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Ni el propio equipo de Trump sabe si éste cerrará la frontera

April 3, 2019 - por

Ni el propio equipo de Trump sabe si éste cerrará la frontera

Nueva York. Utilizando a la gente más vulnerable -familias inmigrantes con niños- para su juego político, Donald Trump continuó hoy dedicándose a nutrir la alta tensión sobre la frontera con México, y a estas alturas nadie sabe, ni su propio equipo, si cumplirá o no, ni cómo, con su amenaza de cerrar las entradas a personas y/o comercio a lo largo de la frontera entre dos países que insisten en llamarse socios y aliados.

El presidente reiteró este miércoles que si el Congreso no aprueba “de inmediato” las medidas antimigrantes que desea para enfrentar lo que califica como una “invasión”, “la frontera, o grandes secciones de la frontera, cerrarán. Esto es una emergencia nacional”, tuiteó.

Pero por ahora nadie, ni los que forman parte de su gobierno, sabe si se atreverá a cumplir con la amenaza. Sus asesores y altos funcionarios están evaluando diversas opciones para cerrar parcial o completamente los puntos de ingreso entre México y Estados Unidos, según fuentes dentro de su administración, y que por ahora, hasta donde saben, su jefe no ha tomado una decisión.

A principios de esta semana Larry Kudlow, jefe del Consejo Económico Nacional del presidente, comentó a medios que él y otros asesores del gobierno estaban examinando maneras de permitir el flujo comercial entre ambos países si Trump ordena cerrar la frontera a migrantes y refugiados para “mitigar” las consecuencias económicas, incluyendo opciones de cerrar sólo algunos puntos, o de cierres parciales en varios puntos.

Trump ha logrado mantener la tensión y la atención sobre la frontera desde la semana pasada cuando primero amenazó con un cierre si México no frenaba “por completo” el flujo migratorio centroamericano, y si los demócratas en el Congreso no cedían ante sus demandas para aprobar nuevas medidas de control fronterizo.

El martes había indicaciones de que había dado un paso hacia atrás, cuando elogió que México estuviera deteniendo a cientos de inmigrantes centroamericanos, entre ellos a más de mil en la frontera sureña del país vecino, que buscaban llegar a la frontera estadunidense y declaró que México así estaba asistiendo a Estados Unidos “por primera vez en décadas”.

Según un alto funcionario de la Casa Banca, el gobierno mexicano está enviando reportes diarios con cifras exactas sobre cuántos inmigrantes centroamericanos ha detenido, reportó Reuters.

Pero una y otra vez, Trump ha aflojado sólo para estirar aún más la tensión sobre este asunto, y eso a pesar de protestas contra su amenaza de las principales asociaciones empresariales y agrarias de su país, y hasta políticos federales y regionales de su propio partido, todos señalando el alto costo económico que provocaría un cierre de la frontera para ambos países que comercian hasta 1.7 mil millones de dólares cada día.

Hoy, el vocero asistente de la Casa Blanca, Hogan Gidley, declaró que Trump “está alentado por la nueva cooperación que hemos visto de México, el cual hasta este punto ha ayudado más en abordar esta emergencia que los legisladores demócratas”. Agregó que “esa peligrosa crisis finalmente tiene que ser abordada por el Congreso, y si no lo es, el presidente ha dejado claro que todas las opciones permanecen sobre la mesa para asegurar la frontera y proteger al pueblo estadunidense”, reportó Bloomberg.

Críticos, como Frank Sharry, director de America’s Voice -organización dedicada a promover políticas pro-inmigrantes- pronosticó que de alguna manera, en algún momento pronto, Trump sí cerrará la frontera, no porque crea que sea una buena política sino sólo para efectos electorales, ya que “la seguridad fronteriza versus fronteras abiertas -tal como él lo define- será un tema central de su campaña electoral para 2020”.

Por otro lado, la Unión Americana de Libertades Civiles condenó algunos de los efectos de las maniobras antimigrantes en la frontera empleadas para nutrir la narrativa de Trump, y se enfocó en las imágenes de cientos de familias con niños que fueron detenidos temporalmente -algunos hasta por cuatro días- en condiciones abusivas bajo el puente internacional en El Paso. “Encerrando a familias con niños pequeños afuera, detrás de bardas de alambre de púas y obligándolos a dormir en temperaturas casi de congelamiento es atroz aun para una administración que constantemente ha desarrollado políticas crueles e inhumanas”, afirmó la organización en un mensaje por Twitter.

Al mismo tiempo, en una de ya incontables narrativas de sufrimiento por estas politicas antimigrantes, Sindy Flores, una solicitante de asilo de Honduras escribió un artículo publicado por el New York Times que fue encabezado en inglés así: “Huimos de las pandillas en Honduras. Entonces el gobierno estadunidense se llevó a mi bebé”.

Cuenta como la hija más pequeña de sus tres fue separada de ella y su padre a la fuerza por un mes durante el cual no sabía dónde ni cómo estaba. Regresó más delgada, con piojos y tos seca, cuenta, y “lloró durante días al quedar traumada por un gobierno que mantiene a los hijos separados de sus padres solo debido a que son migrantes”.

Concluyó: “mientras Estados Unidos decide qué tipo de país quiere ser, los estadunidenses necesitan tener conciencia de la crisis humanitaria que ha creado el gobierno estadunidense actual y de lo que estas políticas le han causado a familias como la nuestra, que llegaron aquí en busca de protección”.

Esa familia cruzó justo por el punto fronterizo de Calexico, donde el viernes Trump hablará del peligro mortal para Estados Unidos que representan estas familias.