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No hay impunidad, hay que esperar, dijo AMLO al preguntársele sobre la posible relación de Bartlett, como titular de Gobernación, con Caro y la muerte de Camarena

July 25, 2022 - por

No hay impunidad, hay que esperar, dijo AMLO al preguntársele sobre la posible relación de Bartlett, como titular de Gobernación, con Caro y la muerte de Camarena

Manuel Bartlett y AMLO.

La solicitud de extradición de Rafael Caro Quintero, fundador del extinto cártel de Guadalajara y detenido hace semana y media, se trata de un “proceso legal que se va a seguir, se va a continuar y hay que esperar”, sostuvo el presidente Andrés Manuel López Obrador.

Durante la conferencia de prensa de este lunes en Palacio Nacional, se le consultó sobre la posible relación en las indagatorias de éste caso con Manuel Bartlett, actual director general de la Comisión Federal de Electricidad y quien al momento del asesinato del agente de la DEA, Enrique Camarena, -delito por el que es acusado Caro Quintero- era secretario de Gobernación.

En respuesta, sostuvo que “nosotros no actuamos de manera ilegal y no hay impunidad”. Llamó a no adelantarse, “vamos a esperar”.

La acusación del fiscal de EU contra Bartlett y otros miembros del gabinete de De la Madrid

En un juicio por la muerte del agente de la DEA, Enrique Camarena, ocurrida en 1985 en Guadalajara, causada por miembros del Cartel de Guadalajara, el fiscal John Carlton acusó a miembros del gabinete del entonces presidente Miguel de la Madrid, de estar vinculados con jefes de ese grupo delictivo.

En la apertura del proceso realizado en Los Angeles, el 2 de mayo de 1990, el acusador vinculó a ese grupo de narcotraficantes – liderado por Rafael Caro Quintero, Ernesto Fonseca “Don Neto” y Miguel Angel Félix Gallardo- a los entonces secretarios de Gobernación, Manuel Bartlett Díaz y la Defensa, general Juan Arévalo Gardoqui, al Procurador General de Justicia, Enrique Alvarez del Castillo, al jefe de la policía judicial federal, Armando Pavón Reyes y a jefes de zonas militares.

Era la primera vez que miembros del gabinete presidencial mexicano eran sentados en el banquillo de los acusados en un tribunal de Estados Unidos. La situación fue tensa entre los dos gobiernos.

Presentes estaban en la sala del tribunal federal angelino los detenidos Rubén Zuno – cuñado del extinto ex presidente Luis Echeverría- y el doctor jalisciense Humberto Alvarez Machaín, acusados también por la muerte de Camarena.

Los testigos de la Fiscalía expusieron alegatos contra esos  funcionarios,  Zuno y el doctor Alvarez Machaín, pero no presentaron pruebas fehacientes.

Al doctor Alvarez Machaín lo habían responsabilizado de inyectar lidocaína a Camarena para que soportara las torturas que le hicieron en una casa de Guadalajara que originalmente pertenecía a Zuno, pero que luego vendió de  tal forma que durante ese episodio ya no le correspondía.

Alvarez Machaín fue secuestrado por elementos de la DEA para llevarlo  a Estados Unidos en un operativo coordinado por el agente de esa corporación, Antonio Gárate Bustamente, como parte de la “Operación Leyenda”. El episodio disgustó a las autoridades mexicanas.

Gárate fue  policía estatal en México, agente de la Dirección Federal de Seguridad, trabajó para Ernesto Fonseca, Don Neto y luego para la DEA, como lo señalaron analistas mexicanos.

Faltando un día para la culminación del juicio, un miembro del FBI dijo al juez Edward Rafeede, que tenían evidencia que no fue el médico tapatío el responsable sino otro galeno llamado Fidel Kosonoy, lo que irritó al juzgador, quien instruyó al fiscal a presentar evidencias contundentes de su acusación al día siguiente, porque de lo contrario liberaría al galeno mexicano.

Los fiscales Carlton y Manuel Medrano no pudieron desmentir al FBI y el juez Rafeede liberó a Alvarez Machaín, quien al pasar al lado de los periodistas que cubrían el caso, en el salón judicial, entre ellos el actual director de La Educación, Francisco  Mendoza, expresó: ” Me la pelaron”.

Zuno Arce murió de cáncer el 19 de septiembre de 2012 en una prisión de Florida, donde purgaba una condena de cadena perpetua. Había sido detenido en Texas en 1989 y pasó 23 años en prisión.

Durante su primera detención, salió libre en un juicio en Los Angeles y su abogado James Blancarte le aconsejó que ya no regresara a Estados Unidos, donde se realizaría otro proceso en su contra,  pero el cuñado del ex presidente Echeverría le dijo que sí retornaría  ya que decía que no tenía culpa alguna de la muerte de Camarena y que iba limpiar su nombre.