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Trump, abanderado del terrorismo de ultraderecha

November 1, 2018 - por

Trump, abanderado del terrorismo de ultraderecha

Juan José Gutiérrez.

LOS ANGELES

Han transcurrido casi 29 meses desde que el inquilino de la Casa Blanca fue proclamado por la absoluta mayoría del voto de los miembros del Partido Republicano como su candidato para recuperar el control sobre el timón del poder ejecutivo de la nación.

Sin duda, inspirado por la contundente victoria política de Donald Trump en las primarias del Partido Republicano e impulsado a la acción por su discurso misógino, xenofóbico y racista, Omar Mateen, apostado en el interior del Club Nocturno Gay “Pulse” localizado en la Ciudad de Orlando, Florida, accionó sus poderosas armas. Cuando éstas callaron, flotando sobre un río de sangre quedaron los cuerpos inermes de 49 personas a las que se les sumaron 53 heridos.

Siete meses después, el día 20 de enero del año pasado, Donald Trump colocó su mano sobre una Biblia mientras prestaba juramento para hacer valer los derechos de los ciudadanos consagrados en la Constitución de la nación. Entre estos, destaca el derecho que todos los seres humanos tenemos para disfrutar en paz el fruto de nuestro trabajo y el ser tratados por las autoridades en todo el país con respeto y un estricto apego a sus leyes.

Siete meses después de que Donald Trump asumiera su cargo como el presidente número 45 en la historia del país, la ultraderecha republicana convocó una gran manifestación en la ciudad de Charlotesville, Virginia. Ahí perdió su vida Heather Heyer y 30 manifestantes resultaron gravemente heridos en una confrontación violenta iniciada y provocada por neonazis estadounidense, quienes así agredieron a defensores de los valores de la democracia y la paz. En su mensaje a la nación, el presidente en ningún momento condenó a los fascistas plenamente identificados con un movimiento político militar que tan sólo durante la Segunda Guerra Mundial le costó a la humanidad alrededor de 80 millones de vidas.

Cuarenta y cinco días después de la tragedia escenificada en la Ciudad de Charlotesville, Virginia, Stephen Paddock, un ciudadano anglosajón de 64 años de edad y con residencia en el Estado de Nevada, sembró el terror entre mas de 22,000 personas que se encontraban congregados en “Las Vegas Strip” para disfrutar de un concierto de música country. Desde lo alto de su cuarto de hotel, este ciudadano estadounidense apuntó a los asistentes a este concierto con armas de alto poder y desató lo que sólo puede ser descrito como una verdadera lluvia de balas. En medio de un pánico generalizado, la gente corría de un lado a otro sin dirección, como la proverbial gallina que le han cortado la cabeza y quien por puro instinto huye despavorida antes de su inevitable muerte.

El saldo de este acto terrorista fueron 58 muertos y 851 heridos. De estos últimos 444 habían sido alcanzados por las mortíferas balas que disparó Stephen Paddock momentos antes de suicidarse para así evadir ser arrestado por las autoridades de la ciudad del pecado.

Sin que el país recuperara la tranquilidad extraviada por los actos terroristas del año anterior, el día 14 de febrero de este año, el pueblo estadounidense se aprestaba a celebrar el “Día de los Enamorados”. La fiesta colectiva en la que amigos, y enamorados, por millones celebrarían a lo largo y ancho del país tuvo que vestirse de luto por los trágicos sucesos ocurridos en la Escuela Secundaria Marjory Stoneman Douglas.  Fue en esta escuela donde el joven terrorista Nikolas Cruz decidió abrir fuego cortándole la vida a 17 jovencitas y jovencitos y dejando a otros 14 jóvenes con heridas de gravedad. La escuela de la tragedia se localiza en la ciudad de Parkland, Florida. Esta ciudad es un suburbio de la Ciudad de Miami famosa en círculos políticos por ser bastión de la ultraderecha republicana con orígenes en países latinoamericanos como Cuba, Nicaragua, Venezuela, Colombia, Guatemala, El Salvador, Honduras, y otras naciones.

Octubre se ha caracterizado como otro mes en el calendario político estadounidense que fue secuestrado por el terrorismo de la ultraderecha republicana. Primero, con las 15 bombas que según las autoridades fueron enviadas por el terrorista Cesar Sayoc, se logró mantener presa del terrorismo a buena parte del pueblo estadounidense. Los destinatarios de esta rabia criminal son demócratas, quienes profesan ser claros adversarios de la política fascista de la administración que gobierna al país.

Como si todo esto no fuera suficiente como para pararle el pelo a cualquier ser humano normal, el día sábado 27 de octubre, otro supremacista blanco y fanático del fascismo, Robert Bower profano y sembró el terror en el interior de la Sinagoga “Tree of Life” (Árbol de la Vida – en español). Este neonazi confeso, asesinó en dicha sinagoga a 11 hombres y mujeres e hirió a seis personas, incluyendo a cuatro policías que respondían al llamado para terminar con el macabro suceso.

