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Republicanos, atrás de la Caravana Migrante

October 24, 2018 - por

Republicanos, atrás de la Caravana Migrante

Juan José Gutiérrez y Barack Obama.

LOS ANGELES

¿Cómo debemos de entender la “Caravana Migrante” que se originó apenas la semana pasada en Honduras?

Esta se inició con algunos cientos de migrantes desesperados por ponerse a salvo de la dura tormenta económica, de la violencia desatada por la delincuencia organizada y la imparable represión política que azota a toda la región. Para cuando la “Caravana Migrante” se encontró sobre territorio guatemalteco sus números superaban las dos-mil personas. Sin embargo, cuando arribó a la frontera México/Guatemala, ya habían rebasado las 7,000 personas, de las cuales alrededor de 2,000 son niñas y niños.

Se puede desglosar y comprender qué hay detrás de esta caravana yendo por partes.

Primero, en exactamente 13 días se celebrarán las elecciones de medio término que muchos expertos han dado en catalogar como las más importantes en la historia de Estados Unidos. Lo dicen porque se estará jugando el control político del Congreso y porque estos comicios se perfilan como un referendo sobre la política que en general viene articulando el presidente Donald Trump. En estas elecciones, pues, se juega mucho.

Mas no olvidemos que hace nueve años y casi cuatro meses, precisamente en Honduras, el ejército de ese país ejecutó un golpe de estado con lo que se puso fin al mandato constitucional del presidente Manuel “Mel” Zelaya. Todo el mundo presenció cómo el gobierno de Barack Obama, con Hilary Clinton como su Secretaria de Estado, dio respaldo a aquel cuartelazo que llevaría a la presidencia de esa nación a un connotado delincuente político que todos conocimos como el descarado Roberto Micheletti.

Ningún observador medianamente honesto pudimos obviar el hecho de la existencia en pleno corazón hondureño de la base militar norteamericana conocida como Palmerola. Allí se ha establecido la mayor base militar estadunidense en América Latina, con  mas de 5,000 miembros de sus diversa ramas militares. Entiéndase por lo anterior que nada se mueve en Honduras sin que lo sepan o lo ordenen desde el cuartel general ubicado en Washington, D.C.

Desde el Golpe de Estado del 2009, en el 2010 se eligió para presidente de Honduras a Porfirio Lobo Sosa. Este, luego de ostentar el poder por cuatro años, en el 2014 transfirió el mando a Juan Orlando Hernández. Para el 2017, Hernández logro dos objetivos que se pensaba difícil de alcanzar. Primero, consiguió modificar la Constitución para permitirse la reelección. Ese mismo año la oposición se unió alrededor de un candidato único, Salvador Nasralla.

El día de las elecciones los resultados favorecían a la oposición. Con mas del 50% del voto computado Salvador Nasralla aventajaba a Juan Orlando Hernández con más del 5%. Su triunfo parecía una certeza. Pero como con frecuencia suele ocurrir en la política latinoamericana, las autoridades decidieron parar el conteo de votos porque se “calló el sistema”. Semanas más tarde, el Tribunal Electoral de Honduras declaró vencedor al  actual presidente, a Juan Orlando Hernández. El Gobierno de los Estados Unidos comandado por Donald Trump de inmediato felicito y reconoció como legitimo presidente re-electo a Juan Orlando Hernández. No cabe duda quién manda en Honduras.

Todo parece indicar que las elecciones de medio término serán sumamente reñidas entre demócratas y republicanos. Las encuestas más confiables le dan a los demócratas una ventaja sobre los republicanos que oscila entre el 5 y el 9%. Donald Trump como Jefe de Gobierno tenía que actuar para apuntalar a los candidatos de su Partido al Congreso. La decisión del presidente ha sido desempolvar el plan de juego que en las elecciones para re-elegirse gobernador de California en 1994 utilizó con mucha destreza, y éxito, Pete Wilson.

