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Temen que la oleada de africanos rebase cupo de albergues en Tamaulipas

September 29, 2018 - por

Temen que la oleada de africanos rebase cupo de albergues en Tamaulipas

Foto/Carlos .Figueroa

Nuevo Laredo, Tamaulipas

Huyendo de la guerra, el hambre y la falta de agua, ciudadanos de la República Democrática del Congo, Camerún y Kenia continúan arribando a Nuevo Laredo y se teme que colapsen los refugios donde reciben apoyo.

Agentes del Instituto Nacional de Migración aseguran que a esta frontera han arribado entre 15 y 25 africanos al día durante los tres meses recientes. Todos esperan turno para cruzar hasta la mitad del puente internacional número uno, donde piden asilo a Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos.

El pastor de la iglesia bautista Getsemaní, Hugo Pérez Torres, responsable de uno de los dos albergues para migrantes que hay en la ciudad, destacó que la llegada de viajeros africanos podría ser tan grave como la de cubanos el año pasado. Durante meses, ciudadanos de la isla abarrotaron templos cristianos y las dos casas de migrantes.

‘‘Debemos estar preparados para recibir a quienes vienen huyendo de África. No vaya a suceder lo mismo que con los cubanos, que sobrepasaron los albergues mientras esperaban cruzar a Estados Unidos o decidían quedarse’’, señaló.

En la iglesia Getsemaní permanecen 10 migrantes provenientes de la República Democrática del Congo. Aunque no viajaron juntos, se encontraron en el trayecto de Brasil a Nuevo Laredo.

El mayor número de africanos se encuentra en la Casa del Migrante Nazaret, pero su director, el sacerdote Julio López Vivas, no da entrevistas.

Kihela Leba, de 20 años, salió del Congo embarazada. Viaja sola. El pasado 6 de septiembre nació su hijo, Matondo Leba, y ahora está a la espera de que las autoridades migratorias estadunidenses les otorguen asilo.

Esther Musawo tiene dos hijos: Paolu Tshimgomba da Silva y Eonice Tshimgomba da Silva, de 12 y ocho años de edad, respectivamente, quienes comparten el albergue con sus compatriotas Wembo Ngamba Platini, Nadieli Mavinga Luemba, Emilianne Epila y Kihela Leba.

Este grupo de migrantes africanos habla francés, un poco de portugués y algo de español, que aprendieron durante los meses que han viajado en barco desde sus países de origen hasta Brasil y de ahí a la frontera norte de México.