Tan sólo en las cinco acciones de terror mencionadas, los extremistas de la ultraderecha republicana asesinaron a 136 personas y herido a 954.

En otras circunstancias, estas acciones terroristas ya hubieran hecho que un presidente con algo de sensibilidad declarara una emergencia nacional y le declarara la Guerra a estos Nazis modernos.

Mas el Presidente Donald Trump hace tiempo decidió solaparlos y  argumenta que estos monstruos no  presenta un peligro grave a la nación.

A muy pocos días de las elecciones intermedias, el 6 de noviembre,  y ante el arranque desde el Triangulo Norte Centroamericano (Honduras, El Salvador, y Guatemala) de la denominada “Caravana Centroamericana”, el mandatario ha identificado a estos inmigrantes que intentan huir de la miseria, la violencia criminal y la represión política como unos peligrosos invasores de los Estados Unidos a quienes habrá  que detener a como de lugar. Para enfrentar a los invasores, ha hecho un llamado a los gobiernos de los países que constituyen el Triangulo Norte para parar la Caravana o les advirtió que les retiraría los casi $500 millones de dólares en ayuda económica anual que en su conjunto estos reciben por parte del gobierno de los Estados Unidos.

En fechas recientes, demandó a las autoridades de México que detuvieran la Caravana costara lo que costara. Su demanda no prosperó. En la medida que los inmigrantes centroamericanos  continúan adentrándose en territorio mexicano y se acercan a la frontera México/Estados Unidos, Trump  decretó una “Emergencia Nacional”. Con anterioridad anunció la movilización de 5,200 soldados que se sumarian a los 2,000 que por largos meses vienen prestando servicios de apoyo a la los agentes de la Patrulla Fronteriza. Queriendo atizar las llamas de la xenophobia anti-inmigrante y así movilizar a los sectores socialmente atrasados para encender una histeria popular, elevó a 10,000 la cifra de soldados que movilizaría a la frontera Estados Unidos con México. Este jueves anuncio que esa cifra se podría elevar a 15,000, quienes sumados a los 2,000 antes mencionados constituirían un ejército de 17,000 miembros de las fuerzas armadas del país desplegados a los largo de la frontera México/Estados Unidos.

Estos 17,000 miembros del ejercito sumados a los 20,000 miembros de la Patrulla Fronteriza representan casi 40,000 elementos fuertemente armados  para detener una Caravana Migrante que en su momento de máximo auge alcanzó una cifra de 7,000 pero ahora apenas alcanza los 3,000 miembros entre los que habría que contabilizar 1,200 niñas y niños. Dicho de otra manera, si todos los 3,000 migrantes llegan alcanzar la frontera norteamericana por cada uno de ellos el gobierno norteamericano tendría casi catorce soldados y personal de inmigración para detener a cada uno de ellos, y si tan sólo llegaran 2,000 migrantes cada uno habría de enfrentar a 20 soldados y agentes de inmigración.

Si sumamos a todos los militares estadounidenses que actualmente cumplen misiones en Afganistán, Irak y Siria podemos afirmar que ni remotamente sus números se acercarían a los 40,000 que el Presidente Donald Trump ha anunciado van a patrullar la frontera Estados Unidos/México. Lo peligroso es que a estos destacamentos armados se les están sumando miles de miembros de milicias de la ultra derecha norteamericana identificados como los “minutemen”, Klu Klux Klan, y toda suerte de neo-Nazis.

En las elecciones del próximo martes 6 de noviembre habremos de ver que habrá pesado más en la conciencia del electorado estadounidense si el miedo a los inmigrantes o a los terroristas de la derecha. Si gracias a la hábil manipulación del Presidente se impusiera una vez mas el miedo a una falsa invasión por los inmigrantes, el Partido Republicano mantendría el control del Congreso. Por otro lado, si nos unimos todas las personas de buena voluntad y todos los que podemos votar lo hacemos el próximo martes entonces ese día celebraríamos una gran victoria política. Sólo de esta forma estaríamos asentando un golpe durísimo a la ultraderecha republicana, le arrancaríamos de manera efectiva el control del Congreso y nos estaríamos colocando en condiciones de arrebatarles el poder ejecutivo en el 2020.

*Juan José Gutiérrez es el coordinador de la Coalición Derechos Plenos Para Los Inmigrantes y fundador del Comité MORENA – Los Ángeles. Fue el dirigente que articulo la defensa latina contra la Proposición 187 y la derroto en las cortes. En octubre de 1994 organizo la hasta entonces mayor marcha latina en Estados Unidos cuando mas de 300 mil hispanohablantes fueron del este al centro angelino a protestar contra esa proposición de republicanos.