En 1994, el entonces Gobernador Pete Wilson se enfrascó en una contienda electoral ante Kathleen Brown. Esta úultima lo aventajaba con un 22% en las preferencias de los electores. Remolcar esa preferencia electoral parecía imposible. Los republicanos articularon la Proposición 187 y la colocaron en la boleta electoral de noviembre de ese año. Dicha Proposición criminalizaba a los inmigrantes y amenazaba con retirarles el derecho al trabajo y a todo tipo de ayuda social como por ejemplo el derecho a la educación publica de los hijos de los inmigrantes indocumentados, asistencia medica y otros servicios. Asimismo, la 187 forzaba a que la ciudadanía californiana se convirtiera en colaboradores de las autoridades de inmigración forzando a enfermeras, maestros, médicos, bomberos, policías y la ciudadanía en general a denunciar a las autoridades a cualquier persona sospechosa de ser indocumentada. No quedó duda, fue todo un ensayo en la ejecución de la política fascista en la época moderna.

La proposición 187 convirtió en posible lo que parecía imposible–la holgada re-elección de Pete Wilson como gobernador de California por otros cuatro años.

El libreto para orquestar lo que hoy se ha dado en llamar la “Caravana Migrante” lo escribieron operadores republicanos en 1994 y se dio a conocer como la Proposición 187. Esta la viene utilizando Donald Trump a nivel nacional desde el 2015 cuando anuncio su candidatura por el Partido Republicano para la presidencia de los Estados Unidos.

La campaña electoral de Trump en 2015 y 2016 tuvo como uno de sus ejes centrales atacar a los inmigrantes mexicanos y a México. Desde que fue electo presidente en el 2016, no ha cesado de insistir en que E.U. enfrenta una invasión de inmigrantes latinoamericanos por lo que urge construir “el Muro” a lo largo de la frontera de Estados Unidos con México.

Sin embargo, el pueblo estadounidense, cansado de tanto caos político en la gestión de esta administración ha incrementado su simpatía hacia los inmigrantes latinos y de hecho apoya por impresionante mayoría una reforma migratoria justa, amplia y generosa. Ante esta situación, los politólogos expertos han estado hablando de una “Ola Azul” que devolvería la mayoría de la Cámara Baja del Congreso a los demócratas y no descartaban del todo la posibilidad de que los republicanos perdieran el control también del Senado.

Ante este desolador panorama electoral para el Partido Republicano, y sin temor a equivocarnos, se puede afirmar que operadores de la inteligencia estadounidense  recibieron órdenes del más alto nivel para remover en el menor plazo posible cualquier duda de que E.U. enfrenta una constante invasión de muchedumbres prietas, sucias y hambrientas. He ahí la razón de ser para luego pasar a orquestarse por estas mismas fuerzas la “Caravana Migrante”.

El gobierno de Honduras debió ser llamado para ayudar a facilitar este drama social. De qué otra forma se puede explicar que dicho gobierno, un gobierno caracterizado por la corrupción electoral y la represión institucional en contra del sufrido pueblo “catracho”, no haya hecho nada para desactivar la articulación de la “Caravana”. Y cómo explicar que en las filas de la “Caravana” ya se han detectado y documentado instancias en que operadores políticos le reparten dinero/billetes a mujeres que forman parte de la “Caravana”.

Ahora los candidatos republicanos y Donald Trump, cuentan con un comercial político las 24 horas del día y hasta el día 6 de Noviembre, para con este atacar a los candidatos demócratas, y de esta forma remolcar la ventaja en las preferencias electorales para el Partido Demócrata.

Es obligación de todos los activistas y de todos los sectores progresistas en los Estados Unidos,  El Salvador, Guatemala, Honduras y México denunciar en todo momento esta sucia maniobra electoral que está usando a nuestros hermanos inmigrantes como carne de cañón para encumbrar por mucho tiempo más a los más crueles verdugos políticos de los trabajadores inmigrantes y sus familias.

*Juan José Gutiérrez es el coordinador de la Coalición Derechos Plenos Para Los Inmigrantes y fundador del Comité MORENA – Los Ángeles.  Fue el dirigente que articuló la defensa latina contra la Proposición 187 y la derrotó en cortes. En octubre de 1994 organizó la hasta entonces mayor marcha latina en Estados Unidos, cuando más de 300 mil hispanohablantes fueron del este al centro angelino a protestar contra esa proposición de republicanos antinmigrantes.