Rustin, la URSS y la 4T
November 20, 2023 - por Francisco Sepúlveda Cañamar.
Monterrey, N.L.
Me encanta molestar a los “progres buena ondita” que tengo de compañeros en la izquierda. Primero, porque son muy viscerales. Y, segundo, porque me permiten volver a recalcar lo que busca la izquierda. Por lo menos, desde mi criterio. Criterio que veo que es compartido por muchos, afortunadamente. Y no se diga molestar a los “conservas”, también, que me detestan igual o peor que los “progres”.
Acabó de ver una película excelente: RUSTIN, se llama. Es sobre Bayard Rustin, asesor de Martin Luther King. No solo era afroamericano. También era abiertamente homosexual (aquí me quedo pensando que solo faltó algo donde tuviera participación el movimiento feminista-y, de hecho, se menciona dicho movimiento en la película-y veo que aprecié una película con todo lo que mis detractores dicen que “odio”: comunidad LGBT, derechos raciales y movimiento de liberación femenina).
Cuento corto, Rustin fue el encargado de organizar la famosa marcha de agosto de 1963, aquella donde King pronunció su famoso discurso “tengo un sueño”. Y ahí, mencionan algo que creo que a las nuevas generaciones se les olvida. Algo muy simple: que dicha manifestación, fue posible gracias al apoyo de los sindicatos laborales de los EUA. Punto.
Ese es el problema que yo veo en la actualidad con los izquierdistas “progre buen ondita”: que olvidan que lo principal del movimiento de izquierda es lograr conquistas laborales. Y de ahí, sigues con todo lo demás: derechos de minorías raciales, derechos de minorías sexuales, y derechos de las mujeres. Y no necesariamente en ese orden (no se me vayan a “ofender” algunos(as)).
El mejor ejemplo de lo anterior lo tuvimos a la vista muchos “baby boomers” y “Generación X”: la extinta URSS. Porque ahí, primero triunfó la revolución de los obreros y los campesinos. Y luego le dieron derechos a las minorías raciales y a las mujeres. Derechos de libertad e igualdad. Sí, estoy de acuerdo, que las minorías sexuales fueron los olvidados de la revolución de octubre. Pero creo que eso no justifica que ahora se estén aliando con el gran capital. Capital que dice “promover” la defensa de sus derechos. “Capitalismo woke” le llaman. Ahora, recordemos que hasta 1990 la homosexualidad era vista como una “patología” (aunque los rusos modernos, no comunistas, siguen sin aceptar todo lo que dice la ciencia médica sobre el particular. Y, lo paradójico, es que ahora se guían por lo que dice su iglesia: la ortodoxa rusa. Algo inimaginable cuando existía la URSS).
Pero volviendo a lo anterior, después de la victoria de la revolución en Rusia en 1917, las mujeres tuvieron derecho al voto, a un salario igual que el de los varones, a las mismas prestaciones laborales y sociales, y, lo más importante, derecho a una planificación familiar. Y estamos hablando de décadas antes de la invención y comercialización de la píldora anticonceptiva. Y el Ejército Rojo no tuvo una segregación con los soldados de origen asiático en sus filas, a diferencia de lo que ocurría en el ejército estadounidense entre blancos y afroamericanos.
Regresando con King, en su momento fue acusado de comunista, por buscar todo lo anterior mencionado. Y es que, para el estatus quo occidental, la única manera de obtener todo lo anterior era mediante una revolución comunista.
Y sí, el estatus quo dio mejoras laborales. Pero siguieron sin aceptar la igualdad de las mujeres, sin aceptar los derechos de la comunidad LGBT, y promoviendo la segregación racial.
Pero resulta, sobre todo al caer la antigua URSS, que el mismo estatus quo vio que podía retirar las conquistas laborales, y volver a implementar la precariedad laboral (lo cual le dejaba pingües beneficios). “Neoliberalismo”, le nombraron. Y para logar lo anterior, apoyaron a las feministas, a la comunidad LGBT y a las minorías raciales, sobre todo afrodescendientes. Pero dejaron de lado con lo que, insisto, para mi criterio se tenía que comenzar: derechos laborales.
Ahora ¿es necesaria una revolución comunista para poder obtener buenas prestaciones laborales, y de ahí continuar con derechos de las mujeres, y luego de las minorías raciales, sexuales, más lo que se acumule? La respuesta es un contundente NO. Y el ejemplo lo estamos viviendo aquí en México.
Para muchos en la izquierda, sobre todo comunistas, lo anterior es una verdadera paradoja. Porque solo ellos se vieron como los “salvadores” de la humanidad. Y siempre despreciaron que los social demócratas (por nombrar de alguna manera a los “moderados” de la izquierda), pudiéramos hacer lo mismo que ellos. Sobre todo, al trabajar junto a la burguesía y al empresariado. Obvio, para la derecha depredadora, lo anterior también era un anatema. Porque vieron que muchos no nos íbamos a enganchar en defender los derechos “políticamente correctos”, e íbamos a buscar los derechos de la mayoría: la gran clase trabajadora. Una clase que incluye a hombres, a mujeres, a blancos, a gente de tez oscura, a heterosexuales y a no heterosexuales. En síntesis, a la gran mayoría de la población. Punto.
Porque si alguien quiere argumentar que la 4T no ha buscado el respeto de los derechos de las minorías sexuales y raciales, mejorar las condiciones de libertad e igualdad de las mujeres, y, al mismo tiempo, buscar mejores condiciones laborales para los trabajadores, sin necesidad de una revolución comunista, pues; yo solo podría decirle que no sé dónde ha vivido estos últimos 5 años.
Sí, falta mucho por hacer. Pero dudo que la oposición política mexicana lo pueda (o quiera) hacer. Mientras, seguiremos siendo denostados por los comunistas de cepa dura, y por los capitalistas depredadores que solo buscan su propio enriquecimiento, y no compartir la riqueza generada en su justa proporción, con el resto de la población. Pero también seguiremos siendo criticados por los dizques compañeros de “izquierda” que buscan solo su agenda particular, pero olvidan o no pueden ver todo el panorama general de los objetivos que se tienen que alcanzar.
Igual, yo seguiré escribiendo para recordárselos. Siempre.
Y no dejen de ver la película, por favor. Vale la pena, y mucho.