En los últimos 12 meses desde la tragedia en Stoneman Douglas, casi 1,200 niños han muerto por disparos de armas de fuego(link is external) en los Estados Unidos. En las dos décadas que han transcurrido desde el ataque en la escuela secundaria Columbine High School de Colorado, más de 187,000 estudiantes(link is external) han estado expuestos a la violencia con armas de fuego en las escuelas(link is external). La mayoría de los adolescentes estadounidenses afirman que les preocupa que haya un tiroteo(link is external) en la escuela donde asisten. Asumamos esto plenamente. Estados Unidos le está fallando completamente a los jóvenes.

La generación de Mei-Ling conoce bien el tema de las masacres escolares, Columbine, Sandy Hook y ahora Stoneman Douglas. Están cansados de la parálisis nacional respecto de este asunto. Los jóvenes están exigiendo medidas significativas que vayan más allá de “pensamientos y plegarias”. Ellos saben, al igual que los funcionarios del orden público y los educadores, que existen formas efectivas de abordar la violencia con armas de fuego que podrían haber evitado la tragedia de Parkland, como las leyes de “bandera roja”, es decir, órdenes judiciales temporales para detener el acceso a armas de fuego por parte de personas riesgosas. D’Angelo McDade(link is external), un joven de 19 años de edad sobreviviente de un tiroteo y director ejecutivo del grupo contra la violencia “Peace Warriors” (Guerreros de la paz) de Chicago, afirma: “Los jóvenes son el arma secreta para reformar nuestra nación”.

Muchos adultos son aliados de esta causa, como Abbey Clements(link is external), maestra de segundo grado de la escuela primaria Sandy Hook, en Newtown, Connecticut. Durante el tiroteo de 2012 que se cobró las vidas de 20 alumnos de primer grado y de seis miembros del personal de Sandy Hook, Clements sacó rápidamente a dos estudiantes del corredor, y de la línea de fuego, y los introdujo en su aula y luego regresó a proteger a sus estudiantes. Desde entonces, algunas personas, incluida la secretaria de Educación DeVos, han propuesto armar a los maestros(link is external), y Clements ha denunciado esta táctica riesgosa e ineficaz. “Esto no es el cine”, sostiene. “Es la escuela”.

Si bien los tiroteos en las escuelas son poco frecuentes, es posible y necesario tomar más medidas para evitarlos. Estas medidas incluyen desde mejorar la seguridad física en las escuelas, mediante la colocación de cerraduras internas y la restricción de los puntos de entrada, hasta mejorar el apoyo social y emocional(link is external) brindando más consejeros y servicios integrales.

No obstante, las escuelas no pueden hacerlo solas. La semana pasada, la AFT, la NEA y Everytown for Gun Safety reclamaron a los legisladores la implementación de estrategias comprobadas para mejorar la seguridad escolar y reducir la violencia con armas de fuego, incluidas las siguientes:

• Leyes de “bandera roja”(link is external), que restringen temporalmente el acceso a armas de fuego a personas ante señales de advertencia claras de representar un riesgo para sí mismas o para los demás.
• Leyes de almacenamiento responsable de armas de fuego(link is external), para dificultar el acceso a las fuentes de armas de fuego que se usan con más frecuencia para los tiroteos en las escuelas: el hogar, los amigos y la familia del tirador.
• Comprobación de antecedentes en todas las ventas de armas de fuego(link is external), para que las armas de fuego no lleguen a manos de personas que no deberían tenerlas.
• Aumento del límite de edad para comprar armas de fuego semiautomáticas a los 21 años de edad(link is external), para evitar que menores de edad tengan acceso a las armas más letales.

Estas medidas son eficaces y cuentan con el apoyo público. Es hora de que los niños y el sentido común tengan prioridad, no el alarmismo de la Asociación Nacional del Rifle que declara que todas las propuestas de seguridad relacionadas con las armas de fuego infringen la Segunda Enmienda. Francamente, los legisladores que colocan las contribuciones de campaña de la Asociación Nacional del Rifle y de fabricantes de armas por delante de la seguridad de los estadounidenses son cómplices de esta crisis. Los maestros continuarán alzando la voz en contra de estas retorcidas prioridades(link is external). Es por ello que nos hemos unido a una demanda para investigar por qué el Departamento de Educación está más enfocado en armar a los maestros(link is external) que en financiar servicios de salud mental en las escuelas. Y es por esto que estamos agradecidos de que el nuevo liderazgo del Congreso organizó recientemente la primera audiencia(link is external) en años sobre prevención de violencia con armas de fuego.

La semana pasada, me uní a líderes maestros de todo el país para acompañar a la comunidad de Stoneman Douglas cuando se está por cumplir un año del tiroteo. Los maestros me contaron cómo estuvieron brindado apoyo a los estudiantes y también unos a otros. Mei-Ling me puso al tanto de sus solicitudes para la universidad. Frente a todas las señales de normalidad, sé que el dolor, el miedo y la ira nunca desaparecen. Demasiadas personas han perdido tanto a causa de la violencia con armas de fuego. Les debemos a ellos hacer todo lo posible para que las escuelas y las comunidades sean lugares más seguros.