Ante el ambiente de acaparamiento por parte de los gobiernos, representantes de las grandes empresas farmacéuticas que trabajan en una vacuna contra la COVID-19 han coincidido en que la cura debe llegar de forma simultánea y con costo accesible a todos los países porque solo así se frenará el contagio. Para ello están fortaleciendo su capacidad de producción para generar millones de dosis. Negaron que las naciones donde se llevan a cabo las fases clínicas tengan ventajas sobre el resto. La estadounidense MSD fue directa al asegurar que no tienen compromiso de dar dosis primero a uno que a otro.El mayor reto, observaron, serán los procesos de regulación y aprobación que pueden tomar hasta un año. En el caso de México, la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) será la encargada.

“La distribución gradual no tendrá beneficio a corto plazo”, dijo Graciela Morales, jefa de asuntos científicos de Pzifer durante una charla organizada por la Federación Latinoamericana de la Industria Farmacéutica (FIFARMA) en Miami, Florida.

Al 28 de julio, la Organización Mundial de la Salud (OMS) informa que entre las 25 candidatas de vacuna en fase clínica, cuatro van en la fase tres, una previa a la comercialización. Es el caso de la británica AstraZeneca con la Universidad de Oxford (una dosis); las chinas Sinovac, así como Sinopharm con el Beijing Institute of Biological Products (ambas dos dosis de 14 a 21 días); y la estadounidense Moderna/NIAID (dos dosis, 28 días). Además hay 139 proyectos en evaluación preclínica. Por su vulnerabilidad, entre los casi 8 mil millones de habitantes en el planeta las primeras dosis serían para el personal médico, los adultos mayores y los enfermos crónicos.

Entre los casi 8 mil millones de habitantes en el planeta las primeras dosis serían para el personal médico, los adultos mayores y los enfermos crónicos. Foto: Imperial College London vía AP

La vacuna de la estadounidense Pzifer, en coordinación con BioNTech y Fosun Pharma, está a punto de entrar a la fase tres con 30 mil voluntarios, adelantó Morales. Se requerirían dos dosis en 28 días. “Una sola compañía no va a resolver esta demanda global”, advirtió. Ellos ya han tenido diálogos con México respecto a la potencial demanda.

“Esperamos tener resultados para octubre si todo sale bien y la producción de vacuna para finales de este año (con dos dosis)”, dijo Morales. Al acelerar la capacidad de manufactura para los ciclos de producción prevén ofrecer 1.3 billones de dosis para 2020 y 2021.

Ayer el Presidente Donald Trump declaró durante una rueda de prensa en la Casa Blanca que desde Estados Unidos “quizás suministraremos una gran cantidad de vacunas contra el coronavirus a otras partes del mundo, como lo hicimos con los respiradores y otras cosas”. La  primera potencia, dijo, tendrá “500 millones de dosis” de la vacuna contra el SARS-CoV-2. “Haremos de Estados Unidos el principal fabricante y proveedor médico del mundo”, prometió. Tanto Moderna como Pzifer van avanzando a marchas forzadas sin descuidar la calidad. La vacuna de Moderna costaría unos 50 euros, según reportó Finantial Times.

En representación de la británica AstraZeneca, cuya vacuna va en fase tres, el vicepresidente de la región Tosh Butt se mostró optimista y subrayó el compromiso de la empresa en asegurar que “nadie se quede atrás” y sea justa su distribución. Para ello, dijo, cuentan con la experiencia en producción para escalar la cantidad y están en alianza con compañías y gobiernos para asegurar el suministro necesario. Esperan producir entre 300 y 400 millones de dosis a partir de finales de este año a precio de costo (unos 64 pesos).

“Estamos en el registro de fase dos a fase tres con 10 mil participantes en Reino Unido, 5 mil en Brasil y 30 mil en Estados Unidos”, dijo. “Esperamos esté en el mercado a finales de año y la mayoría de las dosis estarán para 2021”.

Lo que estamos viendo hoy, planteó Butt, “es lo mejor” de la industria al trabajar juntos sin fronteras y dejando de lado las rivalidades de competencia para entregar una vacuna sin tomar atajos. “En cada crisis hay oportunidad”, parafraseó al científico Albert Einstein.

Una mujer recibe una vacuna.

Las farmacéuticas corren contra el tiempo para encontrar la cura. Foto: Ted S. Warren, AP

Francesca Carbajal, vicepresidenta de operaciones de investigación clínica de la estadounidense Merck Sharp & Dohme, dijo que su plataforma de vacuna entrará a la fase clínica a finales de año.

“Hemos trabajado simultáneamente con los programas de vacuna y también con la capacidad de fabricación para poder producir cientos de millones de vacunas, lo cual es un desafío global. Para lograr el éxito necesitaremos la colaboración mundial de países e industrias”, aseguró. “Necesitamos coordinar  una respuesta global y multisectorial contra la COVID-19”.

Josue Bakaltuchk, vicepresidente en Lationamérica de la americana Johnson & Johnson, anunció que estiman entrar a la fase tres de la vacuna contra el coronavirus en septiembre y tenerla lista a inicios de 2021.

“Para nosotros que estamos en el desarrollo es prematuro ver el precio de régimen, pero estamos comprometidos a que sea accesible al público, sin fines de lucro y con un solo precio global independientemente del país. Para eso laboramos con la Fundación de Bill Gates”, compartió.

GRAN BRETAÑA COMPRA DE SANOFI

Por parte de la francesa Sanofi Pasteur, el vicepresidente del área médica Ayman Chit observó que hay “muchas dudas y ansiedad” por la pandemia, pero como industria farmacéutica “estamos estirándonos más allá de lo posible para lograrlo”, aunque, agregó, “hay que ser lo suficientemente humildes para aceptar que es un virus nuevo y solo hemos convivido con él durante seis meses”.

En Sanofi laboran en dos plataformas. Una de ellas entrará en la fase uno en septiembre con miras a tener resultados en el primer semestre de 2021 con millones de dosis y licencias, y la otra plataforma estiman que entre en fase clínica a final de año con aprobación a finales de 2021 con millones de dosis.

El Gobierno británico acordó la compra de 60 millones de dosis de la vacuna desarrollada por las farmacéuticas Sanofi y GSK en el caso de que sea capaz de probar su eficacia en las pruebas que se realizarán en septiembre, explicaron las compañías en un comunicado conjunto.

Este es el cuarto acuerdo de este tipo que cierra el Gobierno británico desde marzo, tras las 100 millones de dosis de la vacuna de Oxford, desarrollada por AstraZeneca, las 30 millones de la alemanas BioNTech y la estadounidense Pfizer, y otras 60 millones de dosis de la francesa Valneva, aunque esta última se encuentra en una fase de desarrollo más temprana que las mencionadas anteriormente.