Otro granuja en el PAN
October 26, 2024 - por Alvaro Delgado*/Historia de lo Inmediato:/SinEmbargo.
“Todo está arreglado para que Romero Herrera, el jefe de una veintena de implicados en la red de corrupción conocida como el Cártel Inmobiliario, asuma la presidencia en sustitución de Marko Cortés, el gris dirigente que condujo al PAN a una condición de marginalidad”.
Ciudad de México
El Partido Acción Nacional (PAN) está en la lona, noqueado por los mexicanos el 2 de junio, pero también por la sentencia dictada contra el narcotraficante Genaro García Luna, mano derecha de Felipe Calderón, quien aún es visto como de casa. Y en este entorno de por sí ominoso se cocina la imposición de Jorge Romero Herrera, el jefe del Cártel Inmobiliario, casi un clon del priista Alejandro “Alito” Moreno Cárdenas que lo lleva al abismo.
Sí: El proceso interno en el PAN, cuya elección será el 10 de noviembre, es muy parecido al de su socio el PRI: La paliza electoral aconsejaba generar una opción limpia, o por lo menos menos desprestigiada, pero se impuso Moreno Cárdenas con todas sus mañas, tanto como ocurrirá con Romero Herrera, rodeado de perdedores y manchados por la extendida red de corrupción que encabeza.
En uno y en otro caso, “Alito” y Romero sólo son garantía de más derrotas, aunque lo importante para ellos es el control del respectivo negocio partidario.
En el PRI, la eternización de Moreno Cárdenas como presidente hasta 2032 ha generado muchas deserciones de militantes, pero en el PAN ocurre algo análogo: Los nietos de Manuel Gómez Morin, el fundador, han tomado la decisión de renunciar a ese partido si los que lo controlan mantienen esa misma conducta.
No se ve cómo estos mismos grupos que controlan las candidaturas y posiciones internas desistan de perder ese negocio, por lo que puede darse por hecho que Jorge Romero será el próximo presidente del PAN, con el aval de los grupos que tienen su propio control en los estados.
Es obvio que Romero Herrera no prestigia al PAN, sino todo lo contrario: Su ascenso en ese partido se produjo con los peores métodos políticos, primero con el control del padrón de afiliados y luego con la estructura partidaria, cuyo origen es la alcaldía Benito Juárez, luego la Ciudad de México y ahora todo el país.
Al frente de un grupo de atrevidos mozalbetes adictos a las migajas, incultos, ineptos, pero ambiciosos, Jorge Romero logró su ascenso político en el PAN como diputado local y federal, hasta lograr la coordinación parlamentaria y ahora la dirigencia nacional.
Como “Alito” Moreno Cárdenas, que controla las coordinaciones parlamentarias y todos los recursos económicos del PRI, Romero Herrera también lo imitará a partir de que, este domingo 10 de noviembre, voten los 302 mil 982 militantes del PAN en más de mil 600 casillas que se instalarán en todo el país.
Todo está arreglado para que Romero Herrera, el jefe de una veintena de implicados en la red de corrupción conocida como el Cártel Inmobiliario, asuma la presidencia en sustitución de Marko Cortés, el gris dirigente que condujo al PAN a una condición de marginalidad.
A 85 años de haber sido fundado, cuyo aniversario se cumplió en septiembre sin ningún festejo, el PAN no representa ya ninguna opción de cambio, con dirigentes que son funcionales al gobierno de Claudia Sheinbaum y que, en el mejor de los casos, los tiene sometidos con investigaciones por corrupción.
El PAN es sólo mendrugos podridos, migajas de las que vive una pandilla que ahora encabezará el impresentable Romero Herrera.