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Las fiestas patrias de los migrantes en la era Trump

September 16, 2019 - por

Las fiestas patrias de los migrantes en la era Trump

El Grito en el Palacio Municipal de Los Angeles. Foto: gobierno de LA.

Como cada 15 de septiembre, los actos que conmemoran la Independencia de México tienen un carácter extraterritorial en Estados Unidos. De costa a costa, los más de 35 millones de personas de origen mexicano cumplen con ese ritual de festejo por una independencia que hoy más que nunca está en tela de juicio y que en muchos sentidos se ha convertido en un arranque de nostalgia por la patria lejana que se contempla con tristeza y hasta con terror desde la Unión Americana.

Particularmente desde que Donald Trump se convirtió en presidente de Estados Unidos y desató, con su política de “cero tolerancia”, un ambiente de persecución, odio y terrorismo racista.

A pesar de ello —o quizá a causa de ello—, estos días de fiestas patrias en México se convierten para la comunidad migrante en Estados Unidos en una ventana de oportunidad para la reafirmación de una identidad que se abre paso desde el sur de California, hasta los barrios de Nueva York o Chicago. Una identidad que algunos confunden con un grito desbocado y una borrachera con tequila, cuando la mexicanidad va mucho más allá de un traje de charro, o unas trenzas que evocan algo más que las manos de nuestras madres o abuelas canturreando una canción de cuna.

El orgullo mexicano, para muchos una forma de reafirmación ante quienes siempre han buscado su eliminación, va más allá de una fecha puntual. Se traduce todos los días en el trabajo esforzado de millones de brazos y manos que a lo largo y ancho de la Unión Americana han edificado edificios, construido puentes y carreteras, combatido en guerras bajo la bandera de Estados Unidos y aportando sus conocimientos desde el mundo de la medicina, la ciencia y la tecnología.

Sin mencionar el boyante mundo de la música y la cinematografía, donde el arte y talento de los mexicanos sobresalen por su ritmo y sensualidad; por esa imaginación sin límites que surge de la lucha y la desesperanza; del regocijo y el karma de un éxodo multigeneracional que ha aprendido a vivir no en uno o dos mundos, sino en varios planos sociales y realidades culturales a la vez.

Como cada mes de septiembre, las ceremonias del grito de la Independencia se reproducen de costa a costa. Lo mismo desde el condado de Orange County, en California, donde los charros a lomos de sus caballos o las chinas poblanas a bordo de descapotables, recorren las calles de Santa Ana, una de las ciudades con mayor población flotante de inmigrantes indocumentados.

En esa localidad, los rostros de hombres y mujeres de tez morena salen de las sombras para llevar a sus hijos a escuchar la música de mariachi. Pero también para ver desfilar, a bordo de deslumbrantes descapotables, a personajes como el cura Miguel Hidalgo, a Pancho Villa o a Emiliano Zapata, todos ellos considerados como los héroes de esa patria tan distante como inasible llamada México.

La mayoría de ellos trabajan como jardineros, limpiadores, cocineros, meseros o niñeras en una de las concentraciones urbanas más ricas y desarrolladas del país. Entre todos ellos –más de un millón de inmigrantes que representan más del 70 por ciento en la ciudad de Santa Ana y más de un 35 por ciento en todo el Condado de Orange—, conforman una de las poblaciones flotantes más grandes y dinámicas del planeta.

Una población que cada mes de septiembre cumple con el ritual patriótico de entonar el grito de la independencia de México desde el corazón del sureste californiano, un enclave del conservadurismo republicano y de organizaciones antinmigrante como los Minuteman.

Para la diáspora mexicana, el mes de septiembre marca el festejo de la Independencia y el retorno a las raíces. Para la comunidad anglosajona, en cambio, estos festejos sólo acentúan la “invasión” de los “ilegales”.

En medio de este continuo choque de placas tectónicas demográficas y culturales, que se ha acentuado bajo el régimen de Donald Trump, la comunidad migrante mexicana protagoniza un acto de reafirmación en las calles, parques y centros culturales de distintas partes del país como en Santa Ana, Los Angeles, Nueva York, Houston o Chicago.

Curiosamente, el festejo de las fiestas patrias de México en EU parecen no sólo responder a un acto de reafirmación frente al régimen de Donald Trump, sino a una auténtica demostración de fervor nacionalista mexicano.

Según una reciente encuesta publicada en México por el periódico El Financiero, la mayoría de los mexicanos que viven más lejos de la Ciudad de México experimentan un fervor nacionalista más acentuado.

El estudio señala que “las entidades donde menos orgullo local se expresa son el estado de México y la Ciudad de México, con apenas 65 y 68 por ciento de entrevistados que dicen sentirse muy orgullosos de su identidad”, indica el resumen de los resultados del estudio .

La encuesta realizada en las 32 entidades de la federación mexicana revela que el central estado de Jalisco, cuna del mariachi, “es donde más orgullo nacional se expresa, con un 96 por ciento de entrevistados que se dice muy orgulloso de ser mexicano”.

El estudio indica que el nacionalismo es más fuerte en estados del norte del país, como Chihuahua y Baja California, fronterizos con EU, con 95 por ciento de personas que dijeron “sentir mucho orgullo nacional”, lo cual los ubica en segundo lugar.

Aunque los estados de la Unión Americana con mayor concentración de mexicanos no participaron en esta encuesta, no resulta difícil comprobar que el nacionalismo y el amor por México se siente en este mes de festividades patrias más fuerte que nunca en EU. Particularmente cuando muchos de nuestros paisanos lo tienen todo en contra bajo el régimen de Donald Trump

A todos ellos, felices fiestas patrias ¡¡¡