Desde el ataque del 7 de octubre de Hamás contra Israel, el expresidente estadounidense Donald Trump y otros altos dirigentes del Partido Republicano han pedido reiteradamente al Gobierno del actual mandatario, Joe Biden, que revoque los visados de ciudadanos extranjeros que en Estados Unidos apoyen abiertamente a Hamás o a otras organizaciones designadas como terroristas por el país norteamericano, reporta NBC News.

En mayo, Trump afirmó que cuando se convierta de nuevo en presidente no permitirá que “las universidades sean tomadas por radicales violentos”. “Si viene aquí desde otro país e intenta traer el yihadismo o el antiamericanismo o el antisemitismo a nuestros campus, lo deportaremos inmediatamente“, amenazó.

En contrapartida, los organizadores de las protestas propalestinas sostienen que Trump y otros republicanos ignoran un hecho clave: la inmensa mayoría de los manifestantes son ciudadanos estadounidenses que, en virtud de la legislación vigente en el país, tienen derecho a expresar opiniones favorables a Hamás, incluso antisemitas o contrarias a Israel, siempre que no infrinjan la ley.

Por su parte, las organizaciones musulmanas de derechos civiles en EE.UU. afirman que la inmensa mayoría de las protestas propalestinas han sido pacíficas y no han mostrado públicamente apoyo a Hamás, escribe el canal.

Mientras, funcionarios del Partido Republicano y grupos pro-Israel admitieron ante NBC News que hasta ahora solo han identificado a cuatro estudiantes extranjeros con visados académicos que, al parecer, fueron detenidos, se les prohibió graduarse o fueron expulsados por participar en protestas no autorizadas en el campus.

A su vez, funcionarios de inmigración de la Administración Biden comunicaron que, hasta julio, no habían rescindido ningún visado de estudiante por actividades de protesta relacionadas con la guerra entre Israel y Gaza.