El cardenal Daniel DiNardo, presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB), junto al obispo Joe Vázquez, presidente del Comité sobre Migración, condenaron la continuación del uso de la separación de familias en la frontera de Estados Unidos-México, así como una implementación de la política de cero tolerancia de este gobierno. El cardenal señaló que las familias son el elemento fundacional de nuestra sociedad y deben permanecer juntas (…) Separar a bebés de sus madres no es la respuesta y es inmoral.

Los obispos también denunciaron la decisión del procurador general Jeff Sessions para negar asilo a los solicitantes que huyen de la violencia doméstica o de pandillas criminales, argumentando que el asilo es un instrumento para preservar el derecho a la vida.

La cascada de condenas a estas medidas contra familias y menores de edad continuó entre polítcos, defensores de derechos humanos y líderes religiosos.

Varios legisladores –entre ellos los representantes federales Raúl Grijalva, su colega e ícono de derechos civiles John Lewis y Luis Gutierrez– junto a figuras como el actor John Cusack y líderes comunitarios y religiosos realizaron este miércoles un acto de desobediencia civil que consistió en bloquear la entrada de la sede de la agencia federal de aduanas y Patrulla Fronteriza en Washington.

La representante federal Pramila Jayapal, entre las participantes, declaró que la exigencia es para poner fin de inmediato a la separación de las familias, ya que cada hora que pasa es otra hora de trauma para estas mamás, papás, niños, niñas y bebés.

Poco antes, en el Comité Judicial de la Cámara de Representantes, Jayapal denunció la política de separar niños de sus familias inmigrantes, y declaró: a mis colegas republicanos de la cámara que son madres y padres, si no tienen la intención de decir nada sobre separar los niños de sus padres que buscan asilo, algún día tendrán que explicarles a sus propios hijos por qué permitieron que esto le sucediera a niños en Estados Unidos de América.

El senador y ex candidato presidencial Bernie Sanders envió un mensaje de apoyo y declaró que la política de Trump de separar a niños de sus padres en la frontera es inhumana, cruel y una ofensa a nuestros valores como estadunidenses.

Más de 2 mil 400 familias han sido divididas, según cálculos basados en diversas cifras oficiales desde octubre a la fecha. Por lo menos cien de los niños separados eran menores de 4 años.

Al mismo tiempo, el gobierno de Trump sigue ampliando su capacidad de represión contra inmigrantes a lo largo del país. Mientras los centros de detención para menores de edad no acompañados –el gobierno informó a finales del mes pasado que tenía bajo custodia a 10 mil 773 menores de edad no acompañados– están llegando a su capacidad máxima, el gobierno está contemplando construir ciudades de carpas en bases militares, incluyendo una en el Fuerte Bliss, en Texas, con capacidad para entre mil y 5 mil niños, reportó McClatchy.

Por otro lado, hay versiones contradictorias en torno al tema de los jóvenes indocumentados que llegaron siendo menores de edad, protegidos de manera temporal por una orden ejecutiva conocida como DACA, que Trump busca anular, en las que se reporta que, por un lado, el gobierno está buscando que un juez federal declare ilegal el programa, pero a la vez, el liderazgo republicano de la Cámara de Representantes ya anunció que una iniciativa de ley apoyada por el presidente para buscar resolver de manera muy limitada este asunto procederá a un voto la semana próxima.