SACRAMENTO

El gobernador Gavin Newsom está firme: no se reabrirá la actividad económica hasta que no haya seguridad plena de que el COVID-19 ha dejado de ser un peligro para la sociedad.

En los últimos días ha subido de tono la presión para que vayan relajándose las restricciones que originó la pandemia. El argumento fundamental de gobiernos locales, empresarios y ciudadanos es de índole económica.

Las autoridades sanitarias, sin embargo, reportan el crecimiento de la pandemia, que abona en favor de las tesis del mandatario californiano.

Indican que en el estado ya hay 33 mil 865 casos de COVID-19 y que se han registrado mil 227 decesos.

Funcionarios de San Luis Obispo le pidieron que les permitiera una reapertura de su economía local. Además, afuera de los edificios gubernamentales de esta ciudad hubo manifestantes exigiendo lo mismo. Se han registrado manifestaciones en Huntington Beach, San Clemente y el condado de San Diego.

El gobernador prometió que su administración discutirá cada uno con los funcionarios locales “para asegurarse de que es una decisión basada en la salud. No ningún otro tipo de toma de decisiones. La salud primero, la ciencia y los datos. Todo lo demás se deriva de eso”.

Newsom dijo que si bien las áreas de todo el estado se han visto afectadas de manera diferente por la pandemia, el “virus no conoce jurisdicción, no conoce fronteras” y podría propagarse fácilmente a los condados vecinos si las restricciones se alivian prematuramente. Es fundamental para el bienestar colectivo de todos los californianos tener una estrategia estatal basada en la salud para volver a cierto sentido de normalidad, dijo.

“Ninguna de estas directivas sanitarias locales puede ir más allá o, más bien, ir más hacia atrás que la guía estatal”, señaló durante su reunión informativa diaria COVID-19 el lunes.

Aseguró que entiende  las frustraciones y ansiedades expresadas por los manifestantes. Pero advirtió que partes del mundo que han relajado las restricciones del coronavirus prematuramente, incluyendo Singapur, han sido rápidamente golpeadas con una segunda ola del virus.

“Si finalmente vamos a volver económicamente, el peor error que podemos cometer es tomar una decisión precipitada basada en la política y la frustración que pone en riesgo la vida de las personas y, en última instancia, retrasa la causa del crecimiento económico y la recuperación económica”, dijo Newsom.