En un afán por mostrar el otro lado de la moneda, el presidente Donald Trump recibió a padres y familiares de personas asesinadas por inmigrantes indocumentados en Esados Unidos.

El presidente Trump resaltó la importancia de asegurar las fronteras y reiteró su compromiso de combatir la inmigración illegal frente a quienes llaman “familias de ángeles”.

La reunión de Trump con familiares de 14 víctimas en la Casa Blanca se produce en medio de una serie de críticas por la implementación de su política de “cero tolerancia” en la frontera, que generó una crisis de menores separados de sus padres al ser detenidos por autoridades migratorias al intentar ingresar a EE.UU. ilegalmente.

Tanta fue la presión que el presidente Trump tuvo que dar marcha atrás y firmar un decreto el miércoles en el que ponía fin a las familias separadas en la frontera, pero que no resuelve muchos problemas legales relacionados con la inmigración.

Durante su discurso frente a los familiares de las víctimas, Trump indicó que “estas son familias estadounidenses permanentemente separadas”.

El presidente Donald Trump señaló que los demócratas y los medios de comunicación se han negado a cubrir este tipo de historias e insistió en que las leyes inmigratorias de EE.UU. “son las más débiles en la historia del mundo”.

Al llegar el presidente al escenario en la Casa Blanca algunos familiares se pusieron de pie mostrando imágenes de sus seres queridos.

Trump dijo que el propósito del evento es recordar a aquellos que son “víctimas de la inmigración ilegal”.

“Esta es una situación muy injusta”, dijo, y afirmó que “no es cierto” que las personas que están en el país ilegalmente cometan menos crímenes que los ciudadanos estadounidenses.

“Ustedes escuchan al otro lado. Nunca escuchan a este lado”, dijo el mandatario en referencia a los familiares de las personas asesinadas por criminales que viven ilegalmente en el país.

Denunciar y prevenir crímenes cometidos o presuntamente cometidos por inmigrantes ilegales en el país ha sido un componente clave de la presidencia de Donald Trump y el enfoque de la gestión del fiscal general de su administración, Jeff Sessions.