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No hago películas por encargo, sino con pasión: Almodóvar

May 25, 2019 - por

No hago películas por encargo, sino con pasión: Almodóvar

Antonio Banderas, Penélope Cruz y Pedro Almodóvar en Cannes este sábado. Foto Ap

Cannes, Francia.

 La Palma de Oro ha sido esquiva en cada una de sus cinco previas oportunidades, pero Pedro Almodóvar ni se ha resignado, ni ha perdido la esperanza ni ha renunciado a Cannes para intentarlo en otro gran festival.

El cineasta manchego, que se adelantó semanas para lanzar Dolor y gloriaen su propio país, con buena respuesta de crítica y público, recibió días atrás una de las ovaciones más largas del año en la Gran Sala Lumière. De la mano de dos de sus cómplices más fieles, Antonio Banderas y Penélope Cruz, Almodóvar merece ahora más gloria que dolor.

– ¿Es el título, Dolor y gloria, el resumen de la vida de un director de cine?

Es el resumen de la vida de cualquier ser humano, porque con gloria me refiero también al éxito personal en la vida. Pero parece ser que la palabra gloria tiene que ver mucho con un cineasta. Por eso, la mezcla indivisible que hay para todo ser humano entre el dolor y la soledad, y el hecho de hacer lo que quieras con tu vida. Eso es el éxito.

– ¿Cuál ha sido el mayor dolor de su vida?
Físicamente, mi espalda. Menos que el personaje, porque tuve que hacerme una operación de espalda, y todo el cuerpo gira alrededor de ella. Tu cuerpo cambia después de una operación de este tipo y la recuperación es lenta, larga y horrorosa. Y en otro sentido, que también es muy doloroso, es cuando tuve que romper con una persona a la cual amaba todavía muchísimo, pero era imposible la convivencia. Cuando quieres a alguien, por mucho que la razón te indique que tienes que romper, es algo antinatural, porque el amor esta vivo y es como amputarte un miembro.
– ¿Qué fue lo que le atrajo de Antonio Banderas para que fuera su alter ego en la película?

Primeramente, quería que fuera alguien mas guapo que yo. Pero habían muchas otras características que hacían de Antonio el actor legítimo para este papel. Tiene la edad que yo había descrito para el personaje y también tiene experiencia en el dolor porque Antonio hace tres años tuvo un problema muy serio de corazón. Le operaron dos o tres veces y, aunque sigue siendo muy jovial, esa experiencia de dolor la tiene aun en la cara, y eso era importante para el papel. Además que Antonio ha sido testigo de la mayor parte de mi vida de adulto. Entonces el conocía muy bien de lo que hablaba el guión.

– Como dice, Antonio le conoce bien en esa parte de su vida porque son buenos amigos desde hace mucho. Pero no su intimidad…
Es cierto que soy muy pudoroso en cuanto a mi vida privada, incluso con mis amigos. Y me imagino que hay partes de la película sobre mi vida que Antonio también desconocía. Nunca pensé que haría una película sobre mí. Pero una vez que empecé a escribirla y descubrí que me apasionaba lo suficiente la historia, tuve dudas si seguiría con ella o no, porque nunca he hecho algo donde me expusiera de este modo.

Y es que una vez que estas escribiendo, la misma escritura te da una especie de distancia con el material, que aunque me refiera a mi mismo, de inmediato me siento atrapado por la ficción. Esta aparece muy pronto, y a partir de ese momento no tenía la sensación de estar hablando de mí mismo, sino de estar escribiendo una historia.

Pero esa distancia con el material se hace mucho más obvia durante el rodaje, donde nunca tuve la sensación de estar siendo representado por Antonio. Nunca tuve la impresión de estar hablando de mi vida. Me he sentido como siempre: un director que trata de sacar del actor lo mejor que puede.

Pero sentía a la vez una enorme distancia que no me resultaba difícil, porque sino debe ser muy complicado dirigir a alguien que esta representando un momento íntimo de tu vida y al que tu estas indicando como hacerlo. Creo que psicológicamente es una sensación muy rara. Entonces, de modo natural, aparece mi profesión que es la de ser director y tengo que dirigirlo, pero no me siento como vinculado a ese personaje en el momento del rodaje.
– La soledad es una presencia muy profunda en la película, como si fuera un personaje más. ¿Se siente así en tu vida?

Sí. Reconozco que en los últimos años me he ido aislando cada vez mas. Y que en la actualidad estoy haciendo esfuerzos para salir más de mi casa. Hay un momento que también tiene que ver con el dolor. Cuando dejas de contestar al teléfono y de ir a casa de los amigos, no es que la gente se olvide de ti, pero simplemente dejan de llamarte y te encuentras solo.

En cualquier caso, en mi trabajo hay que vivir a veces en la soledad, sobre todo en la época de la escritura. Por eso hace mucho tiempo que vivo solo y que la soledad no me pesa. Tampoco estoy cerrado a la realidad. Me interesa muchísimo la situación de mi país, y estoy muy al tanto de lo que ocurre más allá de mis ventanas.

