Monterrey, N.L.

Veo en un chat que una conocida comparte un mensaje reenviado, donde la autora de dicho mensaje denuncia que fue “extorsionada” en la aduana mexicana al regresar de un viaje de Houston. Solo me reí. En dicho chat, hay una compañera que viaja a cada momento al exterior, y no de un lugar tan cercano como Houston. No: viaja al interior, muy interior, de los EUA, a Europa, y hasta a África. Y nunca ha denunciado algo así. Y conociéndola, ¡Dios guarde la hora de que la quieran “extorsionar” al momento de regresar a México, en la aduana!
Veo a otro compañero que pone, en otro chat, que “la reforma electoral es para que AMLO pueda dejar a uno de sus hijos en el poder”. Eso me provocó más risa. Porque aun y cuando compartí con él las 70 páginas de la reforma, veo que no las leyó, y solo se sigue guiando por su odio.
Guiando por su odio. En el primer chat mencionado, también compartieron una serie de preguntas, 50 en total, de parte de la oposición hacia AMLO. Preguntas como “¿Se vendió el avión presidencial?”, o “¿Aumentó el empleo?”, siguiendo con “¿Bajó la criminalidad?” y así en delante. Igual, otra vez a reírme. Porque he compartido mil y una veces las respuestas a prácticamente todas las preguntas que hace la oposición. Pero, simplemente, no las leen. Porque de hacerlo, no estarían preguntando.
Lo peor es que, en su negación, que luego termina en ira, no ven las respuestas, porque las tienen frente a sus narices. Empecemos por el mejor indicador económico: la devaluación del peso. Que tanto se devaluaba el peso, que tanto éxito económico había o no en ese sexenio. Pero en este sexenio, no hubo un “deslizamiento” de nuestra moneda (eufemismo para indicar devaluación). En este sexenio, el peso se ha “apreciado”. Nunca, desde 1976, había visto la palabra “apreciar” junto con el término “peso mexicano”. Nunca. Pero eso, la oposición no lo ve.
Tenemos un récord de creación de empleos que no se veía desde 1997. No solo eso: el salario ha recuperado más del 60% de su poder adquisitivo que perdió desde 1982. Se eliminó la subcontratación laboral, lo cual provocó que se pasará de repartir más de 100 mil millones de pesos en utilidades en 2021, a que se duplicará, y en 2022 se repartieran más de 200 mil millones de pesos en esa prestación laboral. Precisamente, por la eliminación de la subcontratación laboral.
Y, aunque la oligarquía sacó del país más de 29 mil millones de dólares (sí, dólares, no pesos) entre 2019 y 2020; las remesas han tenido una captación histórica, y la inversión extranjera directa también ha aumentado como nunca en la historia del país. Así que esos mexicanos que sacaron su dinero olvidan que, en otras latitudes (y longitudes), si invierten dicho dinero, van a terminar pagando impuestos. Algo que aquí se niegan a hacer. Porque eso es algo que no le perdonan a AMLO: que aumentó como nunca la captación de impuestos, y fueron más de 500 mil millones de pesos. Se calcula que fueron 2 billones de pesos lo que aumentó dicha captación, lo cual era otra de las preguntas que leí. Por cierto: si ese dinero no se invirtió en el extranjero, tiene muchas posibilidades de que terminó en un “paraíso” (así, bien entrecomillado) fiscal. Con lo cual, solo son evasores fiscales. No gente que “cuide su dinero”. Porque todavía si lo invirtieron en otro país, pues a final de cuentas, es su dinero. Y si prefieren pagar impuestos en otro país, y no en su país natal, muy su decisión. Pero el evasor es evasor aquí, en los EUA, en Europa y donde quieran.
Con la inseguridad, los homicidios dolosos han disminuido en un 10%, algo que no se veía desde hace años. Porque mientras con Zedillo disminuyeron un 31%, con Fox aumentaron un 1.6%, pero con Calderón aumentaron un ¡192%!, mientras que con Peña Nieto fue solo un 59%. Así que estamos regresando a tener número negativos con los homicidios, de nuevo. Al mismo tiempo, el “Entendimiento Bicentenario”, un acuerdo de seguridad con los EUA ha permitido tener decomisos récords de drogas sintéticas, por valor de más de mil millones de dólares. Dólares, no pesos. Igual, se ha obtenido un récord en el decomiso de cocaína, y se han arrestado a más de 67 mil personas relacionadas con los grupos criminales.
Y puedo seguir dando cifras y más cifras. Igual, la oposición no las va a leer, o no las va a aceptar, o se va a seguir quejando. Porque tiene que pagar ahora impuestos y utilidades. Porque ya no reciben los “apoyos” que antes recibían del gobierno, empezando por tener contratos ya asegurados, y no tener que competir realmente por las obras de infraestructura. Porque el peso no se devalúa, y no pueden especular con dicha moneda. Por que la especulación del peso permitía lavar grandes cantidades de dinero. Pero muchos, olvidan ese detalle.
Solo que la oposición también olvida que ese empleado que hoy tiene prestaciones laborales, que vio como su sueldo aumentó, que recibió utilidades que nunca había recibido, sí percibe el cambio, y no hace preguntas estúpidas.
Ese obrero que ve como ahora tiene más días de vacaciones, y que recibe un apoyo del gobierno para que sus hijos estudien, y sus padres una pensión con lo cual él ya no se ve tan apurado en lo económico por tener que sostener a varias personas; sí percibe el cambio, y no hace preguntas estúpidas.
Ese emprendedor, ese empresario que decidió competir en buena lid, y que siempre pagó impuestos, ve con beneplácito que el peso no se devalúa, y que eso no le encarece los insumos que tienen que comprar para su negocio, es otro que sí percibe el cambio, y no hace preguntas estúpidas.
Y cuando te pones a sumar a esos empleados, a esos obreros, a esos jóvenes estudiantes, a esas personas de la 3ª edad, a esos empresarios responsables y nacionalistas; te das cuenta de que son millones, decenas de millones.
Obvio, muchos de ellos van a acompañar a AMLO este domingo. Porque también me tocó ver a otro opositor que se quejó de que AMLO está “violando la ley”, al promocionarse para hacer la marcha. Olvidan que es una marcha que va a terminar en un informe de gobierno, ante el pueblo, en una plaza del pueblo. Algo que sus predecesores nunca se atrevieron a realizar, por temor, precisamente, a que el pueblo les reclamará. Algo que también permite la Constitución, pero que los predecesores de AMLO nunca se atrevieron a realizar: medir la opinión de la gente sobre su gestión.
Así que no importa si la oposición no quiere ver ni oír. El problema es que siguen hablando. Los seguiremos escuchando, porque sabemos que ellos nunca nos van a escuchar a nosotros.
Pero al escucharlos, veremos que no tienen nada, porque en su soberbia, no ven, no leen, no aceptan la realidad. Están muy cerca de un delirio psicótico. Porque esta es una realidad, que solo confirma ese viejo adagio: “Para el privilegiado, la igualdad es opresión”.
Olvidan que, en una verdadera democracia, la igualdad es la norma, y no los privilegios.
Y, si quieren cambiar esa realidad, tienen que convencer a esos empleados, a esos obreros, a esos estudiantes, a esas personas de la 3ª edad, que sí ven los cambios.
¿Podrán hacerlo? Porque mientras la oposición se sigue quejando, el grueso de la población ve, y percibe, un panorama muy diferente. Y si ellos no les dicen psicóticos, solo nos queda a unos cuantos que escribimos, recordarle a la oposición como los ve la mayoría. Aunque, no lo acepten.