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La universidad: sus enemigos

September 10, 2018 - por

La universidad: sus enemigos

Porros.

CIUDAD DE MEXICO

Hemos vivido ya muchos años en la UNAM para saber que los ataques se repiten periódicamente y que, en efecto, no es tan difícil encontrar sus fuentes (el deseo de que un conflicto desborde el ámbito universitario y se convierta en social, en nacional). Ahora mismo que la transición política no podía ser más tersa, no resulta absurdo pensar que es precisamente esa tranquilidad lo que algunos desean sabotear y negar. ¿Cómo un régimen de izquierda va a sustituir a uno ya de tradición capitalista arraigada, en que los ricos mandan? ¿Y esto al lado de Estados Unidos, cuyo inestable Presidente valoró al de las “creencias radicales” por arriba del capitalista, y que cedió a un rápido arreglo del TLCAN cuando parecía que su culminación no llegaría jamás. Y que ahora tiene sentado en la lumbre a Canadá, sometido en definitiva a los caprichos de el “Señor”.

La primera idea que surge es la de descarrilar esa transición poco menos que impecable en México. ¿Los interesados? Se podrían contar por docenas, en vista de que la clase empresarial y la clase política anteriores estuvieron casi por entero en la crítica acerva a López Obrador. Es verdad que también en este campo la situación ha cambiado radicalmente, pero ¿no habrá por allí algunos despistados que sigan sentados en su macho antiLópez Obrador? No debiera sorprendernos tanto. Y no pienso tanto en “alcurnias” como en decisiones que se hermanan con lo irracional, lo que no resulta ya tan extraño en estos tiempos…

Sí, es verdad, podría ser casi infinita la especulación sobre lo posible, que debe ser ahora, con las pruebas que seguramente ya se tienen a la mano, más una cuestión de investigación policíaca concreta que de suposición de aficionados… El hecho es que siempre la Universidad, y en general las universidades del país, han sido invariablemente una carne de cañón imprescindible para agitar los tiempos y para obligar a decisiones que no están, que no estaban en la agenda de los políticos, pero que al final los obliga a pronunciarse de manera forzada e inesperada, afectándolos centralmente, dejándolos a un lado del camino desarmados y casi casi sin voz. ¿Es lo que se pretende en la actualidad? Sin duda alguna, pero la situación hoy es distinta… Primero, la fuerza de una sola formación política (Morena), hace improbable la división de los mandos y su conflicto…La unidad también lograda en las bases, hacen mas difícil la esperanza de que pueda darse una reyerta al nivel popular, ciudadano… Así, lograda también la unidad en las bases, se hace muy difícil la separación y la reyerta, y si lo han calculado así pues se han equivocado de medio a medio, en vista del espíritu de gran colaboración que hay en las bases (y en lo alto de esas bases).

Esto no quiere decir que deje de actuarse, incluso como decíamos antes al nivel de la policía…, pero sobre todo al nivel de las dirigencias y autoridades del más variado tipo, como se demostró esta semana con los documentos diversos en favor de la universidad que han aparecido en la prensa recientemente.

Pero a pesar de estos supuestos favorables es imprescindible que a todos los niveles luchemos por una paz en la universidad (en las universidades) que todos deseamos, como también ha quedado demostrado por las expresiones masivas durante la última semana, y por incontables expresiones de solidaridad con esta idea, a lo largo y ancho de todas las escuelas, y no sólo de la UNAM sino de muchos otros centros escolares de la CDMX y de otras regiones del país. La paz es absolutamente imprescindible en todas las instituciones de estudios e investigación, y es por ello que luchamos por lograrla, neutralizando y enviado a las márgenes de la vida universitaria a aquellos que han hecho de la reyerta, la agresión y el desorden un modus vivendi que para ellos puede ser redituable pero que para la inmensa mayoría de universitarios es una distorsión y un impedimento al logro de sus propósitos.

Por supuesto, en una situación como la presente el apoyo pleno a las autoridades universitarias, comenzando por el Dr. Enrique Graue, Rector de puesta Máxima Casa de Estudios, que ha mostrado ya en estos tiempos agitados mesura y contención pero también capacidad de decisión, siempre en defensa de la UNAM y de los altos valores que representa.