Participo como ciudadano cuando es algo importante, socialmente hablando. Pero este aislamiento al que yo he llegado sin convertirme todavía en un misántropo me hace que eche mucho de menos el conocimiento que tenía antes de la vida de los demás.

– ¿Era mas sociable?

Desde hace mucho tiempo he tenido una vida oral, es decir, siempre he estado relacionado con mucha gente. Y toda esa gente que ves por diferentes razones forma parte del material que te inspira, aunque la idea de una película es algo distinto. Pero para desarrollar las ideas y cada historia, que es una cosa muy abstracta, siempre te basas en la vida y cotidianidad de los demás. Y esa cotidianidad para mi ha desaparecido.

Entonces siento que he perdido el contacto con determinadas generaciones y eso si lo siento como una ausencia. Por ejemplo, si debo escribir una historia sobre un adolescente, yo prefiero saber cuales son los elementos mas tópicos en los adolescentes españoles. Pero no conozco absolutamente a nadie de esa edad.

Esa es una parte del aislamiento que no me gusta. También el hecho de no tener hijos, de no haber compartido mi vida con otras generaciones, que de modo natural te hacen compartir los hijos, sobrinos, nietos. Hecho mucho de menos el no estar en contacto con la realidad de todas esas generaciones.

– ¿Por qué se aisló? ¿Quizás no se sintió del todo aceptado como persona o como director?

No. no quiero ponerme quejumbroso o victimizarme. Sino que tengo mucho dolor de espalda, que es lo peor de mi salud. Sufro de fuertes dolores de cabeza. Empecé a no salir principalmente por eso, porque todo me disturbaba, el ruido, la luz… Pero cuando uno esta envejeciendo es muy natural aislarse.

Suelo ir cada fin de semana, aunque me duela la cabeza, al teatro o al cine. Por ejemplo, aunque parezca una imagen grotesca o freaky de mi mismo, a veces cuando veo películas lo hago con gafas de sol, para evitar la luz de la pantalla. Es una paradoja porque yo trabajo con la luz y soy un director con fotofobia.

Pero no me quejo de todo esto. Soy inmensamente feliz por el resultado de esta película y esto es parte del dolor que me ha tocado soportar en esta vida, como cada uno tiene que soportar lo suyo. Hablando de dolores, hay ejemplos mucho mas trágicos que el mío. Por eso no me extiendo en este tema, porque hay gente que no tiene solución para sus vidas y mas bien deberíamos ayudarles nosotros.

– Desde Julieta, se evidencia un cambio radical en su modo de hacer cine…

Sí. Es un punto de inflexión. A partir de Julieta, soy consciente de que cambié el estilo narrativo, el tono de mi narración. Y tiene que ver mucho con el modo en que como narrador me acerco al dolor, cinematográficamente hablando. Empecé a sentir que la mejor manera de tratarlo era en un modo contenido, mas austero, así iba a ser mas evidente. Me interesa mucho más la contención que lo opuesto, que mi tendencia al barroquismo.

Mi experiencia con Julieta me ha sido muy útil para hacer esta película en concreto. Me descubrí en un modo que no había experimentado nunca, y creo que ese tono, sobrio y austero, le va mejor a las historias que estoy escribiendo ahora y a mi propia vida también. Es muy agradable sentir que estas haciendo en tu vida algo nuevo a lo anterior.

– ¿Por qué escribe siempre en solitario sus guiones?

En mi caso, yo no hago películas por encargo. Las hago porque nacen de lo más profundo. Mi relación con las historias que escribo es absolutamente apasionada, y es la misma pasión la que me empuja a hacer la película. Hasta ahora la he sentido. Y tengo miedo de no sentirla en algún momento.

En el momento en que empecé a escribir este guión, me sentí tan vulnerable como este personaje. Aunque mi situación física no es tan grave como la del personaje de Antonio. Esa es una de las partes que más me provocaba pudor escribir, porque no lo había hecho nunca.

No hablo de esas cosas con nadie y me resulta muy difícil escribir sobre mi fragilidad. Pero el personaje lo pedía y entonces no debía ser tacaño con él y esa fragilidad está en mi vida, pero no es lo que la determina.

– Dicen que el set era una réplica fiel a su propia casa…

Sí. Pues pensé que era lo mas práctico y que le iba bien al personaje. Y no había ninguna esquizofrenia en vivir y trabajar en un sitio que se parecía mucho. Porque todos se preguntaban como me sentía con eso de vivir y, a la vez, trabajar en un lugar en el cual trabaja y en el otro vivía, exactamente iguales.

Pero para mi no había duda. En este caso ha sido el trabajo más fácil para el equipo de arte. Y hasta nos hizo ganar una semana de tiempo de rodaje. Enhorabuena.