que la planta trabajaba normalmente. Conagua expresó que otra posibilidad podría ser que la poca agua pluvial que cayó se pudo ir directamente al drenaje y provocó ese  olor espantoso.

Lo cierto es que en  esta metrópoli se ubican 10 empresas que emiten gases altamente contaminantes. Las que pertenecen al sector privado son: Iberdrola en El Carmen,   Iberdrola en Escobedo, Central Generadora Eléctrica Huinalá, Compañía de Electricidad en Los Ramones, Ternium, Pemcorp S.A.P.I., Zinc Nacional y Mininorte. Las públicas son: de la CFE en Huinalá y la Refinería de Cadereyta, de acuerdo al Registro Nacional de Emisiones y Transferencia de Contaminantes de la Secretaria del Medio Ambiente y Recursos Naturales a nivel nacional.

Es urgente, pues, que el gobierno de Samuel García se involucre de manera seria, responsable y con compromiso social para encontrar una solución rápida y eficaz a esta grave problemática, que a todas luces lo ha rebasado.

Es imperativo que estas empresas sean sometidas frecuentemente a auditorías, a estricta vigilancia para que dejen de ser una latente amenaza para la sociedad regiomontana.  Nada de medias tintas ni de compromisos por encima del bienestar de la colectividad, de sus derechos humanos, del derecho a la salud y el derecho a un medio ambiente sano. Lejos se encuentra el gobernador de que este lacerante mal se encuentre dentro de sus prioridades. La realidad desmiente sus prédicas demagógicas.

Ni las ciudades chinas con aguda contaminación se ven con la negritud de un Monterrey quebrantado por los detritus.

Esta catilinaria también incluye a los gobiernos municipales del área. Las tibias medidas adoptadas por las autoridades para contrarrestar la contaminación han sido estériles, con resultados magros. Es importante destacar, además,  que el esfuerzo por un medio ambiente mejor, a la altura de lo que en estricto rigor merecemos, compete a todos los habitantes, sin distingos, a empresas y organizaciones porque lo que respiramos determina nuestra vida y derrotero como especie humana. Con la vida no se juega, mucho menos debe usarse para fútiles argumentos políticos.

Estamos a tiempo de que todos actuemos con sensatez mirando el bienestar colectivo y cancelando mezquindades, afanes de lucro y medro político con esta situación. La disyuntiva es: o entre todos lo atacamos, o la salud de todos va a pagar el precio.