Monterrey, N.L.

En los últimos tres años más de 20 mil hectáreas han sido devoradas por las llamas de los incendios forestales en la “Gran Fábrica de Agua” que es el Parque Nacional Cumbres de Monterrey, establecido por el Presidente Lázaro Cárdenas en 1939, para abastecer del vital líquido a la metropolitana ciudad de Monterrey (un 70 por ciento procede de esas montañas) y que también, permite que las aguas del río San Juan, puedan abastecer la gran presa de El Cuchillo,. como los Distritos de riego en Tamaulipecos y del Valle de Texas.

Ciclo milenario de sequía

Nuestra Sierra Madre Oriental en Nuevo León y su colindancia con Coahuila, es el gran acuífero que se conforma con los escurrimientos de la Cuenca del Bajo Río Bravo, hoy una cuenca que desde hace tres o cuatro años, está secándose en sus orígenes que residen en las Montañas Rocallosas en los Estados Unidos, debido a un fenómeno que los estudiosos en el tema lo consideran afín a un ciclo de mega sequía que se presenta cada mil 200 años en esa zona geográfica de nacimiento del Río Grande o Bravo. Esa realidad estructural para empezar, más, el incremento de asentamientos humanos de varios estados de la Unión Americana y Norte y Noreste de México, en medio siglo, han impactado severamente la humedad de la “Fábrica de Agua” y por supuesto, la han llevado a condiciones propicia para que se incendien sus montañas.

Aunado a este fenómeno de sequía estructural, es también reconocida por los estudiosos del Sistema Meteorológico Nacional (SMN) que entrevistó UNOTV (el pasado primero de febrero), la coincidencia en los años de sequía que se han presentado en el Norte y Noreste con la presencia de incendios forestales en la entidad. Una sequía que ya afecta el 50 por ciento del abasto acuífero y, de no caer suficiente nieve y lluvias en nuestras montañas en este invierno, el problema de la sequía se incrementará, señalando que la dominación en territorio nacional del Fenómeno de La Niña, desde las costas del Pacífico, ha dejado sin presencia del Fenómeno del Niño en el acarreo de aguas desde el Atlántico al Norte y  Noreste y, para este año, aseguran que la sequía llegará al centro del país severamente. Por lo tanto, para nuestro caso ya peligra seriamente el abasto de humedad en nuestra “Fábrica de Agua”.

Incendio forestal consume 20 mil hectáreas en Santiago, Nuevo León, durante dos  años. 

Maldad humana, de lo simple a lo complejo

A ello hay que agregar, la visita de los fines de semana de miles de pobladores metropolitanos con sus motos, cuatrimotos y demás vehículos, dejando toneladas de basura y prendiendo fogatas diversas que han sido causantes de constantes incendios, algunos de ellos de grandes dimensiones en los últimos años en el Parque Cumbres.

Igualmente, es de reconocer que por fin, hace unas semanas, el Gobierno de la 4T publicó un Plan de Manejo para el Parque Nacional Cumbres de Monterrey, y así puso un alto a la voracidad de 36 años de Neoliberalismo feroz contra ese Parque Nacional de desarrolladores urbanos y de industrias cerveceras y refresqueras, una realidad que empezaba a  operar para llegar a grandes dimensiones de impacto ambiental, bajo la dirección del empresario Fernando Elizondo (mentor del actual gobernador Samuel García, nieto del fundador de la Coca Cola en la entidad y, abogado miembro del despacho jurídico “Divino” , Santos-Elizondo)  y,  quien fuera nombrado para tales fines de orquestación empresarial en el mencionado Parque, por el gobernador Jaime Rodríguez El Bronco, antes de terminar su gestión. Vaya coincidencia que en esa labora administrativa de Elizondo en el Parque Cumbres de Monterrey se llegó a dar, ya que son los años en que se quemaron más de 20 mil hectáreas y, los responsables de tales incendios, aunque han sido identificados, aún no pagan por su crimen ya que algunos de ellos hasta huyeron a España, según aseguran ejidatarios afectados.

Así, entre las descuidadas “visitas hormiga” de fines de semana de clasaemedieros regiomontanos, la voracidad de Zares Inmobiliarios, el saqueo hídrico de más de cien años de empresas Cerveceras y Refresqueras (que hasta exportan agua embotellada a buena parte del mundo, como el agua Ciel), han afectado severamente la humedad de nuestras montañas.

También Pemex pone lo suyo, para provocar incendio

Otro factor que no puede ser olvidado es el impacto de la “Lluvia Ácida” que generan no tanto la Refinería de Cadereyta, sino también el sistema de la industria petrolera de Ciudad Madero y Altamira en Tamaulipas, en la mencionada Fábrica de Agua, ya que el olor a refinería (SO2) traído por los vientos del Golfo de México, tienen décadas impactando las laderas y altas montañas del citado Parque, sobre todo, en la zona donde nace el Río Ramos, uno de los principales abastecedores del San Juan y donde, recientemente, se presentó el más grande de los incendios de estos años y afectó el abasto acuífero de muy diversos municipios que conforman el parque, al contaminar las aguas del río de cenizas y bloquear el reparto del agua en cabeceras municipales como Allende, Nuevo León, e impactando múltiples poblaciones y ecosistemas afines al Ramos.

Mucho podría hacer Pemex      

No cabe duda que ante los grandes éxitos económicos de Pemex, su ayuda para un verdadero Plan de Manejo y protección de nuestra Fábrica de Agua, puede ser toda una realidad de verdadera empresa con sentido social y ambiental y en sí, con ello evitar incendios forestales al disminuir la lluvia ácida e impulsar acciones de remediación y regeneración en el mencionado Parque, y así, permitir que ese gran acuífero del Parque Nacional Cumbres de Monterrey, reciba la atención que por siglos nadie se lo ha dado, todo ha sido con esas montañas vil extractivismo desde su agua, sus maderas, sus materiales para diversos usos y hasta, su aire y frescura que brinda a la metropolitana ciudad de Monterrey.

Pueblo Sabio

Es también de considerar que los verdaderos guardianes para prevenir y enfrentar en buena parte esos incendios forestales han sido en mucho los mismos pobladores de esas montañas, como lo han demostrado en los hechos y que han desarrollado sus propias metodologías, técnicas y organización para atacar los siniestros, allí está la gente de La Ciénega de González (Herminio, Fito, los hijos de doña Herlinda…) que han sabido enfrentar las llamas de los incendios y salvar su asentamiento ancestral; se han quemado otras poblaciones, pero las de esta gente han sabido combatir los siniestros y allí están para ser solidarios en el salvamento de la Gran Fábrica de Agua de nuestra metropolitana ciudad ¡Órale!