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Murió el señor del micrófono, don Antonio González

September 27, 2018 - por

Murió el señor del micrófono, don Antonio González

Una gran persona nos ha abandonado.

LOS ANGELES

Los comunicadores honestos incluyendo los buenos locutores nunca mueren: solo cambian de sintonía. Esta mi frase consentida queda perfecta para describir la inesperada ausencia física de un gran amigo, dotado de una voz inigualable, quien invirtió la mayor parte de su existencia acompañado del micrófono que utilizó magistralmente en varias facetas de una carrera distinguida de la radiocomunicación. No me repongo todavía de la impresionante noticia del fallecimiento de Antonio González, cuando hace apenas unas semanas tuve contacto con su persona cuando me envió lo que creo fue su último escrito periodístico disfrutado solo por un reducido grupo de sus amigos de toda la vida.

Nacido como Tomas Antonio, González en Honduras donde inició sus actividades en la radio, llegó joven a Los Angeles donde tuve el privilegio de conocerlo cuando formaba parte del equipo estelar de Teddy Fregoso en la KWKW interviniendo en programas musicales, deportivos y finalmente noticiosos para encontrar la perfecta identificación con el tipo de actividad más acorde a su temperamento y su inclinación natural para informar al público sobre los eventos destacados del momento.

Su bien impostada voz de barítono, privilegio natural de su persona, impresionó a todos los escuchas pero también a sus compañeros y jefes, comenzando por Teddy y llegando hasta el dueño de la estación a quien entre nosotros siempre lo llamamos mister Chinguelson, aunque su verdadero apellido era Kalmenson. Pocos en aquellos entonces se dieron cuenta del carácter rebelde del comunicador pero pudimos constatar esa su tendencia quienes nos enfrentamos al entonces “Chief Davis” jefe de la policía angelina por los maltratos de sus elementos a los estudiantes mexicoamericanos de la escuela Roosevelt, que fue el preámbulo para las protestas del “Chicano Moratorium” con trágicas consecuencias en la comunidad latina.

Mas tarde nos identificamos mejor como defensores de los derechos de todos los mesoamericanos residentes en Estados Unidos, participando en reuniones con líderes convencidos del poco respeto de las autoridades a las urgentes demandas de justicia por parte de una creciente población migrante de México y Centroamérica unida por su sed de reconocimiento a sus derechos como ciudadanos del mundo. Antonio González y el que esto escribe hicimos hasta lo imposible por llevar a nuestras respectivas audiencias una amplia cobertura de las barreras impuestas a nuestra comunidad para su merecida búsqueda de progreso. Poco pudimos hacer aunque algo filtramos en nuestros medios de comunicación aunque ganamos fama de rebeldes lo cual cual, en mi caso, provocó mi primera renuncia al periódico La Opinión.

La identificación ideológica nació entonces y nunca terminó pues dimos muestra de nuestra entrega profesional a la verdad. Coincidimos en México cuando tratamos de convencer a Echeverría de la creación de un Departamento Oficial para tratar Asuntos de los Mexicanos radicados en Estados Unidos, lo cual en principio Antonio González sentía no corresponder a su persona por saberse hondureño de nacimiento pero que al fin logró convencerlo al reconocer que para todos los estadounidenses quienes hablamos español somos “mexicans”

Imposible relatar en tan poco espacio las muchas coincidencias y rebeldías comunes con las de Antonio González, pero es pertinente para mi llamarlo hermano de sangre diferente pues la auténtica fraternidad no nace y crece al amparo simple de un lazo familiar. Se hace fuerte e indestructible cuando la goma de unión está formada por los ideales, las convicciones de lucha y el deseo de servicio a una comunidad tan urgida de información veraz aunque los medios de difusión no estén siempre dispuestos a respetar la libertad de expresión a la cual deben su existencia.

Antonio González siempre ¡Presente! en la memoria de quienes te queremos entrañablemente.