Monterrey, N.L.

Los mexicanos odian la verdad. Punto. Ayer vi un montón de comentarios tanto de propios como de extraños, vociferando “censura” por la aprehensión de Alfredo Jalife secundario a una denuncia por difamación contra Tatiana Clouthier. Y eso, me desilusionó profundamente.
Porque esto es muy simple: el que acusa, tiene que probar. Jalife acusó a Clouthier de “traicionar” a la 4T. Así que esto es tan sencillo como presentar pruebas. Como vi en “X” (Twitter): Dresser comenta que “todos aquellos que han sido difamados por AMLO también deberían de poner una denuncia contra el presidente, para confirmar que la justicia realmente es expedita”. Pero alguien le contestó que, en el caso de AMLO, él siempre comprobó lo que decía. De hecho, aunque ese internauta no lo comentó, pero la función de las conferencias matutinas del presidente fue precisamente para lo anterior: darle una tribuna al presidente para no solo desmentir lo que decían de él y su proyecto, sino también para presentar pruebas de las acusaciones que él vertió contra muchos que impedían el desarrollo económico de nuestro país.
Yo tomé lo anterior en forma personal. Y también, por algo muy sencillo: si yo desmentía a alguien, inmediatamente me exigía pruebas. Pero si yo solicitaba pruebas de su decir, la mayoría nunca se dignaron contestarme. O, peor: muchos sí me contestaron, pero con insultos.
Lo peor es que ahora que revisé (de nuevo), los postulados de Umberto Eco para reconocer al fascismo, siento decirles que solo refrendaron mucho de lo que he dicho. Por ejemplo: el próximo año, cuando las feministas vuelvan a provocar destrozos en marzo, simplemente voy a recordarles a muchos que las feministas son fascistas. Porque los fascistas odian el pacifismo.
Cuando lleguen más partidos de ultraderecha al poder, y le quiten derechos a inmigrantes y minorías (sobre todo sexuales), les voy a recordar que eso sucedió porque la clase media se sintió humillada y burlada por los gobiernos anteriores. Gobiernos que promocionaron manifestaciones de diversa índole (sobre todo para mostrar la diversidad sexual); pero reprimieron duramente las manifestaciones de los trabajadores para tener mejores salarios, y luchar contra la inflación. Un error que ya se vio en la Alemania de hace un siglo, y que hoy, muchos repiten. Y no solo la “autocrática” Rusia ya le está quitando derechos a dichas minorías. También los muy “democráticos” EUA, ya empezaron a hacer lo mismo.
Pero no me malinterpreten. Si realmente fuera todo lo que dicen, hace ya rato que diría que “los inmigrantes deben regresarse a sus países, las mujeres a la cocina, y las minorías sexuales al closet”. Y hasta podría “estudios” que confirmarán mi decir. Pero, antes, al contrario: he tenido que explicar el motivo por el cual la migración ya es un derecho fundamental, así como el hecho de que con las minorías sexuales sus preferencias ya no sean consideradas “patologías”, y que también su preferencia ya es un derecho humano fundamental. Así como el motivo por el cual las mujeres también están recuperando el rol que siempre debieron tener en la Historia de la humanidad.
Porque no crean que solo tengo detractores dentro de los “woke progres buena onda” de la izquierda. Tengo muchos detractores en la derecha. Pero, por lo menos, estos últimos son más educados para discutir. Y, repito: yo solo pongo hechos.
Como el que, si una empresa cambia su giro de productos de entretenimiento, pues, iba a fracasar. Y no porque deseaba eso. Simplemente, porque transgredieron las leyes del mercado más básicas, que cualquier estudiante de mercadotecnia aprende en el primer semestre.
Si me burló de los que critican la “Conquista”, lo hago porque, primero, lo hacen en el idioma “colonizador”. Y, segundo: porque critican una expansión comercial europea, pero ahora apoyan otra expansión comercial europea, la “ayuda” de la OTAN en Ucrania.
Si recalcó el hecho de que se está haciendo un sistema de salud universal en México, y hasta aplaudo que Colombia ya quiera recuperar para el Estado la salud pública (sí, es un oxímoron), sé que provoco el enojo de muchos de mis colegas.
Pero es que muchos olvidan que toda acción tiene una reacción. Todo tiene consecuencias. El propiciar (así sea por ignorancia, o hasta egoísmo), que los fascistas regresen al poder, es solo por nuestros actos. La extensión comercial de la OTAN ya alcanzó la Franja de Gaza. Y hasta ahora muchos vieron las consecuencias de no haber detenido en su momento la guerra en Ucrania.
La pandemia nos tomó desprevenidos, por haber apoyado la privatización de la salud. Y pagamos consecuencias.
Así que, en síntesis, el mentir, el preferir el “chisme ramplón” a los hechos llanos y evidentes, también tiene consecuencias. Pero, insisto: los mexicanos odian la verdad.
Mientras, algunos seguiremos buscando esa verdad, aunque nos sigan insultando. Aunque nos ninguneen. Aunque, también, nos difamen.
Clouthier pidió evidencias a un detractor suyo. Yo solo seguiré demostrando otros puntos de vista a mis detractores. Aunque me tachen de todo, hasta de “narcicismo”.
Pero nunca, me tacharán de mentiroso. Nunca.